Según informa la revista Semana en su reportaje de portada, el cantante y su expareja están enfrentados por la cuantía de la pensión que él se comprometió a pasar a la madre de su hija y por la casa donde actualmente viven ambas. David Bisbal y Elena Tablada no llegaron a casarse, pero ambos acordaron que Elena recibiría una pensión para la manutención de la niña. Aunque el importe inicialmente acordado fue de 3.000 euros, Bisbal habría decidido rebajarlo a 2.000 porque considera que es más que suficiente para mantener al bebé.
Por otro lado, Bisbal y Elena decidieron que ella continuara viviendo con la niña en el domicilio conyugal, en la urbanización de Ciudalcampo, a nombre de una sociedad presidida por la madre del cantante. La condición es que deje la vivienda cuando Bisbal adquiriera otra, que pondría a nombre de su hija, y en la que se instalarían las dos. Al parecer, el cantante no estaría dispuesto a gastarse un millón de euros en la nueva casa, como desearía Elena, y se ha puesto como tope 600.000. El resultado del desacuerdo es que ella sigue viviendo en una casa que pertenece a la familia de su ex.
El último punto de fricción es consecuencia de los anteriores: Bisbal había decidido que fuera Elena quien se encargara de la niña, pero ella se queja de que no cumple el régimen de visitas. Fuentes próximas a Bisbal han indicado a la revista que sus obligaciones profesionales se lo impiden, y que desearía un régimen de visitas más flexible, algo que obligaría a Elena a estar a expensas de la agenda del cantante. Todo el conflicto, además, habría motivado que el cantante se esté planteando pedir la custodia compartida.