Aunque muchos se sorprendieran al saber que la actriz padece un trastorno bipolar, los expertos aseguran que ella ya llevaba sumida en una grave depresión desde hacía más de un año, y la bipolaridad ha sido el resultado de su delicado estado anímico.
En una entrevista que le hicieron hace un año, Zeta-Jones ya empezó a dejar ver que no estaba viviendo su mejor momento: "Trato de ser optimista, ser negativa no es bueno para mi personalidad. Es como una nube negra..."oh, allá vamos" y tengo que intentar animarme".
Daily Mail recoge las opiniones de varios expertos que han opinado sobre las últimas apariciones en público de Catherine, y coinciden en señalar que estaba muy claro que su estado anímico era terrible, y es que en muy poco tiempo, las malas noticias no paraban de sucederse, en especial el cáncer que le detectaron a su marido, Michael Douglas.
Un familiar de la actriz señala: "Ha sido el año más difícil de su vida. Ha estado viviendo un infierno. La presión ha sido insuperable". Comenta además que la estrella ha tenido que vivir "más noches en vela de las que os podéis imaginar" preocupándose por la salud de su marido y Catherine tenía problemas para hacer frente a esa situación tan delicada y comenzó a beber y a fumar de manera compulsiva.
A pesar de que poco a poco parece que Douglas está venciendo al cáncer, Catherine no ha podido más y el 13 de abril se supo que había estado ingresada en el hospital psiquiátrico Silver Hill donde ha recibido tratamiento para superar su adicción al alcohol y al tabaco. También se ha sabido que ha sido tratada por una depresión maníaca producida por el estrés que ha sufrido luchando junto a su marido para vencer al cáncer.
Sin embargo, ahora parece que la actriz anímicamente "se siente genial" y está lista para retomar su trabajo cuanto antes.