El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de gira por Asia (China y Japón) en misión de márketing para vender deuda pública, ha lanzado una nueva comparación económica para enmarcar.
En China no dudó en comparar el futuro de España con el "tamaño de Miguelín", un muñeco de más de 6 metros de altura que es la atracción del pabellón español en la Expo de Shanghai; un día después, en Pekín, Zapatero confió en que España sepa "jugar" a economía igual de bien que al "fútbol"; pero el último símil lanzado por el presidente, desde luego, no se queda atrás. Y es que Zapatero se atrevió a describir las economías de España y de Japón como "dos historias de éxito".
De este modo, una de dos, o bien el presidente ignora que la economía nipona lleva estancada desde principios de los años 90, tras el pinchazo de su particular burbuja inmobiliaria y bursátil, o bien la particular definición de "éxito" que tiene el presidente nada tiene que ver con el crecimiento y el desarrollo económico.
Zapatero, de visita en Tokio, quiso este miércoles tranquilizar a los inversores japoneses que tienen en sus manos buena parte de la deuda pública española y elogió la "seriedad y fortaleza" del Tesoro español: "Así ha sido, así es y así será", dijo.
Zapatero lanzó este mensaje en su intervención ante el Japan National Press Club, la principal asociación de prensa nipona, donde varios periodistas japoneses expresaron sus dudas sobre la salud de la economía española y los temores de los inversores. En opinión del jefe del Ejecutivo, al analizar las variaciones del diferencial de la deuda española con el bono alemán, hay que tener en cuenta que este último está a niveles bajísimos de rentabilidad.
Recordó además el éxito de las últimas emisiones de deuda española y se mostró convencido de que el país ha sabido superar los rumores con el proceso de ajustes y reformas emprendido. Insistió también en que la deuda española sigue casi veinte puntos por debajo de la media europea y confió en que no alcanzará en 2011 el 70% del PIB que ha augurado la Comisión Europea, por lo que no resultará excesivamente problemático el pago de los intereses en los próximos años.
Según explicó, quedan "dos o tres años de reformas y de aplicación de estas reformas" en los que España debe crecer sin incrementar el gasto público y en los que "el gran tema" será si el país es capaz de crear empleo con ese crecimiento "débil". Como muestra de que los rumores sobre la mala salud de la economía española han calado en determinados sectores, un periodista japonés preguntó a Zapatero por la ayuda que ha recibido España del Fondo Monetario Internacional.
"España ni ha pedido, ni ha necesitado, ni necesita asistencia ni de la UE o del FMI", manifestó el jefe del Ejecutivo, tras recordar que es su país el que está prestando ayuda a Grecia. Por otro lado, consideró que la actual recuperación internacional está sujeta a "incertidumbre" por la amenaza de nuevas turbulencias financieras y por el efecto que pueden tener sobre la recuperación los ajustes en marcha.
Reconoció que el principal problema español es la elevada tasa de desempleo, que ha alcanzado el 20%, y aseguró que no tranquiliza al Gobierno saber que España ya alcanzó esas cifras en 1997, justo antes de un periodo de excepcional crecimiento. Zapatero, que llegó a Japón desde China, volvió a apostar por impulsar la relación comercial y económica con Asia y destacó las "múltiples oportunidades de inversión" que existen en España para los empresarios japoneses.
Reformas "imprescindibles"
Mañana tendrá ocasión de explicarles personalmente las reformas emprendidas por su Gobierno, que son, dijo, "imprescindibles" para crecer en un contexto de consolidación fiscal y que representan "uno de los mayores procesos de transformación de la economía española de las ultimas décadas".
Además, añadió, en los presupuestos generales del Estado para 2011 se reducirán todos los programas de gasto por encima del 15% y el Gobierno "seguirá adoptando las medidas necesarias para asegurar el cumplimiento estricto" de los objetivos de déficit público, que debe situarse en el 3% en 2013.
Tras defender la reforma laboral, insistió en la necesidad de reformar el sistema de pensiones, abogó por lograr el máximo consenso posible y reiteró que confía en poder aprobar antes de fin de año el proyecto, que incluirá retrasar la edad de jubilación de los 65 a los 67 años.
A su juicio, está claro que mantener unas pensiones "dignas" exige "trabajar algo más". Zapatero defendió también la fortaleza del sistema financiero español y recordó que la gran mayoría de las entidades han demostrado su solvencia en los test de resistencia realizados en Europa.
Tras recordar que bancos como el Santander obtuvieron una nota "altísima" en comparación con otras entidades europeas, explicó también la reforma de las cajas de ahorro y destacó las posibilidades de inversión que se abren ahora en ese sector.