LD (Lorenzo Ramírez) Uno de los principales quebraderos de cabeza para el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, es la bajada del precio de las casas que se está produciendo como consecuencia de la excesiva oferta de inmuebles y la caída de la demanda. La solución elegida por el Ejecutivo es modificar la desgravación fiscal por la compra de vivienda habitual.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros organismos nacionales e internacionales llevan años solicitando a España que elimine o reduzca esta deducción en el IRPF, ya que alimenta la demanda de forma artificial del mismo modo que lo hace una ayuda directa.
Además, desequilibra el mercado y, en último término, eleva los precios de los pisos, porque los promotores siempre acaban repercutiendo esta desgravación en el importe final de los inmuebles que pagan los compradores.
Pues bien, el presidente del Gobierno ha anunciado este martes que va a eliminar estas deducciones para las rentas superiores a los 24.000 euros a partir de 2011, pero esta medida tiene trampa, ya que mantiene las desgravaciones para todos aquellos que adquieran una vivienda habitual hasta el 31 de diciembre de 2010.
Esto supone, en la práctica, que el Ejecutivo da 19 meses a las familias para que compren viviendas si se quieren beneficiar de la deducción fiscal. Las dos consecuencias de esta medida son claras: se potencia la demanda (deteniendo la bajada del precio de los inmuebles) y se salva a las promotoras y entidades financieras dueñas de estas casas.
Para “vender” esta idea, Zapatero dijo en el Congreso que ha decidido suprimir estas deducciones para las rentas bajas porque “un país moderno como España no puede volver a permitir que se detraigan tantos recursos para la construcción de viviendas. Con subidas contínuas de precios y serias dificultades de acceso a las mismas de no pocos ciudadanos”.
Pero en lugar de eliminar las desgravaciones ahora (lo que supondría un desplome generalizado de precios ante la falta de compradores para el millón de pisos que hay sin vender), Zapatero crea una moratoria y, aunque dice que, “hay que evitar que se den las condiciones” para una nueva burbuja inmobiliaria, “a corto plazo tenemos que resolver el problema del voluminoso parque inmobiliario sin destino, que tapona la normalización del sector y es fuente de morosidad”.
Así, todas las familias que estén disfrutando de esta desgravación la seguirán aplicando en el futuro, así como aquellas que compren su viviendas habituales en los próximos 19 meses y todos los que ganen menos de 17.000 euros brutos al año.
Ahora, comprar una vivienda habitual da derecho a una devolución del 15% del importe con un tope de 9.015,18 euros mediante la deducción en el IRPF. A partir del uno de enero de 2011 para las rentas anuales situadas entre 17.000 y 24.000 euros la deducción será inferior a la actual, aunque Zapatero no cuantificó esta rebaja.
Queda claro pues el objetivo del Gobierno con esta iniciativa: ayudar a promotoras, constructoras y entidades financieras y perjudicar a los futuros compradores que esperan que sigan bajando los precios de los inmuebles.
“Con este calendario, el mercado se podrá reactivar durante los próximos meses para liberar el parque inmobiliario de pisos vacíos, sin vender o alquilar. Que es un paso previo para la normalización del sector”, dijo Zapatero.
El ahorro fiscal se destinará a VPO
El presidente dijo que “una parte considerable de los recursos fiscales que se obtendrán con la medida será reinvertida en nuevas actuaciones en el mercado de alquiler y en la vivienda de protección oficial (VPO)”.
“Así, en coherencia con la nueva orientación de los incentivos fiscales a la vivienda, se mejorará la deducción por alquiler, equiparándola a la deducción por compra”, espetó.
Los umbrales para aplicar en el IRPF la deducción por alquiler de vivienda serán los mismos que para el pago de una hipoteca. Adicionalmente, para el arrendador se mejorarán los beneficios fiscales, aumentando hasta el 60% la deducción para las rentas generadas por el alquiler de viviendas, deducción que llegará hasta el 100% cuando el arrendatario tenga menos de 30 años o hasta 35 años en el caso de los contratos ya existentes.
“La construcción ha ayudado, y mucho, al crecimiento del país, al incremento de su riqueza. Pero también ha originado disfunciones importantes que se han manifestado con ímpetu con el estallido de la crisis, especialmente por la absorción del ajuste a través de la eliminación de cientos de miles de empleos.
El sector de la construcción debe seguir teniendo un peso importante en la economía española. Dadas nuestras necesidades demográficas, la mejora del nivel de vida y la potencial demanda exterior, se precisará en el futuro la construcción de aproximadamente 400.000 viviendas anuales. Un peso importante, significativo, sí, pero no desequilibrado y desequilibrante de la economía española en su conjunto como ha ocurrido hasta ahora” concluyó Zapatero.