Rajoy abandonó la Cámara tras su intervención, como hace siempre, y esta vez ni siquiera tuvo a bien regresar a escuchar a Zapatero, como hace habitualmente. Este miércoles llegó tarde. Una circunstancia que no dejó escapar el líder del PSOE para retratar al holgazán líder del PP.
Tras su largo alegato sobre una "lenta" recuperación económica y las críticas de casi todos los grupos, José Luis Rodríguez Zapatero volvió a la tribuna para tratar de convencer a los partidos de las bondades de sus políticas. Comenzó hablando de Rajoy para destacar su ausencia, más que habitual, en el pleno del Congreso.
"No ha tenido a bien estar y no quiero caer en la descortesía de referirme a él sin estar presente", dijo Zapatero para anunciar que no contestaría al discurso del líder del PP. Añadió que "no es infrecuente que Rajoy no esté presente", entre aplausos de los diputados del PSOE y las protestas de los populares. Después comenzó a replicar a Duran.
Varios minutos después llegó, por fin, Rajoy al pleno y el presidente comenzó su réplica al líder del PP. Fuentes populares explicaron las causas del retraso de Rajoy, informa Pablo Montesinos. Estaba, cuentan, en el despacho "escuchando al resto de grupos", salió con tiempo de él y pasó por los aseos. Después, en los pasillos, la diputada del PP Fátima Báñez le detuvo para darle unos últimos apuntes económicos. En ese momento, escuchó que ya estaba hablando el presidente y Rajoy "salió corriendo" hacia el hemiciclo, aseguran las mismas fuentes.
Cuando por fin llegó el líder de la Oposición, Zapatero se dirigió a él y centró sus críticas en la, dijo, ausencia de propuestas y su actitud "poco responsable". "Habitualmente es un líder político que no hace muchas cosas, ahora he constatado que piensa poco algunas de las que dice", dijo el presidente en alusión a la frase sobre la "ruina" a la que el Gobierno está llevando a España. "Es una afirmación falsa, radicalmente falsa y ayuda muy poco a España y a los españoles", proclamó Zapatero, que continuó diciendo que puede criticar su "tarea" pero no tiene "el derecho de llegar al exceso de la falsedad" para poner en duda la "fortaleza" de la economía.
El presidente volvió a alardear de los bajos, dijo, niveles de deuda pública en relación a la deuda y los tipos de interés. "Cómo se puede decir, teniendo un mínimo de sensatez, a no ser que a uno le pierda la ambición, que la situación es de ruina. Usted debe rectificar por sentido de la coherencia si es que la tiene", afirmó.
Zapatero continuó subiendo el tono en sus ataques al líder del PP. Calificó de "bastante obscena" su intervención. Le reprochó que apenas hubiera hablado del paro y que haya terminado concluyendo "siempre en lo mismo", la petición de elecciones anticipadas. "su preocupación no son los parados, su preocupación es saber si tiene alguna posibilidad de llegar a la Moncloa". "Es muy evidente, hombre", dijo Zapatero, afirmando que lleva pidiéndolo desde abril de 2004.
"Su aportación básica es pedir elecciones a ver si en alguna le cae la suerte de que las gane", añadió ante el jolgorio de los diputados socialistas. "Ahora es la crisis. Pero ya lo pidieron en 2004. Entonces era algo mucho más grave, los trágicos atentados que tuvimos en Madrid, pero da igual cuál sea el tema", incidió Zapatero. "Pues no va a ganar usted", proclamó.
En el resto de argumentos no hubo apenas novedades. Negó que su Gobierno sea reticente a comparecer e insistió en que la crisis era imprevisible. "Para usted jamás ha habido crisis económica internacional, para usted es la crisis de España, la crisis de Zapatero", exclamó. "Ni los mayores pensadores económicos sabían que íbamos a vivir una crisis financiera" como ésta, insistió. Pero "el señor Rajoy sí, el señor Rajoy sabía que eso iba a pasar", reiteró para pedirle después "una cierta racionalidad, un cierto rigor" y que "no sea tan superficial".
En opinión de Zapatero, en 2007 no se podía "barruntar" el desplome económico. Y también trató de descargar culpas en los Gobiernos del PP, olvidando las suyas, por la burbuja inmobiliaria. "Esa es su herencia también", dijo el presidente.
Tras la respuesta de Rajoy, que irónicamente criticó lo extenso y poco ameno del discurso del presidente, Zapatero volvió a atacar el flaco débil de Rajoy.
"Su deber es escuchar a todos los grupos. Yo lo hacía cuando estaba en la oposición, para mí era un deber democrático. A lo mejor las intervenciones de los otros grupos son mas amenas y le hace el tiempo mas llevadero. No hace nada, ni dice nada ni propone nada. Usted podría hacer una intervención de un minuto".
La respuesta a Rosa Díez y la "obligación" de Rajoy
Minutos después, el presidente del Gobierno empleó de nuevo un tono despectivo para dirigirse a la diputada y líder de UPyD, Rosa Díez. Como suele ser habitual en él, trató de ningunear su posición en la cámara desligitimando las críticas de la diputada: "Usted no es la que dirime la responsabilidad que tengo yo", le ha espetado después de que Díez le pidiera de nuevo que dejara el Gobierno.
"Hay 350 diputados en esta cámara, y millones de españoles" le reprochaba, "no es usted quien tiene que dirimirlo". El presidente del Gobierno le dedicó también un tono de falso paternalismo: "Le reconozco todos los méritos que su señoría tiene, pero no tiene que ser usted quien lo diga, sino los ciudadanos". No es la primera ni la única vez que Zapatero muestra esta actitud ante Díez en las comparecencias en el Congreso de los Diputados, como cuando le espetó que "solo tenía un escaño" y no estaba en posición de reclamar un adelanto electoral.
En su segunda réplica, Zapatero continuó intentando atacar a Rajoy por su apatía política. El líder del PP había ironizado con lo tedioso de su discurso y el presidente contraatacó recordándole que su "obligación es escuchar". "Cuando era líder de la oposición yo escuchaba a todos los grupos, lo sentía como un deber democrático, se lo digo como lo siento", afirmó echándole en cara de nuevo su ausencia por un tiempo en el pleno. "A lo mejor resulta que la intervención de los otros grupos es más amena y le hace el tiempo más llevadero", se burló. Para el presidente, la actitud de Rajoy es la de "no hacer nada" y limitarse a decir que él es el culmen de "todos los males". "No me extraña que mis intervenciones le resulten largas, usted podría hacer las mías en dos minutos", dijo.