La réplica que Rodríguez Zapatero ha dedicado al discurso de Mariano Rajoy ha levantado varias veces de sus asientos a los diputados socialistas. En su primera intervención de la tarde, el presidente ha suscitado el fervor de sus fieles, que le han ovacionado con fuerza en varias ocasiones. Sin embargo, junto a algunas afirmaciones duras sobre el principal líder de la oposición se le han colado varias frases que parecen admitir, aunque sea implícitamente, cosas no tan buenas para el Ejecutivo socialista.
Puede que Rodríguez Zapatero no se haya percatado, puesto que la réplica no es como el discurso completamente preparado y escrito desde hace días con el que comenzó la jornada. En esta parte, tiene que improvisar algo y responder a su contrincante. De hecho, esta circunstancia suele ocasionar algunos resbalones en unos políticos habituados al discurso escrito y repasado 100 veces.
Quizás por eso, al poco de empezar su discurso y cuando intentaba acusar al líder de la oposición de su falta de patriotismo le espetó que "el 12 de mayo, cuando se presentó el decreto con los recortes duros [el tijeretazo], sabe muy bien el señor Rajoy, que si no se hubiera aprobado habría sido una catástrofe para España". Y no se quedó ahí, un par de frases después aseguró, "si le hubiéramos hecho caso tendríamos un déficit insostenible".
Hasta ahora no se había escuchado al presidente admitir de manera tan clara -aunque implícitamente y quizás de forma no intencionada- que España estaba quebrada a comienzos de mayo ("catástrofe, déficit insostenible"), pocos días antes de la aprobación por la UE, el 9 de mayo, del plan de rescate de 750.000 millones para los países en apuros.
¿Improvisación?
Este pasaje está muy relacionado con otro de los principales argumentos utilizados en la réplica a Rajoy. Zapatero ha asegurado casi una decena de veces en un par de minutos que el Gobierno no improvisó con las medidas, sino que fueron la consecuencia lógica de su política económica: durante 2009 se estimuló la economía (cumpliendo los más estrictos principios keynesianos) y en 2010 vino el control del déficit para que no se disparase la deuda. "Austeridad y reformas" ha asegurado el presidente.
Sin embargo, esta versión no casa bien con la secuencia de los hechos. De esta manera, el 5 de mayo, Zapatero se reunía con Rajoy en Moncloa para, en teoría, pactar medidas contra la crisis. El encuentro tuvo muy pocos resultados prácticos y Zapatero aseguró en la rueda de prensa posterior que "tenemos los primeros datos positivos de recuperación económica"
Además, respecto al déficit, el presidente aseguró que existía una "discrepancia" con el PP. "Hay que optar por una alternativa. Si uno hace una drástica reducción puede comprometer la recuperación y el crecimiento. Si hace una razonable y medida reducción del déficit –retirada de estímulos fiscales- favorecer y no perturbar el crecimiento económico. El objetivo es llegar a 2013 con un tres por ciento de déficit. Si la economía vuelve a crecer será más fácil el cumplimiento. Reducción del déficit sí, drástica, no".
Tres días después de estas palabras, la UE se reunía con Salgado en Bruselas, de madrugada y aprobaba un plan de rescate de 750.000 millones. Apenas una semana después de ese "drástica, no", Zapatero presentaba el tijeretazo. Este miércoles, en el Congreso, el presidente aseguraba que esto "no es improvisación".
Elogios a Bush
Otro de los aspectos más sorprendentes del discurso del socialista han sido dos elogios implícitos, aunque evidentes, a la política económica de George W. Bush y José María Aznar.
Al primero, Zapatero lo ha utilizado para justificar los recortes en el gasto público. De esta manera, ha asegurado que "donde antes se necesitaba gasto público, hoy se necesita austeridad". Por eso, se ha preguntado, "¿acaso improvisó Bush cuando tuvo que movilizar millones de dólares, pues no, no improvisó". Es decir, que el presidente que no le recibió en cuatro años y que ninguneó al socialista es su ejemplo por su contundencia ante la crisis.
Pero incluso Aznar, la bestia negra del socialismo español se ha llevado una pequeña caricia en el discurso de Zapatero. Así, el presidente ha afirmado que a los desafíos de hoy "no se responde con las recetas del 96". Por un lado, seguramente quería decir a Rajoy que renovase su discurso, pero por otro, quizás no se haya dado cuenta de que estaba convalidando la política económica que desarrolló el Gobierno del PP.