Desde Moncloa, el presidente del Gobierno ha valorado el documento sobre la reforma laboral que ayer el Ejecutivo envió a las centrales sindicales y a la patronal. Según Zapatero, el documento "afronta los cambios más importantes que necesita nuestro mercado de trabajo". Según ha dicho, está enfocado a "la estabilidad en el empleo", lo que "beneficia a muchos trabajadores".
Poco importa ahora la cantidad de ocasiones en que el propio Zapatero así como Corbacho o Salgado insistieron en que el mercado laboral Español lejos de ser muy rígido (como apuntaban numerosos estudios y analistas internacionales), pecaba de excesiva flexibilidad.
Este sábado ha dicho que la reforma planteada camina hacia "la flexibilidad en la empresa para que pueda mantener empleo cuando las circunstancias son difíciles". Sobre la cuestión de los despidos, ha reconocido que "durante 2009 el 70% de los despidos eran disciplinarios, cuando todos sabemos que la inmensa mayoría de los despidos eran por causas económicas", por ese motivo, incluyo el abaratamiento del despido que nunca llega a reconocer abiertamente.
También se ha felicitado de incorporar el modelo austriaco y el alemán, para sí "evitar las pérdidas de puestos de trabajo, con reducción de trabajo y de salarios". Pese a todo, dice que "mantiene los derechos de los trabajadores"
La reforma planteada "aborda los elementos centrales que hay que tratar. Es sustancial, pero equilibrada", ha dicho. En este sentido, insiste en que "ahora tenemos que dedicar todos nuestros esfuerzos al diálogo parlamentario para que la reforma tenga el mayor éxito posible. Le doy el máximo valor a esta reforma", concluye.
Por último, ha dicho que "sabemos que una reforma legal no produce directamente una creación de empleo". No obstante, cuando aprobó el Plan E, sí que lo relacionó con creación directa de empleo.