En su comparecencia tras la reunión de los 27 en Bruselas, José Luis Rodríguez Zapatero se refirió a la aprobación de la reforma laboral y a los puntos que han suscitado más dudas en las últimas horas: el despido objetivo y los convenios colectivos. Según el presidente, la reforma dará "capacidad a las empresas para desengancharse" de los convenios ya que, hasta ahora, muchas de ellas "tenían que ir directamente a los despidos".
En este sentido, recordó que "sólo el 15% de los despidos en 2009, en el momento más duro de la crisis, fueron objetivos procedentes". Por ello, continuó, el Gobierno tiene que "hacer que se adecuen las cosas a nuestra realidad". "El objetivo fundamental es garantizar flexibilidad en las empresas ante las dificultades" y "racionalizar la extinción de contratos". También, apuntó, se pretende "fomentar la estabilidad laboral" con el contrato de fomento del empleo.
Todo este discurso sobre la "flexibilidad" del mercado laboral, la "racionalización" del coste del despido o la posibilidad de "desengancharse" de los convenios colectivos es absolutamente contrario a lo que había venido defendiendo el Gobierno hasta hace sólo unas semanas. Pero, además, no acaba de casar bien con lo realmente aprobado en la reforma laboral.
Prácticamente ninguno de los análisis hechos en los medios de comunicación del texto del Real Decreto presentado por el Gobierno coinciden con la interpretación del presidente. Así, El Mundo titulaba este jueves en su portada "Zapatero oscurece aspectos clave de la reforma laboral" y Expansión califica de "Gatillazo" la reforma laboral del Ejecutivo. Incluso en El País, Juan J. Dolado, en la principal columna de opinión sobre el tema aseguraba que lo aprobado son "buenas intenciones y soluciones de dudosa eficacia" y aseguraba que "la música del Real Decreto suena bien pero los instrumentos son parecidos" a los de reformas anteriores. De hecho, el editorial del periódico de Prisa asegura que "no acaba de cristalizar en una propuesta nítida y convincente".
Todos ellos coinciden con Libertad Digital en acusar al texto del Gobierno de falta de concreción y de no dejar claro las dos cuestiones clave: cuándo una empresa podrá descolgarse de un convenio colectivo (remite a un acuerdo entre trabajadores y sindicatos que tendrán que ir al arbitraje si no hay consenso); y las causas de despido objetivo (el texto dice que se podrán alegar en cuando haya "una situación económica negativa en una empresa", lo que hará que se mantenga la judicialización de la relación laboral). Es decir, que pese a lo expresado por el presidente ni una cosa ni otra están aclaradas en el texto remitido al BOE.
Modelo alemán
Además de los dos aspectos antes citados, el presidente del Gobierno también resaltó la importancia que, a su juicio, tiene la adopción del modelo alemán "con reducción de salario y horario" para reducir despidos. En su opinión, permitirá aumentar la flexibilidad de las empresas en dificultades.
Sobre las críticas de los sindicatos, apuntó que "respeta su posición" pero deberían "tener la prudencia de evaluar los efectos que la reforma provocará en el mercado laboral". No creará "directamente" empleo, dijo, "pero puede ayudar a crear empleo". "Es una reforma importante como otras que estamos haciendo en España y que haremos", avanzó.
Corbacho descarta cambios
Poco antes de que Zapatero hiciera estas declaraciones en Bruselas, Corbacho descartaba, tajante, cualquier cambio en el ambiguo decreto. Indicó, en una rueda de prensa recogida por Efe, que el Gobierno no aceptará enmiendas al modelo de reforma laboral que proponen si afectan a su objeto central o la desvirtúan, "porque el objetivo es que se aplique".
El objetivo, explicó el ministro, es que se evite en la medida de lo posible la incertidumbre antes de su entrada en vigor como decreto ley.
El ministro de Trabajo advirtió además de que la reforma laboral que ha entrado en vigor ni abarata el despido ni servirá por si sola para crear empleo. Según Corbacho, la indemnización por despido seguirá siendo similar para los empleados que ya tengan contrato y sólo afectará a las nuevas fórmulas de contratación, siempre que se trate de trabajadores que se haya mantenido al menos un año de vigencia de ese contrato.
También ha asegurado que las causas de despido objetivo por razones económicas están "claras" en el decreto porque se trata de que el empresario lo solicite cuando crea que su situación económica realmente lo justifica, aunque serán los juzgados los que tengan la última palabra, porque seguirán ejerciendo la tutela judicial.
Corbacho ha reconocido también que del Pacto de Toledo puede salir también una reforma de las pensiones que se determinará "en los próximos meses". Sin embargo, ha insistido en desvincular los posibles cambios en el sistema de pensiones de la actual situación económica y ha defendido "la buena salud" del sistema en este momento.
El ministro ha aclarado que, de llevarse a cabo, la reforma respondería a los cambios demográficos y las consecuencias que puedan tener para dentro de 20 años, no a una situación económica actual.