L D (Agencias) En un encuentro de media hora celebrado este sábado en el marco de la séptima cumbre Asia-Europa (ASEM), el presidente chino manifestó ante Zapatero que la actual crisis internacional es un desafío mundial que requiere una solución consensuada entre todos los actores, y que España desempeña un papel importante en la solución de esta crisis, según informaron fuentes diplomáticas españolas.
Según las mismas fuentes, Zapatero habría defendido previamente ante Hu la solidez del sistema ecónomico y bancario español. El Gobierno interpreta estas palabras como un apoyo implícito al deseo de España de participar en la próxima cita del 15 de noviembre en Washington. Justifican así el improvisado viaje del presidente a China, al que en principio iba a asistir María Teresa Fernández de la Vega.
La entrevista entre ambos líderes permitió también tratar temas como el del acentuado desequilibrio en la balanza comercial entre España y China (y favorable al país asiático). Zapatero agradeció la buena disposición de China para intentar nivelar su balanza comercial con España y declaró ante el dirigente chino que el gigante asiático es una país prioritario para nuestro país, y que España utilizará su presidencia de turno en la Unión Europea, en el año 2010, para impulsar aún más, y reforzar, las relaciones entre Europa y China.
En la entrevista no faltó el intercambio de alabanzas. El presidente español recordó la arrolladora actuación de China, y la impecable organización, en los Juegos Olímpicos de Pekín, el pasado agosto, mientras que Hu agradeció a Zapatero el apoyo de España a la política de una sola China frente a Taiwán. Según el contenido de la reunión filtrado por la diplomacia española, no se habló, sin embargo, de la represión china a la disidencia.
La estrategia de Zapatero
Este pobre resultado en China obliga a Zapatero a redoblar su ofensiva con el objetivo que España participe en el encuentro de Washington. La próxima cita sería la Cumbre Iberoamericana, en la que el presidente podría reunirse con Lula da Silva. El brasileño ocupa en estos momentos la presidencia del G-20, lo que podría facilitar la participación de España en el encuentro.
La otra opción sería que Francia cediera uno de sus puestos en la reunión, ya que Nicolas Sarkozy está doblemente invitado al encuentro: como presidente de turno de la UE y como presidente de un país miembro del G-8. En cualquier caso, el acceso de España al encuentro está, hoy por hoy, cerrado: este mismo sábado ha sido George W. Bush el que ha reiterado que asistirá a la cumbre el G-20. Las invitaciones ya están cursadas.