En una entrevista en La Moncloa con el director de El País, con posados de Zapatero en los sofás donde recibe a las visitas, el presidente del Gobierno habla de su ya cuestionada presidencia europea, de economía, del Estatut, de Vic y también de su futuro, que sigue sin aclarar.
En primer lugar se refiere a la polémica sobre su propuesta de sanciones para quien incumpla las previsiones de déficit en la UE. Tras los sucesivos desmentidos de miembros de su gabinete, Zapatero habla este domingo de ello alardeando de que ha inaugurado semestre español irrumpiendo con "un debate sobre la unión económica que ha generado muchísimos ríos de tinta".
Cuando se le recuerdan las críticas desde Europa, se queja de que los medios no recogen las de los políticos que, según dice, sí la apoyan. Pero evita ahondar más en el tema de las sanciones. "Debo ser cauto", dice ahora.
También se le pregunta por la situación que atraviesan algunos de los países de la zona euro, en concreto Grecia. Ante la crisis por la que pasa, indica que "debe haber un proceso de solidaridad razonable, exigente pero razonable, con todos los países de la zona euro. "¿Puede precisar qué quiere usted decir cuando habla de la solidaridad de la zona euro?". "Solidaridad", responde. Cuando se le insiste, aporta que significa "ayudarles a que corrijan el déficit". Preguntado más adelante sobre cómo definiría esta presidencia europea que acaba de comenzar, dice que "ambiciosa".
El presidente habla más delante de desaceleración y la multitud de palabras con las que evitó pronunciar el término "crisis". Indica primero que en el debate sobre la desaceleración, es decir, el momento en que negaba la crisis justo antes de las elecciones, era el del anterior al "crac financiero". "Estábamos en esa pendiente hacia abajo, pero todavía no dramática, no muy dura". Después intenta hacer recopilación de sus confusas declaraciones, en contra de todos los indicadores, durante 2008: "primavera, ahí es cuando los síntomas empiezan a ser cada vez un poco peor; y ya la constatación evidente es en el verano; y la certificación universal, en otoño de 2008".
Después le recuerda el periodista que dijo por primera vez "lo peor ha pasado" en abril de 2009. Preguntado por lo que pensarán los que siguen sufriendo los efectos de la crisis, sentencia que "para el que pierda el empleo hoy, lo peor ha llegado hoy". "Eso tenemos que tenerlo todos claro", añade el presidente, para quien ha habido una "ralentización muy fuerte de la pérdida de empleo". Augura, eso sí, "datos no buenos" en 2010.
También le preguntan por su famosa afirmación de que "la peor cifra de paro del PSOE será mejor que la mejor del PP". Pese a lo abrumador de la falsedad de este vaticinio, el presidente se resiste a aceptarlo. "Vamos a esperar, vamos a esperar. Hombre, es difícil, ¿no?", dice. "Todo es según la óptica con la que se adopte. Es verdad que hemos tenido ahora dos años muy malos para el empleo, pero no es menos cierto que veníamos de cuatro años muy positivos para el empleo", añade. Concluye apuntando que "era un pronóstico factible si no hubiéramos tenido una crisis financiera que nadie esperaba".
Con respecto a la caída en picado en las encuestas, indica que él "comprende a los ciudadanos en su desasosiego y en su crítica y en su insistencia". "Las encuestas tienen valor cuando uno se aproxima más a las elecciones", apunta más adelante.
También, por supuesto, hay críticas a Mariano Rajoy, de quien dice que es el "portavoz político" de la "teoría de abaratar el despido". Su apuesta, dice es dar una "salida social a la crisis" sin restringir los derechos de los trabajadores. Por ello, alega que abaratar el despido no es el camino para crear empleo, sino que el camino es "crecer económicamente, ser competitivos, innovar, formación, educación".
El Estatuto y Garzón
El presidente del Gobierno también habla de otros asuntos, como la inminente, según dicen, sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto de Cataluña. Zapatero reitera que confía en una es una "buena sentencia" en su parte "conceptual-jurídica". También apunta que está seguro de que los efectos políticos de un fallo trascendental para España serán limitados y, temporalmente, no irán más allá de unas semanas.
Respecto al proceso al juez Baltasar Garzón en el Tribunal Supremo por declararse competente para investigar las desapariciones durante el franquismo, el presidente indica que tiene que respetar al tribunal pero, agrega: "Todo el mundo puede imaginar lo que pienso".
Sobre la iniciativa del Ayuntamiento de Vic (Barcelona) de dificultar el empadronamiento de inmigrantes irregulares, Zapatero señala que "es un camino que no conduce a ninguna parte" pero evita pronunciarse sobre el PSC, que gobierna en la localidad.
También habla de su comentada candidatura en 2012. Se niega a adelantar si será candidato porque ya se decidirá "cuando corresponda". "Hay que respetar los tiempos", dice.