Así lo puso de manifiesto Zapatero durante su comparecencia en el pleno del Congreso para dar cuenta de ese último Consejo y para hacer balance de la Presidencia española de la Unión Europea, donde aseguró que la publicación de estas pruebas es "fundamental" para la confianza.
El jefe del Ejecutivo destacó también el "firme apoyo" que mostraron las instituciones europeas a las medidas que ha puesto en marcha España para hacer frente a la crisis. "El Consejo ha sido muy bueno para Europa y también para nuestro país", indicó.
A su parecer, "pocas veces" un Consejo europeo ha sido "tan contundente" a la hora de poner de manifiesto la voluntad de despejar las incertidumbres económicas, de hacer una "apuesta decidida por la transparencia" y tomar la decisión "firme" de avanzar "juntos" contra la crisis económica y por el impulso a la recuperación.
En este sentido, recordó que la reunión del 17 de junio sirvió para afianzar el compromiso de los Estados miembros de actuar coordinadamente frente a la crisis con instrumentos "más eficaces" y mandando un mensaje "claro" para la confianza y favoreciendo estabilidad, algo "esencial" para promover la recuperación.
En este punto, Zapatero repasó las medidas acordadas el pasado Consejo europeo, como la publicación de las pruebas de estrés o el endurecimiento de las sanciones contra los países con déficit excesivo.
De hecho, recordó que el Consejo puso de manifiesto los "puntos débiles" del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, y acordó tomar medidas que lo reafirmen, reforzando las dimensiones preventivas y correctivas y acordando la revisión de los presupuestos nacionales, entre otras cosas.
La reforma del pacto, en octubre
"Estamos preparando una batería de medidas que supondrán una reforma del Pacto de alcance extraordinario", señaló Zapatero, tras adelantar que esta reforma se concretará en el mes de octubre cuando el grupo de trabajo que estudia esta materia presente sus conclusiones.
De la misma forma, el jefe del Ejecutivo recordó que la reunión del 17 de junio sirvió para poner de manifiesto la necesidad de crear un impuesto para la banca y para preparar la posición de la Unión Europea en la próxima reunión del G-20, que tendrá lugar en Toronto.
Además, consciente de la necesidad de mejorar la vigilancia y la detección de desequilibrios, el grupo de trabajo liderado por el presidente permanente de la UE, Van Rompuy, reflexiona sobre la conveniencia de crear un mecanismo europeo de estabilidad financiera para dar una respuesta "eficaz" a futuras crisis.
"Impulsar la supervisión"
Asimismo, para contar con un sistema financiero "sólido", se instó a las instituciones europeas a aprobar "cuanto antes" el nuevo paquete de supervisión financiera para que pueda estar funcionando a principios del año 2011. En concreto, Zapatero confió en que las propuestas sobre la nueva regulación de los 'head funds' y las agencias de calificación llegue antes del verano.
Finalmente, el presidente recordó que el acuerdo de mayor alcance alcanzado en el Consejo Europeo fue la puesta en marcha de la nueva estrategia de Lisboa, que inaugura una nueva etapa de reforma para modernizar la economía y reactivar el crecimiento sobre una base "más equilibrada, innovadora y sostenible".
Zapatero aseveró que el Consejo del 17 de junio fue el último bajo la presidencia española de la UE, una presidencia en la que el Gobierno español se ha sentido "útil" al desempeñar una acción "satisfactoria" al frente de la misma.