LD (Agencias) El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha señalado este sábado que confía en el trabajo de las instituciones europeas para que España pueda acudir finalmente a la cumbre financiera del 15 de noviembre en Washington y, además, se mostró convencido de que la voz de España "va a contar" en esa cita.
En rueda de prensa en Pekín, donde asiste a la séptima cumbre UE-Asia (ASEM), el jefe del Ejecutivo dejó claro una vez más que no le basta con que la UE transmita las posiciones españolas en esta cita, sino que "España tiene que estar", "en el formato que sea", porque "tiene mucho que decir y lo va a decir". "Como país europeísta, y como la iniciativa (de la reunión) parte de Europa, tengo confianza en el trabajo que las instituciones europeas desarrollan a tal fin", añadió.
Además, insistió en que la posición de España no es caprichosa y no se debe a que el Gobierno tenga "más o menos ganas de estar en uno u otro cónclave", sino porque considera que tiene algo que aportar como país "serio" que "ha demostrado tener un sistema financiero serio". "Sin alharacas, sin hacer nada extraño, sólo con argumentos, con razones, defendemos que nuestra voz cuente y le puedo asegurar, va a contar", remachó el jefe del Ejecutivo.
Zapatero aprovechó además para insistir en que el hecho de que España no esté, de momento, invitada a la Cumbre, no tiene que ver con la frialdad de sus relaciones con el presidente de Estados Unidos, George W. Bush. De hecho, destacó que no parece haber una "amistad mayor" que la que Bush tiene con el ex presidente del Gobierno, José María Aznar, pero que eso no le sirvió a España para estar en las reuniones del G8 ni del G20 cuando Aznar presidía el Gobierno. "Grandes amistades hubo y fíjese para qué sirvieron", apostilló el presidente del Gobierno. Aznar sí acudió a una reunión del G8 en Canadá en 2002, pero en calidad de presidente de turno de la UE.
El Gobierno lleva días redoblando sus esfuerzos diplomáticos para acudir a la Cumbre pero Zapatero aseguró hoy que "las cosas están como estaban hace una semana y como estarán mañana y pasado mañana", porque "esto no se resuelve a través de dos llamadas telefónicas", sino que "tiene un calado más serio", que tiene que ver con "lo que debe ser el nuevo orden internacional".
Así, no quiso pronunciarse sobre las distintas fórmulas que se barajan, como la posibilidad de que Francia ceda a España uno de sus dos asientos en la cumbre --Francia acude como miembro del G20 y como presidente de turno de la UE-- o una invitación de Brasil, que preside el G20, pero aseguró que aunque "lo que opine Estados Unidos es muy importante" también lo es lo que opine la UE, o cada uno de los miembros del G20.
Sin embargo, aseguró que recabar apoyos para asistir a la cita no es su objetivo en esta cumbre ASEM, donde tendrá reuniones bilaterales con mandatarios de cuatro de los cinco países asiáticos que son miembros de ASEM y también del G20 (China, India, Corea del Sur y Japón).
Quiere "ir para cambiar las cosas"
En todo caso, insistió en que España no quiere ir a la Cumbre "por estar", sino "para cambiar las cosas". "Para que los ciudadanos de mi país sepan que hay gobiernos dispuestos a cambiar las cosas seriamente, a no consentir la avaricia", recalcó, y a impedir que "se pueda engañar a la gente con voracidad" al actuar en el sistema financiero, de maneras que están teniendo "efectos muy graves" sobre la economía y sobre el empleo.
Además, hizo referencia a las fortalezas del anfitrión de la Cumbre, China, que, a su juicio, con la crisis tendrá "un país aún más esencial", no sólo por su crecimiento económico, sino porque es "uno de los grandes ahorradores mundiales" y "ese gran ahorro va a ser necesario para financiar economías desarrolladas". Zapatero aprovechó además para recordar que el mercado chino es prioritario para el comercio y la inversión españoles y confió en que se vean incrementados.
De cara al futuro, defendió su idea de reformar el mandato del Fondo Monetario Internacional (FMI) para que se concentre en "extender y promover una regulación general de la supervisión del sistema financiero", garantizar la actividad de las agencias de calificación financiera y reforzar su papel como prestamista. Según dijo, presentará esta idea la semana que viene en la Cumbre Iberoamericana que se celebrará en San Salvador y la llevará también al Consejo Europeo, que se reunirá de forma extraordinaria el 7 de noviembre
"Lo hacemos desde un país que tiene avales, los avales de un modelo de supervisión de sus entidades financieras que ha dado un resultado muy positivo", argumentó Zapatero, insistiendo en la "solvencia" de las entidades españolas que "están resistiendo estas fortísimas turbulencias de todo el sistema financiero".
No obstante, repitió que su intención es que la UE tenga "una postura común de liderazgo" para la reforma del sistema financiero, no sólo de cara a la cumbre del día 15 sino también más adelante, cuando se concreten las medidas y, además, que estas se concreten en mejorar la transparencia y la legalidad del sistema financiero, así como las retribuciones, los incentivos del sector financiero, y la distribución de la riqueza.
Según explicó, los líderes europeos y asiáticos hicieron en la Cumbre ASEM un "análisis compartido" de la crisis, que calificó de "muy grave" porque ha generado "dificultades objetivas" para la financiación de la economía y que atribuyó a una falta de "responsabilidad" a la hora de supervisar el sistema financiero. Por ello, insistió en que "es necesaria una respuesta urgente" y "multilateral" para que el sistema financiero funcione de manera transparente.
Lucha contra la pobreza y el cambio climático
Además, Zapatero ha dicho que la actual crisis financiera no debe hacer olvidar la lucha contra la pobreza y contra el cambio climático. En este sentido se manifestó este sábado tambien la canciller alemana, Angela Merkel que, durante el almuerzo de los líderes, abogó por convocar una cumbre sobre Africa a la que asistan países europeos y asiáticos para que la crisis financiera no condene aún más a este continente.