El Gobierno ha encontrado una nueva forma de reducir el déficit público y lo hace a través de los ingresos de las multas de la Dirección General de Tráfico y de las tasas de tráfico como la que se aplica al expedir los carnets de conducir, informa el diario Expansión.
El Ministerio del Interior desmiente que sea sanear las arcas del Estado el objetivo principal del aumento vertiginoso de las sanciones de tráfico, de hecho asegura que la recaudación obtenida de las multas va orientada a acciones de mejora de la seguridad vial.
Los datos de Ejecución Presupuestaria de 2010 demuestran todo lo contario, tanto es así que el Gobierno ha destinado 184,3 millones de euros de lo que recibe vía tasas y multas a atajar el pasivo del Estado, un 81,8% más que un año antes.
Antes de la limitación de la velocidad de circulación a 110 kilómetrospor hora el Gobierno esperaba ingresar 409,3 millones de euros provenientes de sanciones de Tráfico, lo que representa un descenso del 5,2 %. Además, el Ejecutivo espera recaudar 471 millones en tasas de la Jefatura de Tráfico (un 5,2% menos que en 2010), lo que, sumando la venta de bienes, las multas de tráfico y reintegros de operaciones corrientes, implican unos ingresos de 880,48 millones de euros.
Ahora con la nueva modificación de la velocidad máxima permitida, los 409 millones podrían elevarse a 431 millones con las estimaciones más conservadoras, una cifra similar a la prevista un año antes.
En cuanto a las políticas de seguridad vial, la "principal" preocupación del Gobierno en materia de conducción, también quedarían recortadas en los Presupuestos que contemplan una partida de 782,30 millones euros para 2011, lo que supone un descenso de 67,5 millones con respecto a la cantidad invertida en 2010, que fue de 848,8 millones de euros.
No solo el Estado engorda sus ingresos disparando la multas de tráfico, también el Ayuntamiento de Madrid es un ejemplo claro de esta práctica. La sanciones que aplica la Policía Municipal de este Ayuntamiento ascendieron en 2009 a 290 millones de euros anuales, una cantidad alarmante por ser más de la mitad de lo que prevé ingresar por esta misma cuestión la Dirección General de Tráfico en todo el país.