En una intervención en la Escuela de Verano Jaime Vera, en Galapagar, Madrid, José Luis Rodríguez Zapatero habló de muchos temas pero con uno se explayó especialmente: Garoña, las nucleares y su visión del modelo energético. Su proyecto para una "economía sostenible", que quiere implantar por ley, busca, según ha dicho, que "no nos tengamos que arrepentir dentro de quince o veinte años como ahora nos ha pasado".
"Este es el momento de evitar la próxima gran crisis internacional, que puede ser la crisis de la sostenibilidad. Nosotros tenemos que anticiparnos", explicó el presidente antes de comprometerse a defender "las energías renovables, seguras, limpias, pensando en el futuro de este país y no cayendo en un economicismo de corto alcance". Aludía a las críticas que ha generado su decisión de cerrar Garoña, anunciada por Miguel Sebastián el pasado jueves. "Luces largas y visión de futuro", demandó.
En su opinión, las energías renovables "son democratizadoras de la economía" y por ello augura que "se van a encontrar resistencias". Volviendo a hablar de futuro, apuntó al momento en que, en su opinión, "las comunidades de vecinos podrán ser productores de energía", que ahora, ha dicho, "está en manos de cuatro o cinco". "Eso da poder a la gente y quita poder a los poderosos. Es un debate crucial", dijo.
Preguntado por los problemas al tomar la polémica decisión acerca de la central de Garoña, Zapatero ahondó en el tema de las nucleares. Su respuesta, que "cuando hacemos un programa eso responde a una idea, un proyecto" y que el cierre de centrales al término de la vida útil "ya estaba en 2004 en el programa electoral, y volvía a estar en 2008". La medida, pues, fue puramente política.
Dicha postura no es otra que, "progresivamente y en la medida en que sea posible, sustituir la energía nuclear por energías mas seguras, limpias y renovables". No obstante, reconoció que "esto se escribe , escribir es fácil, luego es difícil tomar las decisiones. Y las he tomado".
Respecto a posibles presiones en la decisión final de cerrar la central, sentenció que "no me voy a referir a los poderosos, pero en el gobierno que presido la autonomía es absoluta. Nada ni nadie va a afectar a una decisión del presidente del Gobierno".
A continuación, Zapatero habló de legislación adentrándose en una materia en la que ya demostró sus lagunas. En su opinión, en la actualidad la legislación sobre nucleares está llena de " cosas defectuosas que deseo reformar ". "Es necesario hacer una reforma de la legislación en materia nuclear" que afecte a facetas como "qué es la vida útil" y la "vida de diseño" de uan central, porque, según explicó, aunque parezca "sorprendente" ninguno de los dos conceptos está recogido legalmente.Respecto a la renovación de la licencia de una central como Garoña, Zapatero confesó enfrentarse a circunstancias " curiosas" y "extrañas ". Normalmente la vida de una central "son 40 años", dijo, sin recordar que los expertos del CSN dictaminaron que sería segura diez años más . "En sus primeros treinta años de vida la renovaciones se producían cada año o cada dos años, y cuando llega a los treinta y cuarenta las renovaciones son cada diez años. Esto sorprende a la lógica . Cuando una instalación tiene más años se le concede la prórroga durante más tiempo. Esto sorprende", insistió.
A los estudiantes presentes, les dijo que pese a que "no os imagináis hasta qué punto es rentable" una central nuclear, eso no le impedirá llevar a cabo reformas relativas a las prórrogas para renovarlas, porque ahora "no se exige un estudio de impacto ambiental en condiciones" pese a que "nada más y nada menos", una central "produce residuos radiactivos". "Y Garoña la que más", alegó, para después asegurar que también "utiliza un volumen importante de agua del Ebro", lo que tiene un impacto en el medio.
Con vistas a 2030
"Pero la decisión, más que difícil, ha sido pensando en el futuro", justificó Zapatero en relación al cierre. "Si queremos de verdad que nuestro país sea un país de energías renovables" y aprovechemos el "potencial que tenemos, hay que decir con hechos y palabras que el horizonte está en esa dirección, para que lo sepan las empresas".
Porque el mensaje es, en definitiva, que "la energía renovable es el futuro". Su intención es, pues, "ir renovándolas" e ir haciendo "un gran servicio al país", porque en energía renovable "podemos ser los líderes". "Aprovechemos lo que tenemos", sentenció.
También tuvo palabras para el país vecino, del que exportamos energía. "Francia ha optado por ser un gran país en energía nuclear. Nosotros no somos una potencia en eso. Y desde el punto de vista de lo que es el futuro de la civilización", las centrales no son "el futuro". Afrontar la construcción de una central requiere un gasto de 7.000 millones, y "al final tiene que estar el Estado detrás de esa inversión", insistió.
Para terminar, el presidente anunció que "en el otoño vamos a presentar una perspectiva energética para 2030", en la que se recogerá "la planificación del Gobierno hasta ese año en el horizonte energético". Según sus palabras, se trataría de conocer qué necesidades energéticas tendrá el país en las próximas dos décadas, con qué tipo de energía se puede contar, cuántas instalaciones de energía renovables puede haber, qué capacidad pueden tener, cuántas nucleares habrá y qué coste tendrá, según sus planes.