(Libertad Digital) Aunque Solbes dijo hace una semana que España “está en la cocina [en las negociaciones internacionales] más de lo que se piensa”, la realidad es más cruda que como la pinta el vicepresidente económico. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, certificó este martes la exclusión de España en la cumbre financiera que se celebrará a mediados de noviembre porque no pertenece al grupo de los países más ricos (el G8), ni al de los países emergentes, el G-5 (Brasil, México, India, China y Sudáfrica).
Zapatero se mostró visiblemente molesto. Tras las declaraciones de Sarkozy, fue preguntado por este hecho por periodistas y declaró: “ya hablaremos”. Después del debate presupuestario, y previa llamada por teléfono del dirigente galo, el presidente español aseguró que Sarkozy le garantizó que tiene a España en alta consideración y que es "sensible" a la presencia de nuestro país en la cumbre mundial, si bien también le señaló que él no organizó el G-8 ni sus normativas internas.
Y es que pertenecer al G-8 le daría a España el peso específico para poder participar en esta tipo de reuniones sin tener que pedir favores a otros estados.
Hace tan sólo dos años Zapatero decía que no pediría a este organismo internacional el ingreso de España en el G-8 porque no era "prioritario", aunque el PIB español se encuentra entre los ocho mayores del planeta. "No lo pediremos, estamos bien donde estamos",decía en 2006 Zapatero.
Incluso, el presidente del Ejecutivo se atrevió a recomendar que a la cumbre internacional asista “algún país árabe”, sin especificar cual ni la razón de esta petición. El presidente del Gobierno no quiso concretar en rueda de prensa su propuesta ante la incredulidad de los periodistas y se limitó a defender la necesidad de desplegar “una cierta mirada territorial” y contar “con todas las latitudes” en la cumbre financiera.
En esta línea, reafirmó que su deber es velar por la presencia de España en esa cita y cree que esa opinión es compartida por el mandatario francés, aunque precisó que no hay un formato decidido. "Hemos quedado en seguir hablando -agregó-. Seguro que Sarkozy hará bien su trabajo y España estará en la Cumbre".
Sarkozy "no organiza el G-8"
"España debe de estar en esa cumbre internacional", dijo Zapatero, que justificó a Sarkozy en que "él no organizó el G-8 ni decide por el G-8" y a sí mismo por que "España no ha estado nunca en ninguno de esos cónclaves internacionales". "Esto va a cambiar porque hay razones objetivas para que cambie. Somos la octava potencia económica del mundo y en una reforma del sistema monetario internacional España debe estar".
Sin embargo, el presidente galo dijo que no ve necesario crear un nuevo formato de grupo de países para este encuentro y defendió los formatos que, como el G-8 o el G-5, ya existen:
“No soy yo quien decide los miembros del G-8, no es por mis méritos que Francia pertenezca a este grupo (...) podemos desear que España, que ha progresado mucho este año, que es una gran nación, una gran economía, tendrá su lugar llegado el momento, pero no soy yo quien decido”.
Pero Zapatero continuó con su argumento, porque considera que la aportación de España a esta crisis es fundamental porque "si hubiera un sistema financiero en toda regla no habríamos visto una crisis de estas dimensiones".
Pero Zapatero continuó con su argumento, porque considera que la aportación de España a esta crisis es fundamental porque "si hubiera un sistema financiero en toda regla no habríamos visto una crisis de estas dimensiones".
“En estos grupos es muy difícil entrar”
"Yo cumplo con mi deber de hacer valer a mi país, hasta ahora no se había conseguido y no quiero criticar a nadie. En estos grupos es muy difícil entrar. Mi deber es trabajar para que España esté dónde debe estar y aportar ideas y lo voy a hacer con razones. Mi experiencia en el ámbito de las relaciones internacionales es que las razones cuentan", dijo haciendo evidente su malestar y tratando de extender la responsabilidad a los gobiernos del PP.
El presidente español insistió en la necesidad de que España esté en una cumbre que "va a determinar cómo se juegan las reglas en un mundo globalizado de capitales de inversión. Debo hacer que mi país esté ahí. Si lo conseguimos será un mérito del país, si no, obviamente ya sé lo que va a pasar", dijo en referencia a las críticas que espera recibir.
Dijo que si hay "algún líder político en Europa sensible a España es Sarkozy, está haciendo esfuerzos y los seguirá haciendo sin duda" para que España esté en una cumbre en la que "es más que evidente que nuestro país tiene que estar presente y jugar un papel relevante".Una horas antes, el presidente galo descartó la participación de España porque “planteará también el problema de Polonia y sus 38 millones de habitantes.
Exportar el modelo del Banco de España
En opinión de Zapatero, "España puede aportar que tenemos una buena regulación y un Banco de España que es el que mejores resultados ha dado para la solvencia de un sistema financiero". "Hemos visto caer a colosos, a gigantes y nuestra caja de ahorros más pequeña sobrevive. Tenemos cosas que decir".
Reiteró que es difícil cambiar las reglas de G-8, pero que en un evento de esta naturaleza "la octava potencia mundial no puede estar callada". Aprovechó para ampliar responsabilidades recordando que también existe un G-20 "que se creó en 1999" –o sea, gobernando el PP-, "no entiendo por qué no estamos ahí". Y concluyó: "Vamos a intentarlo, no hay batalla que se gane si no se intenta".
El PP ofrece su ayuda si aclara qué país árabe quiere invitar
El coordinador de Presidencia y Relaciones Internacionales del PP, Jorge Moragas, afirmó que las dudas acerca de la presencia de España en la cumbre sobre la crisis financiera internacional son el resultado de “una diplomacia sostenida a lo largo de los últimos cuatro años, sembrada de errores y de una incontinencia verbal” del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, “que es contraproducente” para los intereses del país.
En declaraciones en el Congreso, Moragas recordó las afirmaciones que hizo Zapatero en 2006 al diario italiano Corriere della Sera en las que aseguraba: “No pediremos entrar en el G-8, estamos mejor fuera”. “En esos casos es mejor quedarse callado y parecer tonto que abrir la boca y sembrar toda duda al respecto”, indicó.
El diputado del PP destacó que España “tiene motivos sobrados”, como país y como sociedad, para estar presente en la cumbre y reiteró que no se entendería que los máximos dirigentes del Ejecutivo español no estuvieran presentes.
Por ello, aseguró que puede disponer de la ayuda del PP y le sugirió que “no concentre todos sus esfuerzos en la presidencia francesa de la UE, porque luego viene la presidencia checa y nadie nos garantiza que la cumbre se vaya a celebrar antes de fin de año”.
Asimismo, pidió a Zapatero que aclare la mención que ha hecho esta tarde a la participación de un país árabe en la cumbre. Según manifestó Moragas, el presidente del Gobierno se ha referido a una nación sin nombre y al PP le “preocupa e inquieta” que “la hipotética inclusión de ese país sea interpretada como una cobertura para España tenga una silla en esa mesa”. “España tiene que estar por méritos propios”, opinó Moragas.