No hay día en el que los diarios económicos no den una nueva vuelta de tuerca a la debacle económica española, aunque ustedes –lectores de Libertad Digital y oyentes de esRadio- cuentan con ventaja, ya que en la mayoría de las ocasiones conocen las noticias antes de que sean publicadas por los medios de comunicación masiva afines al régimen cuando no les queda más remedio que admitir la realidad.
Tal como ha ocurrido con el maquillaje de los datos del paro, ahora los grandes periódicos publican algo que en estas páginas desvelamos hace tiempo: el acuerdo de los partidos para rebajar las pensiones cambiando el método de cálculo.
Antes de valorar esta reforma, es necesario recordar brevemente el funcionamiento del sistema de pensiones español, que no es como la mayoría de la gente piensa. Los jubilados no cobran su pensión del dinero que el Estado ha ido guardando durante su vida laboral, sino que son pagadas gracias a las aportaciones de los trabajadores actuales. De esta forma, el sistema depende de que exista el suficiente número de empleados para abonar las pensiones a los jubilados.
Se trata de un sistema de estructura piramidal muy similar a la estafa perpetrada por el inversor Bernard Madoff en EEUU. No me voy a extender en esta cuestión, que ha sido tratada con brillantez en estas páginas, pero hay que recordarlo, sobre todo ahora que el Gobierno ha decidido bajarse del caballo y encarar la reforma de un modelo que es, a todas luces, insostenible.
El PSOE ya ha elaborado las líneas maestras de la reforma, filtrada a algunos medios de comunicación afines hace meses, y adelantada por Libertad Digital hace casi dos años. Una modificación en la que destaca la ampliación del periodo de cálculo de las pensiones más allá de los 15 años actuales. Esto supondría una rebaja del 5,5% en la cuantía media, pero no afectará a todos los jubilados por igual. Y no se engañen, esto se hace en la comisión parlamentaria del Pacto de Toledo, donde todos los partidos debaten la reforma y están de acuerdo en este punto.
De hecho, el objetivo final es que la pensión se calcule en función de toda la vida laboral. Este compromiso, que se denomina "la contributividad del sistema", ya se encuentra en el documento fundacional del Pacto de Toledo, pero en los últimos años se había dejado en un segundo plano por la oposición de algunos partidos políticos y de los sindicatos. Y es que aprobar esta medida podría tener un alto coste electoral, ya que reduciría la cuantía media de las pensiones un 30%.
Ayer, a Isabel López i Chamosa, portavoz socialista de la Comisión del Pacto de Toledo, se les escapó el acuerdo entre todos los partidos para ampliar de 15 a 20 años el citado periodo de cálculo y, tras la presión de los parlamentarios, salió después a retirar sus anteriores palabras. Visiblemente nerviosa gritó "¡No hay acuerdo, no hay acuerdo!" a los periodistas que le preguntaban por el escándalo que habían generado sus declaraciones.
Por cierto, que esta señora que debate el futuro de los millones de pensionistas españoles tiene un currículum que no le serviría a un ciudadano normal (quiero decir que no pertenezca a la casta política) para conseguir un empleo decente. López i Chamosa es diplomada sociolaboral por la UNED y se ha pasado su vida en el entorno nacionalista catalán de UGT y el PSC. ¿A que se quedan ustedes más tranquilos?
Todos los diarios destacan esta noticia, aunque –como ya es tradición- el medio de Prisa lo deja para páginas interiores. En concreto, Expansión señala que "el Gobierno recortará las pensiones al variar el cálculo", El Economista asegura que "las pensiones bajarán el 5,5% al ampliar su cálculo a 20 años" y Cinco Días no lo saca en portada y, en su página número 30 dice que "el PSOE ve fácil un pacto para ampliar el cálculo de la pensión a 20 años".
Cambiemos de tercio, aunque esta expresión propia de la tauromaquia fastidie a socialistas y nacionalistas catalanes. El otro tema del día es el nuevo varapalo del Fondo Monetario Internacional (FMI) a las previsiones económicas del Gobierno español, que no se cree ningún organismo, ni siquiera el Banco de España, dirigido por un gobernador con carnet del PSOE.
Expansión destaca que "el FMI no se cree las previsiones de Zapatero y cuestiona sus Presupuestos", mientras que Cinco Días considera que "España es el farolillo rojo del crecimiento" y El Economista prefiere enfatizar que "España cede a Brasil el puesto como octava economía del mundo".
Por cierto, no se pierdan un titular de la portada de El Economista que no destaca mucho, seguramente porque la noticia se conoció a última hora de la noche, cuando la mayoría de los diarios ya han cerrado las ediciones.
Resulta que en la entrevista-masaje que Pedro Piqueras hizo a Zapatero en Telecinco, el presidente auguró un 2011 "durísimo" y dijo que "no prevé recuperación económica hasta 2012". Con un par, sí señor. Y, no contento con ello, continuó su argumento añadiendo que "persistirán las dificultades y habrá que abogar por la moderación salarial para salir de la crisis"... ¡A ver si al final el inquilino de La Moncloa va a lee Libertad Digital!