La hipotética reforma, ha dicho, afectaría "a los que realmente tienen y no, por supuesto, a la clase media, que ya soporta una buena parte de los esfuerzos fiscales del país".
Zapatero ha respondido así al ser preguntado por las declaraciones de sus ministros en los últimos días, que aunque lo insinuaron continuamente no dejaron claro si el Gobierno estudiaba o no una eventual reforma fiscal que se añadiría al tijeretazo anunciado ya por Zapatero.
El jefe del Ejecutivo ha reconocido el interés del debate y ha pedido un esfuerzo "importante" y "duro" a buena parte de la población, trabajadores y pensionistas, para reducir el déficit y dar "credibilidad" a la voluntad de España de tener unas cuentas equilibradas a corto y medio plazo.
En este sentido ha insistido en la idea que ha repetido este fin de semana José Blanco hasta la saciedad, que los ciudadanos quieren que ese "esfuerzo" lo hagan aquellos que "más tienen, como es evidente" la mayoría de los ciudadanos que ese esfuerzo debe ser mayor por parte de "los que tienen más, como es evidente". Ahora, sigue sin aclarar quiénes son esos "que más tienen", sólo ha señalado que la reforma fiscal será "limitada" y dirigida sólo a "los que tienen un volumen importante" de recursos, "nunca a las clases medias".
En agosto de 2009 cuando anunciaron una subida de impuestos "para los que más tienen" fijaron las rentas altas en aquellos que ganaban más de 24.000 euros al año.
Rodríguez Zapatero no solo no ha precisado "el momento, el día" en el que el Gobierno tomará esa decisión, sino que incluso ha bromeado al decir que aunque los periodistas le pregunten en todas las ruedas de prensa, la medida sólo se conocerá "cuando se produzca", cuando el Gobierno lo estime conveniente.
En estos momentos, según ha explicado, el gabinete trabaja con la Comisión Europea en la evaluación del compromiso anunciado por el Gobierno para reducir el déficit público.