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Nueva estrategia del PSOE: Habrá más paro en España por culpa de Bush

Aunque suene increíble, el PSOE se lava las manos en la crisis laboral que vive España, con 800.000 nuevos parados en un año. La consigna es atribuir el aumento del desempleo a la crisis subprime generada en  EEUU. Zapatero se lo pide a los miembros de su partido y Blanco inicia el lavado de imagen.

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Aunque suene increíble, el PSOE se lava las manos en la crisis laboral que vive España, con 800.000 nuevos parados en un año. La consigna es atribuir el aumento del desempleo a la crisis subprime generada en  EEUU. Zapatero se lo pide a los miembros de su partido y Blanco inicia el lavado de imagen.
LD (L. Quintero/L. Ramírez) El Gobierno ya no puede ocultar durante más tiempo que la crisis económica española ha hundido el mercado de trabajo, ni que la recesión dejará al país en una situación muy difícil, descartando que la recuperación se produzca el año que viene y, a su juicio, lo mejor es culpar a EEUU.
 
Para el Ejecutivo la solución no pasa por modificar unos Presupuestos Generales del Estado irreales, elaborados con una previsión de crecimiento del PIB del 1%, que ningún organismo respalda.
 
Tampoco se espera una reforma laboral que elimine las rigideces del mercado, tal como solicita el Banco de España y la patronal empresarial, con el objeto de permitir que los parados encuentren un nuevo empleo. Éstas serían unas vías demasiado tradicionales para que el Gobierno las utilice, además del coste político que supondría retirar los Presupuestos o cambiar la legislación laboral.
 
En lugar de estas herramientas, el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, ha optado por negar la mayor y definir una nueva estrategia de comunicación para salvar la cara ante la sociedad española.
 
Y, de paso, certificar el impacto de la crisis internacional para lograr una invitación a la Cumbre financiera que se celebrará en EEUU el próximo 15 de noviembre. De momento, España sigue sin ser invitada al encuentro  por no estar en el g-20.
 
Según confirmaron fuentes socialistas a Europa Press, el nuevo argumento de Zapatero es que la tormenta crediticia generada tras el estallido de la crisis subprime es la causa directa de que en España el número de parados haya crecido en 800.000 personas en el último año, así como de la pérdida de casi medio millón de afiliados a la Seguridad Social. Con esta tesis, la crisis será larga y tendrá impacto sobre el empleo.
 
El discurso del presidente se produce días después de que el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, dijera que la crisis financiera “en dos meses debería estar finiquitada”. No es la primera vez que Corbacho se enfrenta con sus jefes, ya que el mes pasado dio unas previsiones de tasa de paro que superaban las propuestas por Solbes, corrigiéndolas posteriormente.
 
Nuevas consignas
 
Lejos de insistir en los subsidios al desempleo y en minimizar los efectos de una crisis que no ha reconocido hasta hace un par de meses, el presidente se apunta ahora al cuanto peor, mejor. Una postura con la que estaría buscando argumentos para justificar su presencia a la cumbre del 15 de noviembre en EEUU.
 
A primera hora de la mañana, el presidente del Gobierno presidía el Comité Ejecutivo de su partido y pedía a los suyos que muestren públicamente su apoyo a la "ofensiva" del Gobierno para conseguir una "silla" en la cumbre de Washington.
 
Con la lección aprendida, el vicesecretario general del PSOE, José Blanco ha transmitido a la prensa, minutos después de concluir la reunión, las nuevas consignas que ha repartido el presidente.
 
Zapatero aparca su promesa de pleno empleo y tiñe ahora de negro el futuro del mercado laboral. La crisis será larga, dice a los suyos, y tendrá impacto en el empleo. De este modo, atribuye la sangría de puestos de trabajo que acumula España a la crisis financiera internacional de la que culpa a George W. Bush y su política "neocon"
 
Así lo ha trasladado José Blanco, que exculpa al Gobierno del crecimiento galopante del desempleo y deposita toda la responsabilidad en los "fallos del mercado" originados en EEUU.
 
En este razonamiento, el PSOE presenta a Zapatero como paladín frente al desempleo. Dice Blanco que ante una situación en la que "el mercado había expulsado a la política", ha sostenido que ahora es la política, "de manos de dirigentes como Zapatero", la que resolverá los problemas del mercado y del sistema financiero. En esta línea, se ha permitido una reflexión personal, "menos mal que Zapatero es quien está en el Gobierno y no el señor Rajoy".
 
Como no podía ser de otra manera, Blanco tampoco se ha olvidado de atacar al PP y ha criticado en este contexto a algunas autonomías gobernadas por el PP, que, según ha dicho, "sacaban pecho" cuando se creaba mucho empleo en España y que ahora que "vienen mal dadas" dirigen su mirada hacia Zapatero y piensan que "esto no va con ellos".
 
Los Presupuestos no se retiran
 
A pesar de que el Gobierno reconoce ahora los problemas económicos que se avecinan –aunque no admita responsabilidad alguna- los Presupuestos Generales del Estado para 2009 siguen adelante. Las cuentas públicas para el próximo año apuntan a un crecimiento económico del 1% y una tasa de paro del 12,4%.
 
Nadie confía en las previsiones del Gobierno sobre la marcha de la economía y las estimaciones incluidas en los Presupuestos para 2009 (elaborados con una previsión de crecimiento del 1% y una tasa de paro del 12,4%).
 
Ni las cajas de ahorros, ni los organismos internacionales, ni la oposición, ni los institutos de estudios nacionales se creen estos Presupuestos, que han sido aprobados por la mínima gracias al apoyo del PNV y del BNG, previo acuerdo de inyección de dinero para el País Vasco y Galicia.
 
A las críticas se suma la efectuada por el Círculo de Empresarios, institución que denuncia que los PGE-2009 se han elaborado a partir de unas previsiones macroeconómicas carentes de todo realismo, tal y como se deduce fácilmente de la comparación de las proyecciones oficiales del Gobierno con las que han presentado en las últimas semanas distintos organismos”.
 
“Si el proyecto de presupuestos nació hace unos días ya desvirtuado, al asumir un crecimiento del 1% del PIB real en 2009, los acontecimientos posteriores a su presentación se han encargado de desvirtuarlos aún más”, dice el Círculo.
 
Precisamente, desde la oposición se exige que se retiren estas cuentas públicas para que no den la puntilla a la maltrecha situación económica.
 
El portavoz de Economía del PP en el Congreso, Cristóbal Montoro ha denunciado que estos Presupuestos evidencian el fin de "la tendencia de creación de empleo en España", ya que recogen un incremento del gasto para las prestaciones por desempleo en 2009 de 2.000 millones de euros -500 millones más que lo previsto hace dos meses-.
 
Montoro  destaca el hecho de que el gasto del desempleo, que aumenta hasta los 19.000 millones, se haya convertido junto al de las infraestructuras (22.000 millones) en una de las principales prioridades del Gobierno socialista, lo que a su juicio indica que "el Gobierno se ha entregado a la España de los parados”.
 
El Gobierno descarta la reforma laboral
 
Y la reforma laboral tampoco es algo que contemple el Ejecutivo. El Gobierno pactó con sindicatos y la patronal empresarial que de este tema no se hablaría en el acuerdo de negociación colectiva.
 
Posteriormente, la Confederación de Organizaciones Empresariales de España (CEOE) pidió “hacer un paréntesis en la economía de mercado”, para que el Estado ayude a los sectores en crisis, que son prácticamente todos. En las últimas semanas, la patronal ya solicita incluir la reforma laboral entre las prioridades de la economía.
 
Hasta el Banco de España considera vital que se eliminen las rigideces del mercado que dificultan la contratación y que perjudican la correcta ordenación de este factor de producción. La institución  cree fundamental flexibilizar el mercado de trabajo para paliar el aumento del desempleo como consecuencia de la crisis inmobiliaria.
 
El organismo que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez manifiesta la imperiosa necesidad de “acentuar el grado de flexibilización del mercado de trabajo, tanto en lo que se refiere a la movilidad geográfica, sectorial y funcional de los empleados, para disminuir las consecuencias de la caída de la demanda de trabajo en el sector de la construcción, como en la formación de salarios, para facilitar el ajuste de costes y precios relativos entre sectores”.
 

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