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La polémica sustitución del dólar por una nueva divisa salta a Wall Street: ¿El Amero?

El dólar norteamericano podría desaparecer y ser sustituido por una moneda regional llamada Amero. Al menos eso piensan algunos inversores en Wall Street y la prensa económica especializada que, ante la crisis financiera, recoge una propuesta propia de la historia-ficción.

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El dólar norteamericano podría desaparecer y ser sustituido por una moneda regional llamada Amero. Al menos eso piensan algunos inversores en Wall Street y la prensa económica especializada que, ante la crisis financiera, recoge una propuesta propia de la historia-ficción.

LD (L. Ramírez) Empresas de inversión, analistas bursátiles, catedráticos universitarios, así como responsables políticos y monetarios analizan el futuro del dólar estadounidense ante la recesión que vive la economía norteamericana. Tras la decisión de la Cumbre de Washington de reformar el sistema financiero internacional han surgido voces que retoman una vieja propuesta: la sustitución de la divisa de EEUU por una nueva moneda, el Amero.


Hasta ahora, esta idea pertenecía al terreno de la ciencia ficción. Multitud de blogs y páginas en Internet hablan desde hace años de supuestos pactos secretos en los círculos de poder para instaurar esta nueva divisa. Aunque el rigor de estas informaciones dejaba mucho que desear, situándose este enfoque dentro de las tesis conspiranoícas que advierten de los riesgos de un supuesto Nuevo Orden Mundial.

Pero ante la gravedad de la crisis financiera, las tormentas de ideas se suceden en los ámbitos académicos y políticos, para llegar finalmente a la prensa especializada. Así, la edición digital del prestigioso Wall Street Journal recoge este debate y lo extrae del ámbito conspiranoico para ponerlo sobre la mesa de la discusión. No es el único medio que saca a la luz de la opinión pública global la propuesta de reforma. American Free Press, Forex o Infobae se hacen eco de la posibilidad de que el Amero sea una realidad.

Una propuesta académica

La primera ocasión en que se escuchó este vocablo fue en 1999, cuando Herbert G. Grubel, catedrático de la Universidad Simon Fraser de Canadá publicó su trabajo "El Amero, una moneda común para América del Norte", cuyo principal argumento era que México, Canadá y EEUU debían tener una moneda común para hacer frente a la moneda de la Unión Europea que por entonces daba sus primeros pasos.

Grubel afirma que "el día en que la Unión Monetaria de América empiece a funcionar, quizá el 1 de enero de 2010, Estados Unidos, México y Canadá reemplazarían sus monedas nacionales con el amero. Ese día todos los billetes y monedas denominadas en dólares de USA cambiarían a razón de uno a uno por un amero. Canadá y México cambiarían sus respectivas monedas, el dólar canadiense y el peso, a un tipo de cambio que deje inalteradas la competitividad y la riqueza de ambas naciones. En los tres países los precios de los bienes y servicios, salarios, inversiones y pasivos, serán convertidos simultáneamente en ameros, al mismo tipo de cambio con el que se convirtieron las respectivas monedas nacionales".

El documento completo, que consta de más de 170 páginas, fue traducido y adaptado para México por el Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC), pero en el CIDAC aclaran que ellos no son los "creadores" de esta teoría, como asegura el popular portal de Internet Wikipedia, y aclaran que ellos sólo hicieron la traducción adaptada para México.

Daniel Carr, autor del diseño de las monedas, trabaja en la actualidad para la Casa de Moneda de EEUU con sede en Nueva York y Rhode Island. Incluso dispone de una página web en la que vende ameros con un catálogo de la acuñación de las monedas.

En una entrevista realizada en un telediario de la cadena norteamericana Fox News, declara que diseñó y comenzó a ofrecer las monedas debido a la gran fascinación resultante de la supuesta conspiración y que pueden ser adquiridas por un precio mínimo de 9 dólares.

"Mi meta con estas monedas no es endosar una moneda de la Unión de América del Norte como un amero común. Yo apoyo totalmente la Constitución de los Estados Unidos, y no daría la bienvenida (de ninguna manera) a una disminución de sus provisiones. Espero con que estas monedas ayudarán a que más gente se entere del tema y de las ramificaciones posibles. Dejo los demás el decidir si están a favor de, o contra de una Unión Norteamericana. Y animo a los ciudadanos a que expresen su aprobación o desaprobación de los planes del gobierno que los afectan," explica Carr.

 


El think tank Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte

Pero un proyecto académico no suele tener tanta trascendencia pública sin que existan grupos que la difundan y la amparen. Aquí es donde entra en liza la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte (ASPAN) o Security Prosperity Partnership of North America (SPP), un proyecto a cargo del Departamento de Estado y de Comercio de EEUU, propuesto por el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, sus siglas en inglés).

Este think tank propone que las fronteras de la Unión Americana sean el Ártico al norte y el río Suchiate –frontera de México con Guatemala– al sur, para crear un perímetro defensivo con tecnologías de control dirigidas desde Washington, asignando a los otros países la responsabilidad de revisar todo lo que cruce por sus territorios hacia Estados.

Pensado bajo el argumento oficial de “mejorar la productividad, reducir los costes del comercio y mejorar las condiciones de vida”, el ASPAN se manejó y se sigue manejando como opacidad, lo que alimenta aún más las teorías más increibles. En principio, se presenta como un audaz proyecto participativo –porque no lo es–, benéfico para los ciudadanos de los tres países involucrados (Estados Unidos, Canadá y México).

De lo poco que se ha logrado saber y de los papeles de trabajo de los Grupos de Tareas (Task Forces) que nombró el CFR para preparar esta reingeniería geopolítica, surgió el Amero, la nueva moneda regional que integraría los sistemas monetarios y las tesorerías de Estados Unidos, Canadá y México.

Aunque algunos analistas rehusan tratarlo como “una conspiración” y defienden que se trata de un proyecto internacional “reservado”, en el supuestamente trabajan el Departamento de Estado y el de Comercio de Estados Unidos, sin consentimiento ni conocimiento del Senado o su Congreso.

El Amero sería así la síntesis de la integración monetaria regional y el ASPAN, y previamente el Tratado de Libre Comercio (o NAFTA, en sus siglas en inglés). La soberanía de los tres países sería absorbida por una unión inconstitucional en cada uno de ellos, pues ninguna de sus respectivas cartas magnas prevé un acuerdo o pacto de este tipo, ni se ha hecho intento alguno por darle un apoyo social verdadero, mediante la votación de sus ciudadanos.

La pretensión de sus defensores es que el Amero haga su presentación pública, como un hecho consumado, a mediados del 2009 o principios de 2010, después de las elecciones mexicanas. Claro que los planes estarían condicionados a la adopción de la nueva moneda en Canadá, domde hay una fuerte corriente opositora a los planes expansionistas de Estados Unidos, a diferencia de México, donde gobierno y partidos son más cercanos a la visión de la Administración de EEUU.

Si el abandono del patrón-oro impuso al dólar como patrón de convertibilidad cambiaria, los promotores del ASPAN confían en que el Amero sea un patrón más sólido, a medida que más países se “integren” en una Unión Americana continental, espantados por el colapso financiero.
 

Otras monedas regionales: Latinoamérica, Asía y el Golfo Pérsico

Esta teoría –que sólo dejaría de serlo cuando se pronunciarán los gobernantes o responsables económicos de los países afectados- cobra importancia a la luz de la decisión de los países del Golfo de crear una nueva moneda desligada del dólar en 2010, la instauración del Sucre defendida por la Alternativa Bolivariana para América Latina y El Caribe (ALBA) o la propuesta de una divisa para el sureste asiático.

Este tipo de movimientos geopolíticos mediante la configuración de nuevos sistemas monetarios tienen como principal misión acabar con la hegemonia del dólar, una idea que surge de gobiernos populistas justo cuando el sistema financiero mundial se derrumba. Además, algunos países productores de petróleo amenazan con rechazar el dólar en las transacciones de crudo -como ha hecho Irán- lo que afectaría a la divisa norteamericana.

 


Pero el Departamento del Tesoro de EEUU no se quedará de brazos cruzados ante estas decisiones externas que amenazan al billete verde. El flamante nuevo responsable, Timothy Geithner ha comenzado su mandato asegurando que las cuestiones monetarias serán su principal prioridad y ha amenazado a China con sanciones si sigue manipulando su divisa.

Geithner afirma que quiere “fortalecer al dólar”, pero habrá que esperar a los próximos meses para confirmar si este tradicional objetivo de todos los que ocupan el cargo de secretario del Tesoro se convierte en realidad.

La Administración de EEUU no se ha pronunciado sobre el proyecto del Amero nunca, al menos de forma oficial, aunque las próximas Cumbres acordadas para reformar el sistema financiero (la próxima en abril en Londres) podrían servir de acicate para lanzar la idea a nivel global. Hasta ese momento, se tratará sólo de una propuesta académica.

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