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Toc, Toc: La recesión llama a tu puerta

¿Recuerdan la última crisis económica que vivió España entre 1993 y 1996? En el último año, España ha pasado de liderar el crecimiento de la UE a registrar tasas negativas en los sectores clave del país, tales como construcción, industria y servicios. Los principales indicadores de actividad retroceden ya hasta niveles no vistos desde mediados de los años 90. El problema es que, según todos los analistas, 2009 será aún peor que el presente año. Es decir, España está sufriendo el inicio de la tormenta.

¿Recuerdan la última crisis económica que vivió España entre 1993 y 1996? En el último año, España ha pasado de liderar el crecimiento de la UE a registrar tasas negativas en los sectores clave del país, tales como construcción, industria y servicios. Los principales indicadores de actividad retroceden ya hasta niveles no vistos desde mediados de los años 90. El problema es que, según todos los analistas, 2009 será aún peor que el presente año. Es decir, España está sufriendo el inicio de la tormenta.
LD (M. Llamas) Tan sólo es necesario repasar los últimos datos conocidos en materia económica para percatarse del profundo deterioro que ha padecido la economía nacional en los últimos 12 meses.
 
De hecho, los principales termómetros de la actividad económica han retrocedido hasta niveles que no se registraban desde mediados de los años 90, cuando España entró en recesión económica.
 
Las recientes cifras así lo demuestran. El crecimiento interanual del PIB en el segundo trimestre del año es el más bajo desde el primer trimestre de 1996, cuando el PIB aumentó un 1,7 por ciento. En cuanto al crecimiento intertrimestral, la cifra obtenida entre abril y junio de este año (0,1 por ciento) es la más baja desde el tercer trimestre de 1993, cuando el PIB experimentó crecimiento cero.
 

 
Mientras, la inflación subió el pasado mes de julio hasta el 5,3 por ciento. La tasa más alta desde 1992, cuando España se enfrentaba a la recesión económica y aun incremento sustancial en el número de parados.
 

 
Precisamente, el comportamiento del empleo tampoco deja lugar a optimismo alguno. Más bien todo lo contrario. En los últimos 12 meses, el paro ha crecido un 23 por ciento (456.578 desempleados). El aumento más alto desde el comienzo de la serie en 1996, y el mayor en julio desde 1979.

Además, por segundo mes consecutivo (mayo y junio), la afiliación a la Seguridad Social ha caído en tasa interanual (-0,57 por ciento). Se trata del mayor descenso registrado en este mes desde julio de 1993 (-3,64), en plena crisis económica.

 
Todo ello, refleja el profundo deterioro que están padeciendo los principales sectores de actividad o, lo que es lo mismo, producción. Para empezar, el mercado inmobiliario ha sufrido un derrumbe que se aproxima a los registrados durante la crisis de los 90.
 
De hecho, el actual desplome del mercado residencial carece de precedentes históricos, a la vista de la intensidad que ha reflejado el pinchazo de la burbuja inmobiliaria.
 
La caída que ha registrado la actividad del sector se está traduciendo en un brusco aterrizaje en la proyección e inicio de nuevas viviendas. Así, el volumen de pisos "a construir" ha retrocedido hasta niveles próximos a los de 1997, según el histórico de visados mensuales emitido por los Colegios de Aparejadores. Nunca antes se había producido una caída de estas características y, sobre todo, en un periodo de tiempo tan corto.
 
Mientras, el número de pisos que se están construyendo es muy similar al de 1998. En cuanto a la evolución de precios, los pisos han registrado una disminución real (descontando la inflación) próxima al 4 por ciento en los últimos doce meses, según los datos de Sociedad de Tasación.
 

 
Es más, según los últimos datos de la tasadora Tinsa, el valor de las casas se redujo un 2,5 por ciento entre abril y junio con respecto al mismo periodo de 2007. La caída real, por lo tanto, es del 7,5 por ciento, descontando la inflación. Es decir, una caída de precios en términos reales muy similar ya a la experimentada durante la última crisis económica (años 93-96), próxima al 7 por ciento.
 
Con estos datos, no es de extrañar que la actividad hipotecaria (crediticia) se haya desplomado hasta mínimos históricos. La caída en la demanda de vivienda, la subida de los tipos de interés y las restricciones de liquidez generadas por la crisis “subprime” provocarán que la actividad hipotecaria aumente en España entre un 4 y un 5 por ciento este año, una tercera parte de lo que creció el año pasado (14,9 por ciento) y un nuevo mínimo histórico, según la Asociación Hipotecaria Española (AHE).
 
El anterior mínimo histórico en el crecimiento del saldo hipotecario, desde que en 1983 se generó este mercado, data de 1992, en plena crisis de comienzos de dicha década, cuando el saldo vivo de las hipotecas evolucionó un 8,9 por ciento, por lo que si se cumplen las previsiones de la AHE, este mínimo quedará pulverizado en 2008.
 
Pero la construcción no es el único sector en crisis. Los servicios y la industria también han entrado en recesión. Esto es, al menos, dos trimestres consecutivos con tasa negativas de crecimiento.
 
Así, según el último índice de gestión de compras del sector servicios (PMI), la actividad comercial de este sector volvió a caer "intensamente" en julio y el empleo se redujo a un ritmo récord . De hecho, según Eurostat, España ha registrado el mayor descenso de las ventas minoristas de toda la Eurozona.
 
Dicho indicador retrocedió hasta los 37,1 puntos el pasado mes de julio por la caída de los nuevos pedidos. Una cifra récord en la serie histórica. Por debajo del umbral de los 50 puntos se considera que la actividad está sufriendo una contracción. Es decir, está decreciendo.
 
Mientras, el Índice General de Producción Industrial (IPI) bajó un 9,5 por ciento en junio respecto al mismo mes del año anterior y un 9 por ciento al descontar los efectos de calendario. Se trata de la mayor caída desde abril de 1993, cuando este índice retrocedió un 10,3 por ciento según la serie corregida de calendario elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
 
El problema es que hasta hace poco el Gobierno insistía en que los parados del sector de la construcción serían absorbidos por la industria y el sector servicios. La realidad demuestra que tal pronóstico es irreal, puesto que la actividad de ambos sectores se está desplomando.
 

 
Ante tal avalancha de datos no es de extrañar que la confianza en la economía haya caído a niveles nunca vistos. El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) que elabora el Instituto de Crédito Oficial (ICO) ha vuelto a bajar en julio hasta los 46,3 puntos. Su registro más bajo desde que comenzó a publicarse este indicador a nivel nacional (2004).
 
Pero hay más. Según datos de la UE, el pesimismo económico toca suelo en España: La confianza registra su mínimo histórico desde que existen mediciones al respecto (1986). Tal cifra anticipa para octubre una caída del consumo próxima al 5 por ciento.
 

 
Pese a las evidencia de que España se enfrenta a una crisis que, como mínimo, amenaza con ser tan intensa como la vivida a mediados de los 90, el Ejecutivo se sigue mostrando optimista e insiste en catalogar ahora como “frenazo” lo que, a todas luces, se podría incluso catalogar de “depresión”, a la vista de la intensidad y rapidez con que se esta desarrollando el deterioro económico del país.

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