LD (EFE) El presidente francés, Nicolas Sarkozy, destacó este martes la importancia de España en la escena internacional, pero recordó que no pertenece al G8 (el grupo que reúne a las siete economías más industrializadas y a Rusia). Sarkozy dejó a España fuera de la próxima cumbre internacional para la reforma del sistema financiero, al que sí acudirán los miembros del G-8 y las economías emergentes.
En una rueda de prensa posterior, Sarkozy subrayó que "España está jugando un papel considerable en la resolución de la crisis financiera", especialmente el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, "pero no soy yo el que dice quiénes son miembros del G8", recalcó el presidente francés, que este semestre ocupa la presidencia de turno de la UE.
Hizo hincapié en que "España es un gran país, una gran economía", que debe tener "su hueco", pero reiteró que "no me corresponde a mi decidir" sobre la composición del G8. Sarkozy dejó entrever que, si se amplía la lista de invitados a España, surgirían otros problemas, por ejemplo con Polonia.
Hizo hincapié en que "España es un gran país, una gran economía", que debe tener "su hueco", pero reiteró que "no me corresponde a mi decidir" sobre la composición del G8. Sarkozy dejó entrever que, si se amplía la lista de invitados a España, surgirían otros problemas, por ejemplo con Polonia.
Por su parte, el vicepresidente económico, Pedro Solbes, ha restado importancia al hecho de que España esté o no invitada a la cumbre internacional. Al abandonar el Congreso, tras defender los Presupuestos Generales del Estado ante el Pleno, Solbes ha señalado que no es una mala noticia.
España, ha dicho, nunca está en las reuniones del G8, aunque ha apuntado que si finalmente es convocada sería "estupendo". No obstante, Solbes ha reiterado que si España no va a la cumbre no pasa nada, y ha apuntado que, en su opinión, el tema no tiene mayor importancia.
Sarkozy excluye a España
En una comparecencia ante el Parlamento Europeo, Sarkozy se mostró partidario de celebrar antes una reunión preparatoria con los socios de la UE, pero incidió en que "lo más simple" sería articular la cumbre en torno al G8, que reúne a las siete economías más industrializadas y a Rusia.
El presidente francés reiteró que, tras las medidas de urgencia para hacer frente a la crisis, ha llegado el momento de perfilar "las verdaderas respuestas" para garantizar que no vuelvan a producirse turbulencias como las actuales.
"Sería pertinente" añadir a este "debate esencial" al llamado G5, agregó Sarkozy, quien apuntó que aprovechará su próximo viaje a China, junto al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, para convencer a los gobiernos asiáticos de que asistan a esta cumbre.
El pasado fin de semana, los dos mandatarios europeos se reunieron con el presidente estadounidense, George Bush, para analizar la crisis financiera y acordaron que EEUU acogerá "en un futuro próximo" una primera cumbre de líderes internacionales para coordinar la respuesta global.
El presidente francés reiteró que, tras las medidas de urgencia para hacer frente a la crisis, ha llegado el momento de perfilar "las verdaderas respuestas" para garantizar que no vuelvan a producirse turbulencias como las actuales.
"Sería pertinente" añadir a este "debate esencial" al llamado G5, agregó Sarkozy, quien apuntó que aprovechará su próximo viaje a China, junto al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, para convencer a los gobiernos asiáticos de que asistan a esta cumbre.
El pasado fin de semana, los dos mandatarios europeos se reunieron con el presidente estadounidense, George Bush, para analizar la crisis financiera y acordaron que EEUU acogerá "en un futuro próximo" una primera cumbre de líderes internacionales para coordinar la respuesta global.
"No siempre supimos la mejor respuesta"
Ante la Eurocámara, Sarkozy explicó sus gestiones, como líder de la UE, para conseguir que Europa definiera una posición conjunta ante la crisis, algo que "no ha sido fácil", reseñó. Dejó claro que, al organizar un encuentro de los líderes europeos del G8 -Francia, Alemania, Italia y Reino Unido-, "no queríamos insultar a nadie".
"Creíamos que si conseguíamos que esos cuatro países se pusieran de acuerdo no iría en detrimento del resto", explicó Sarkozy, para atajar las críticas por haber dejado fuera a otros países comunitarios, como España. Reconoció, en cualquier caso, que "no siempre supimos cuál era la mejor respuesta" y subrayó que sólo se llegó a una solución tras la reunión de los líderes del Eurogrupo, que acordaron hacer lo necesario para que funcionara el mercado interbancario y evitar quiebras de entidades relevantes.
Ante la Eurocámara, Sarkozy explicó sus gestiones, como líder de la UE, para conseguir que Europa definiera una posición conjunta ante la crisis, algo que "no ha sido fácil", reseñó. Dejó claro que, al organizar un encuentro de los líderes europeos del G8 -Francia, Alemania, Italia y Reino Unido-, "no queríamos insultar a nadie".
"Creíamos que si conseguíamos que esos cuatro países se pusieran de acuerdo no iría en detrimento del resto", explicó Sarkozy, para atajar las críticas por haber dejado fuera a otros países comunitarios, como España. Reconoció, en cualquier caso, que "no siempre supimos cuál era la mejor respuesta" y subrayó que sólo se llegó a una solución tras la reunión de los líderes del Eurogrupo, que acordaron hacer lo necesario para que funcionara el mercado interbancario y evitar quiebras de entidades relevantes.
Falta definir la verdaderas soluciones a la crisis
Primero el Eurogrupo y después toda la UE, en el Consejo Europeo de la semana pasada, "conseguimos ponernos de acuerdo en un plan gigantesco para permitir a las entidades trabajar y, sobre todo, tranquilizar a los pequeños ahorradores y a las empresas", reseñó Sarkozy.
Se felicitó por el éxito de la coordinación europea, pero recalcó que esto no acaba aquí y que todavía falta por definir las verdaderas soluciones a la crisis. Abogó por la cooperación a nivel global: "estamos ante una crisis mundial y la respuesta sólo puede ser mundial".
Primero el Eurogrupo y después toda la UE, en el Consejo Europeo de la semana pasada, "conseguimos ponernos de acuerdo en un plan gigantesco para permitir a las entidades trabajar y, sobre todo, tranquilizar a los pequeños ahorradores y a las empresas", reseñó Sarkozy.
Se felicitó por el éxito de la coordinación europea, pero recalcó que esto no acaba aquí y que todavía falta por definir las verdaderas soluciones a la crisis. Abogó por la cooperación a nivel global: "estamos ante una crisis mundial y la respuesta sólo puede ser mundial".
Sarkozy dejó claro que el objetivo no es cuestionar la economía de mercado, sino garantizar que no se vuelvan a traicionar "los valores del capitalismo". Al exponer las ideas que Europa planteará en esa discusión global para reformar el sistema financiero, Sarkozy volvió a atacar a los paraísos fiscales y subrayó que "ningún banco que trabaje con dinero público" debe poder invertir en esos enclaves.
A su juicio, también hay que garantizar que todas las instituciones financieras están sometidas a regulación, que las remuneraciones de los ejecutivos no incentiven una toma de riesgos irresponsable y que las reglas de contabilidad de los bancos no contribuyan a agravar la crisis.
Sarkozy apostó, asimismo, por " redefinir" el sistema monetario , para tener tipos de cambio fijos y evitar, por ejemplo, que las demás economías tengan que asumir el déficit de la primera economía del mundo.