LD (Agencias) El presidente francés, Nicolas Sarkozy, el primer ministro británico, Gordon Brown y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, se han reunido este lunes en el número 10 de Downing Street para hablar de la crisis económica, en vísperas del Consejo Europeo que celebrarán los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 los próximos jueves y viernes en Bruselas.
En esta cita se ha hecho balance de los diferentes planes de relanzamiento nacionales anunciados después de que el Ejecutivo comunitario hiciera el pasado 26 de noviembre su propuesta para coordinar las actuaciones de los Estados y destinar 200.000 millones de euros a estimular el crecimiento de la economía europea, en línea con las decisiones adoptadas en la cumbre del G-20 celebrada el pasado 15 de noviembre en Washington.
Sarkozy ha tenido igualmente ocasión de intercambiar puntos de vista con la canciller alemana, Angela Merkel, con quien habló por teléfono el fin de semana sobre el orden del día del Consejo Europeo. El presidente galo se felicitó de la aprobación por parte del Bundestag del plan alemán de relanzamiento económico y acordó con Merkel continuar trabajando estrechamente para que la cumbre de Bruselas sea un "éxito" tanto sobre el paquete energía/clima como sobre la respuesta a la crisis económica, según el Elíseo.
Tras la reunión, Gordon Brown ha dicho que existe un acuerdo para invertir en infraestructuras de tecnología y medio ambiente como mecanismo para activar la economía. En una rueda de prensa Brown ha destacado que los Estados miembros de la UE coinciden en que el objetivo es construir "una Europa digital, de bajas emisiones y respetuosa con el medio ambiente".
Brown, Barroso y Sarkozy mantuvieron un encuentro en el despacho del jefe del Gobierno británico, en el número 10 de Downing Street, antes de reunirse con una cincuentena de empresarios europeos y asociaciones empresariales del Reino Unido en Lancaster House.
Para estos objetivos, el británico confió en "trabajar mano a mano" con el presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama, y promover desde su toma de posesión el 20 de enero una batería de medidas que cristalicen en "acciones comunes" a partir de las cuestiones que los tres líderes pusieron a debate este lunes.
La "mini-cumbre", que el Reino Unido aprovechó también para promover su política de estímulos fiscales, fue preparatoria de la reunión de jefes de Estado o de Gobierno de la UE que tendrá lugar este jueves y el viernes en Bruselas.
La reunión en Londres estuvo marcada por la ausencia de Angela Merkel, que la prensa germana interpretó como un "desaire" de Brown y Sarkozy por sus supuestas diferencias con la canciller alemana sobre las medidas más idóneas para atajar la crisis económica.
Varios países de la UE y la Comisión Europea han criticado el hecho de que Alemania, como primera potencia económica de la Unión, no haga lo suficiente contra la crisis. En la rueda de prensa conjunta, Brown incidió en la necesidad de cooperar a nivel europeo y se mostró optimista sobre la posibilidad de trabajar "mano sobre mano" con la nueva Administración estadounidense.
Entre las compañías representadas en la reunión de hoy estuvieron el grupo siderúrgico ArcelorMittal, la petrolera Total, el gigante aeroespacial europeo EADS y el operador de telefonía móvil Vodafone.
También participó en las conversaciones de Lancaster House el gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King. Brown, Sarkozy y Barroso volverán a coincidir en Londres el 2 de abril del 2009 en la próxima cumbre del Grupo de los Veinte (G-20), que abordará la crisis económica y la reforma de las instituciones financieras internacionales.
Eliminar el proteccionismo
Además, Brown, Sarkozy y Durao Barroso han apelado a completar "en los próximos días" las negociaciones sobre un nuevo acuerdo de comercio que elimine el riesgo del proteccionismo como respuesta a la crisis financiera internacional y evite "repetir errores del pasado que llevaría años superar".
Los tres líderes apostaron por estimular el consenso y la adopción de medidas conjuntas entre los Veintisiete, pero asumieron que cada Estado deberá reaccionar en función de las circunstancias internas. Barroso declaró que "sería un error pensar que todos deberían hacer lo mismo", puesto que frente a países que ya han entrado en recesión, en la UE aparecen economías con un crecimiento del 4%. Sin embargo, el primer ministro de Reino Unido detectó "bases comunes" que instó a emplear para cerrar de inmediato un nuevo acuerdo de comercio que constituya la "mayor señal contra el proteccionismo".
Gordon Brown apostó por "evitar" este riesgo y "luchar contra él en los próximos meses" con medidas coordinadas entre países y decisiones estratégicas que cada Gobierno adopte unilateralmente para promover el "repunte" definitivo ante la actual "desaceleración". No obstante, subrayó que cualquier propuesta, tanto conjunta como individual, deberá llevar como "sello" la eliminación de todo indicio de proteccionismo, que en su opinión "retrasaría la recuperación" de una situación que los tres líderes calificaron de "sin precedentes" y llevaría a "repetir errores del pasado".
Sin embargo, destacó que los países implicados están ya "cerca del acuerdo" y, en consecuencia, apostó por "pedir con urgencia que se complete cuanto antes" para acordar una "agenda común" diseñada para "solucionar los problemas". Por tanto, propuso fijar plazos para cerrar el consenso y "cumplirlos", con garantías de que el formato "no permita como resultado un proteccionismo que sería dañino para todos los países y durante un tiempo prolongado".
Estímulos tributarios
Por su parte, El mandatario galo recordó que los "estímulos" tributarios son "muy necesarios" y, una vez asumido que para Berlín son "tan significativos" como para París, explicó que cada economía nacional debe definir su propio modelo. "Reino Unido usó uno, yo no empleé el mismo, lo que no quiere decir que haya desacuerdo", añadió, en el sentido de que "que cada uno haga más no es un punto de fricción".
Una opinión compartida por Barroso, quien recordó los diferentes saldos de cada país y advirtió de que "sería un error pensar que cada uno tenga que hacer lo mismo". Además, recordó que Alemania es "la economía más importante de Europa" y, aparte de subrayar que cualquier acción conjunta "deberá pensar en ella", aludió a los "importantes esfuerzos" de coordinación acometidos para una situación que "evoluciona muy rápido" y exige flexibilidad a los Gobiernos.