En una entrevista en La Sexta, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, reconoció que ya no se atreve de hablar de 'brotes verdes' porque, según indicó, "parece una expresión que no la podemos utilizar en el Gobierno de España". No obstante, insistió en que hay algunas "señales positivas", que son, a su juicio, los datos de venta de automóviles y venta de viviendas, que los precios están bajando y hay una mayor renta disponible, dice, para las familias.
Salgado también señaló que el Gobierno está trabajando sobre la mesa del diálogo social para mejorar la negociación colectiva y recordó que no tiene ninguna postura acordada sobre la rebaja de las cotizaciones de las empresas, aunque confió en que las partes puedan llegar a un acuerdo satisfactorio para todos. Por otro lado, recordó que, aunque el salario de los funcionarios se negocia en una mesa sindical, "tendrán que adecuarse a la situación económica" actual.
La ministra también reconoció que ser vicepresidenta económica es el mayor reto de su vida profesional y que sus primeros cien días han sido muy intensos, aunque se mostró satisfecha de la confianza del presidente. En este sentido, recordó que su peor momento fue cuando tuvo que hacer públicas las cifras del paro en el primer trimestre del año, ya que fue un periodo "muy duro", aunque también aseguró tener momentos gratificantes, como ver a sus compañeros ministros "arrimar el hombro".
Financiación y déficit
En la entrevista, Salgado también habló de financiación autonómica. Según dijo, el nuevo modelo va a costar más dinero pero no va a generar más déficit, ya que, según explicó, el déficit que tendrá de más el Estado lo tendrán de menos las Comunidades Autónomas, al tiempo que defendió que el nuevo modelo "ha cambiado el ambiente político".
Salgado se mostró muy satisfecha con la aprobación del modelo, aunque reconoció que le hubiera gustado que el Partido Popular "lo estuviera apoyando". La ministra defendió, además, que Cataluña ha hecho un "ejercicio de solidaridad", ya que ha incrementado su población en 1,25 millones de personas en diez años y ha estado "mal financiada".