La vicepresidenta segunda y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, ha dicho este viernes en Washington que las ayudas que van a prestar los socios europeos a Grecia después de la solicitud del gobierno heleno "consiga estabilizar los mercados" para que el país pueda contar con los recursos que necesita para poner en marcha sus planes para reducir su déficit "en el tiempo previsto".
Unas declaraciones que hizo después de conocer que, pese al bálsamo que supuso la iniciativa de Grecia de reclamar el rescate, los mercados penalizaron aún más el riesgo de la deuda Griega, y con ella, el diferencial de deuda también de la Economía española que ya roza los 100 puntos básicos.
La vicepresidenta primera hizo estas declaraciones al término de la reunión de los ministros del G20, en la que subrayó que en estos momentos hay encima de la mesa un programa "a tres años" en el que ya están contemplados hasta 30.000 millones de euros el primer año, y pidió esperar a que concluyan los trabajos del Fondo Monetario Internacional, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo para hacer una definición exacta "de las necesidades totales".
Riesgos de contagio
Que la española será la siguiente economía en atravesar dificultades parecidas a las de Grecia es algo que ya contemplan numerosos analistas de todo el mundo. De hecho, tal y como destaca este sábado el diario Expansión en su portada, tras el anuncio del rescate solicitado por Grecia, los mercados aliviaron su presión sobre la economía helena pero la incrementaron sobre la economía española.
Sin ir más lejos el propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero señaló el pasado miércoles en sesión plenaria en el Congreso que comparar España con Grecia podría perjudicar a la economía Helena.
Sobre este asunto, precisamente, fue preguntada Salgado en una rueda de prensa que ofreció junto al Comisario Europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, y el presidente del BCE, Jean Cleaude Trichet. Sobre los riesgos de contagio de la crisis griega, la ministra fue tajante al asegurar que España está en una posición "mucho mejor" que Grecia, idea que según dijo también comparte el director gerente del FMI, que dijo "claramente" que por encima de todo "España no está en la misma situación".
Al respecto, Trichet respondió que los países europeos "sin excepción" todavía tienen "mucho trabajo por delante" tanto en las reformas estructurales para mejorar el crecimiento como en el plano fiscal. "No veo ninguna excepción, pero evidentemente, España no es Grecia", dijo. Por su parte, el comisario de Asuntos Económicos advirtió que la crisis de la deuda griega tiene potencial para afectar a la estabilidad financiera tanto a nivel europeo como a nivel mundial.
Tasas a los bancos
La ministra también insistió en la propuesta de aplicar una nueva tasa a los bancos y reconoció que en estos momentos todavía se está "lejos" de una posición común en el caso europeo, aunque se van abriendo camino algunas ideas como el hecho de pensar que en la medida en la que algunos países no han tenido que aportar fondos de sus presupuestos "no parece razonable" pensar en una alternativa que sólo implicase a esos países.
Salgado también dijo que va ganando consenso la idea de que cualquier decisión que se tome debe ser "con carácter general" y no afectar solo a las entidades de mayor tamaño porque todas las entidades se podrían beneficiar de una mayor estabilidad financiera, y subrayó que en cualquier caso "no debe sustituir sino complementar" otras actuaciones que ya están en marcha como el incremento de capital y las exigencias de liquidez.
En este sentido, la vicepresidenta económica añadió que aunque los objetivos que se establezcan puedan ser "ambiciosos", la aplicación de las medidas deberá hacerse de manera "gradual" porque, según insistió, en estos momentos el sistema tiene que contribuir a financiar tanto el crecimiento como la recuperación. "Por eso no deberíamos imponerle cargas que sean excesivas", zanjó.
Medidas de estímulo
La ministra explicó que en la reunión del G20 el director del FMI hizo un breve resumen de la situación económica y en el caso europeo se dijo que ha empezado el crecimiento aunque "en cifras limitadas". Para Salgado es importante la coordinación en la fase de la recuperación "para evitar que la retirada de las medidas de estímulo genere nuevos desequilibrios". "Deben retirarse a más tardar en el 2011, pero muchos países ya hemos comenzado", dijo.
Preguntada por las diferencias que hay entre las previsiones de crecimiento del Gobierno para 2011, que hablan de un 1,8 por ciento, y las del FMI, que lo sitúan solo el 0,9 por ciento, la ministra Salgado se mostró confiada en que las estimaciones que se cumplirán son las del Gobierno, y achacó las diferencias al hecho de que hay puntos de partida diferentes sobre el modelo económico.
Lo cierto es que las previsiones del Ejecutivo socialista en España están basadas sobre un cuadro macroeconómico que arroja unas cifras, de por sí obsoletas. Además, las últimas estimaciones de crecimiento del Ejecutivo han sido corregidas a la baja por la realidad de forma sistemática desde poco antes del comienzo de la crisis que el Gobierno estuvo negando durante meses.
Respecto a la reforma de las instituciones financieras internacionales, resaltó que debe abordarse en su conjunto y no centrarse solo en el reparto de cuotas dentro del FMI, asunto en el que la posición del Gobierno es que España está "infrarrepresentado aunque es un país desarrollado", por lo que en caso de que hubiera movimientos debería hacerse desde los países que están sobrerrepresentados a los que están infrarrepresentados.
Por último, la ministra aprovechó para destacar el programa de seguridad alimentaria presentado esta semana en Washington junto a Estados Unidos y Canadá, para el que España ha destinado ya 95 millones de dólares, e invitó a otros países a sumarse a esta iniciativa que ya cuenta con el apoyo de la fundación de Bill y Melinda Gates para mejorar y contribuir a la modernización del sector agrícola incluyendo actuaciones a largo plazo.