La tendencia natural al envejecimiento de la población es un proceso imparable en Europa con un constante aumento de las tasas de dependencia, y España no es una excepción. Hasta hace unos meses, la opinión pública no se había percatado de los problemas endémicos que sufre el sistema de pensiones español, aunque lo hayan advertido organismos tan autorizados como el Banco de España y la Unión Europea.
La razón de esta falta de preocupación se encontraba en la negativa sistemática de estos hechos por parte del Gobierno. Sin embargo la sangría laboral y el elevado gasto público (que genera un déficit insostenible) están obligando al Ejecutivo a cambiar de discurso, a pesar de que el ministro de Trabajo –del que depende la Seguridad Social- tarde más que los demás en darse por enterado.
Este jueves, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, ha puesto el dedo en la llaga y, a pesar del rechazo "radical" a ampliar la edad de jubilación que mostró el pasado abril el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, Economía va a impulsar "de forma gradual" este aumento de la edad de retiro.
El primero en abrir fuego sobre esta cuestión fue el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, planteando este aumento de la edad de jubilación como una de las reformas adecuadas para garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones. El ministro de Fomento, José Blanco, respaldó la iniciativa al señalar que "con más de 65 años se puede proteger".
Poro tardó el ministro de Trabajo en expresar su rotunda oposición a este mensaje de reforma. Dijo "discrepar radicalmente" con Blanco y Fernández Ordóñez, acusándoles de introducir el temor en las mentes de los pensionistas.
Como viene siendo natural en los mensajes del Gobierno todas estas manifestaciones quedan olvidadas, como ha quedado de manifiesto tras las declaraciones de Salgado (en una entrevista a TVE). La vicepresidenta defiende ampliar la edad de jubilación " de forma gradual". No quiso hablar de ninguna límite y se limitó a señalar que cuando el Pacto de Toledo lo decida, sería "razonable" ir aumentándola y ser, al mismo tiempo, "muy exigente" con las prejubilaciones.
La vicepresidenta económica explicó que, aunque el sistema de pensiones español está "muy saneado" y no tiene problemas a 30 años vista, el sistema debe sufrir algunas modificaciones porque la esperanza de vida en España "ha crecido mucho y lo razonable es que la vida laboral también crezca", informa Europa Press.
Salgado anunció que la Comisión Parlamentaria del Pacto de Toledo ya está trabajando en las modificaciones que deberían acometerse en el sistema y que en los primeros meses de 2010 presentará un primer avance de sus conclusiones.
La ministra restó importancia a los avisos del Ecofin sobre la necesidad de España de reformar su sistema de pensiones y señaló que sólo se trata de una indicación, no de una recomendación, por lo que consideró que "en absoluto se trata de un tirón de orejas".
Así, insistió en que España tiene mucho margen por delante para reformar su sistema de pensiones debido a que su población es más joven que las de otros países europeos debido a la inmigración, a que la edad efectiva de jubilación en España es de las más altas de Europa (63 años y 10 meses), y a que la esperanza de vida también es mayor que en otros países europeos.
Sobre la Ley Sostenible: "no somos Einstein"
Sobre el debate del pasado miércoles en el Congreso a propósito de la Ley de Economía Sostenible, Salgado lamentó la actitud de la oposición y de los otros Grupos y les invitó a colaborar y "a leerse bien el contenido de la Ley y de la Estrategia que la acompaña".
"Siempre se puede mejorar todo. Decir que es una ley poco trabajada, yo sí sé las horas que hemos dedicado muchas personas a ella y seguramente no somos Einstein, pero entre todas hemos sido capaces de alumbrar un texto que hace una gran apuesta por la educación, la competitividad, y un marco regulatorio más flexible para los trabajadores y las empresas", subrayó la ministra.
En cuanto a la reforma laboral, recordó que las medidas que ha puesto el Gobierno sobre la mesa se basan en una mayor flexibilidad en la negociación colectiva; una atención especial a los jóvenes, y la adaptación a España del modelo alemán, entre otras.
En este sentido, Salgado confió en que el diálogo social pueda llegar a un acuerdo antes de fin de año en torno a las medidas de apoyo a la empleabilidad de los jóvenes y al modelo alemán, aunque tampoco quiso poner fecha exacta.