El Gobierno sigue negando la realidad, dentro y fuera de nuestras fronteras. La pasada semana el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó sus estimaciones económicas para 2010, que certifican que España será el único gran país desarrollado en recesión durante el próximo año. A la vicepresidenta segunda, Elena Salgado, no le gustó este análisis y aseguró que contactaría con miembros del organismo para explicarles “algunas cosas que no han entendido bien” sobre España.
Este martes ya hemos conocido el detalle de las explicaciones de Salgado al FMI. Según la ministra de Economía y Hacienda España comenzará a crecer en la segunda mitad de 2010 porque el ajuste de la construcción “ya se ha producido”.
Además, defiende que el aumento de las exportaciones será la otra vía para volver a la senda de la recuperación. Ambos argumentos carecen de cualquier base, y los expertos del FMI lo saben.
En rueda de prensa, Salgado negó que vayan a seguir bajando los precios en el sector inmobiliario, como asegura el informe del FMI, a pesar de que las entidades financieras bloquean el descenso del valor de las viviendas para no apuntar esta reducción en sus libros contables. Como los promotores no pagan los bancos y cajas de ahorros se han convertido en inmobiliarias y no pueden permitir que se abaraten mucho los inmuebles, ya que tendrían que registrar importantes pérdidas.
Pero la vicepresidenta obvia todo este proceso e insiste en que "una parte importante del ajuste" ya ha ocurrido en ese sector. En comparación, el FMI augura que aún resta una caída "grande" de los precios.
En cuanto al agujero en las cuentas públicas, los datos económicos que maneja el Ministerio impedirán, de acuerdo con Salgado, que el déficit presupuestario alcance los niveles previstos por el FMI, que habla de una brecha entre ingresos y gastos de más del 10% del Producto Interno Bruto (PIB) para este año.
El Gobierno cuenta con un déficit del 9,5%, que se compone de un 8,1% de déficit del Estado y el resto de los gobiernos regionales.
"El déficit del Estado se va a cumplir y espero que la previsión de las comunidades autónomas también", dijo Salgado, que se reunió con el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, en el marco de la Asamblea Anual de ese organismo y el Banco Mundial, que comenzó este martes, informa EFE.
Salgado defendió que los números rojos sumarán el 5,1% por ciento del PIB el próximo año. El FMI había pronosticado inicialmente un déficit de más del 12% para los dos años, pero admitió que será menor, aunque aún así elevado, debido a que no tuvo tiempo de calcular el posible impacto de la subida de impuestos anunciada por el Gobierno.
"El Fondo dice que recuperaremos los niveles de 2008 en el 2014, por cierto igual que Alemania", indicó Salgado. "Creemos que hay una incertidumbre importante ... no vamos a cuestionar las previsiones del FMI para 2014", añadió. La entidad prevé que España saldrá de la crisis muy lentamente y sólo volverá a crecer un 2% dentro de cinco años.
España “está tocando fondo”
Salgado señaló que España "está tocando fondo", porque aunque se espera que la economía se contraiga hasta finales de año, lo hará a un ritmo menor que en trimestres anteriores.
"El año que viene comenzará ya en el primer semestre a tener crecimientos positivos. En ese sentido, los datos que tenemos van confirmando nuestras previsiones", manifestó la vicepresidenta.
El Gobierno español vaticina que aún así, la media del 2010 se mantendrá en territorio negativo, con una contracción del 0,3%, cuatro décimas menos que lo augurado por el Fondo.
Reforma laboral
Otro área de conflicto entre el FMI y el gobierno es la reforma laboral. En ese sentido, la vicepresidenta económica dijo que sindicatos y empresarios sopesan cambios actualmente en las modalidades de negociación colectiva, de forma que se tenga en cuenta la situación económica de la empresa en los contratos.
"Yo creo que va a haber algunos cambios, pero no los que se refieren a los despidos ni en las formas de contratación, eso no está en este momento en la agenda", afirmó Salgado.
El FMI ha aconsejado reiteradamente a España abaratar el despido como forma de convencer a los empresarios de contratar más, ya que asumirían menos obligaciones con el trabajador. También ha destacado que por la rigidez del mercado laboral las empresas reaccionan a la crisis con despidos, en lugar de con una bajada de salarios.
"Las características de nuestro mercado de trabajo hacen que el peso del ajuste recaiga en mayor medida sobre el número de empleos que sobre otros mecanismos de ajuste, como la reducción parcial de la jornada laboral o los salarios", dijo la ministra. En el discurso no ofreció, sin embargo, una solución al problema.