Quien no se conforma es porque no quiere. La vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, quiere creer que las locomotoras europeas no están preocupadas por el estado de las cuentas públicas españolas, que el FMI va a venir a España a hacer una visita rutinaria y que el paquete de 750.000 millones de euros creado por la UE no tiene nada que ver con las dificultades del Tesoro español para financiar el desbocado déficit público mediante deuda.
No sólo eso. Además, Salgado niega que Alemania esté vigilando el plan de ajuste español, a pesar de que la canciller germana, Angela Merkel, dijo ante los medios de comunicación todo lo contrario. La responsable del Gobierno alemán manifestó su preocupación por las cuentas públicas españolas, rechazó la propuesta de Salgado para bajar el déficit en 15.000 millones por "insuficiente" y afirmó que va a "vigilar" a España hasta el próximo junio, mes determinante por los vencimientos de deuda española. Para la vicepresidenta española todo esto no ha ocurrido.
Salgado utilizó la plataforma mediática que le brinda la Televisión Pública Española (TVE) para engañar a los ciudadanos, al negar hechos que están publicados en todos los medios internacionales y en algunos nacionales, a pesar de que las principales agencias de noticias (EFE y Europa Press) decidieron no informar sobre la rueda de prensa que dio la canciller alemana el pasado lunes tras el desastre electoral en los comicios regionales de Renania del Norte.
La vicepresidenta española negó en el programa "Los desayunos de TVE" que el destino del fondo de rescate de 750.000 millones de euros vaya destinado principalmente a Portugal y España intentando eludir toda responsabilidad en la reunión de urgencia que celebraron los ministros de Economía de la UE (Ecofin): "El euro estaba en peligro y por eso los países de la zona deciden instrumentar un mecanismo de apoyo (...) que se dirige a los países que tienen déficits más importantes".
Salgado rechazó que España fuera señalada por Europa como un peligro para la moneda única y justificó la necesidad de presentar un plan adicional de recorte del déficit español porque "la consolidación de las finanzas públicas es de vital importancia", más si cabe después de la "gran inestabilidad" en los mercados de la semana pasada. Lo que no dijo la vicepresidenta es que la UE ha puesto como condición a España rebajar el agujero en las cuentas públicas para poder acceder a las garantías del fondo de rescate.
Salgado quiso dejar claro que en esa reunión "no se dijo que España es el siguiente" país tras Grecia en necesitar ayuda, e insistió en que "no tenemos nada que ver" con la situación del Estado heleno: "sencillamente comparar me parece que no tiene ningún sentido".
Contenta con su papel en el Ecofin
Más sorprendente, si cabe, es su análisis de la intervención española en la reunión de urgencia celebrada para aprobar el fondo de rescate. Salgado se mostró muy satisfecha de la etapa que está viviendo al frente de la economía española y dijo que, tras llegar a su casa a las 6:00 de la mañana del lunes, sintió que "la experiencia no tiene precio".
No comentó que en el citado encuentro recibió un tremendo rapapolvo de sus colegas europeos, una vergüenza nacional si se tiene en cuenta que Salgado es la presidenta de turno de todos ellos, al tocarle este semestre. "Es una etapa muy dura, muy apasionante y la pasión me puede", añadió.
El ajuste lo harán las CCAA
Salgado, afirmó este martes que las comunidades autónomas van a desempeñar un papel importante en el ajuste adicional del déficit (de 15.000 millones de euros entre 2010 y 2011), dado que "el porcentaje de gasto del Estado es mucho menor" que el de ellas en el global de las administraciones. Salgado confirma así el anuncio realizado ayer por el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, que explicaba que el recorte en el déficit se tendrá que acordar en un próximo Consejo de Política Fiscal y Financiera.
La vicepresidenta económica aseguró que las medidas que se van a tomar para el recorte adicional del déficit son "fundamentalmente por la vía del gasto", y eludió hablar de incrementos impositivos. "Hoy lo que toca es reducir el gasto", aseguró la vicepresidenta. Sin embargo abrió la puerta a futuras subidas fiscales: "no es verdad que en un momento de crisis una bajada de impuestos genere más ingresos".