Alfredo Pérez Rubalcaba anunció el pasado viernes una medida que dejó estupefactos a los españoles: rebajar a 110 kilómetros por hora la velocidad máxima en carretera con la excusa de las revueltas libias y con el fin declarado de ahorrar. Tan sólo tres días después, el mensaje que lanza Economía es el contrario: para que la economía remonte, los españoles deberíamos consumir más y ahorrar menos. El número dos de Salgado, José Manuel Campa, lanzaba esta idea este martes: el ahorro es "un arma de doble filo" porque implica consumir menos y si los españoles lo hicieran en menor grado, el PIB podría remontar una décima.
Pese a ser la más relevante, no es la única contradicción en la que han incurrido miembros del Gobierno en los pocos días que han pasado desde que se anunciara la reducción del límite de velocidad. El viernes, el ministro del Interior cifró en un 15 por ciento el porcentaje de ahorro en consumo de combustible. Este lunes, sin embargo, Miguel Sebastián habló de un exiguo tres por ciento. Casi al mismo tiempo, José Blanco decidió no mojarse y apuntó a una horquilla entre el 5 y el 22 por ciento.
El broche final al espectáculo de confusión lo puso José Luis Rodríguez Zapatero desde Qatar. El presidente defendió la medida por el ahorro que supondría y porque "además, salva vidas y contamina menos". Dejando aparte ese llamativo "además", llama la atención que el presidente insistiera en que la medida sería provisional pese a los benéficos efectos que enumeraba el presidente.
El Gobierno, mientras, quiere ir más allá en sus medidas energéticas. El portavoz del Ejecutivo, al que el viernes se le escapó que tuvo que "improvisar" por el camino, habló este martes de un futuro plan para ahorrar en los edificios públicos. Y casi a la vez, José Blanco contestaba irritado a los periodistas al ser preguntado por otra ocurrencia del Ejecutivo anunciada ayer: ahorrar también en la iluminación en las carreteras. "Qué farolas, quién ha dicho eso. Nadie ha dicho nada de eliminar un punto de luz", dijo un enfadado Blanco a preguntas de los periodistas sin concretar en qué se concretaría ese ahorro en el sistema de iluminación.
El próximo viernes será Rubalcaba quien tenga que unificar, si puede, el mensaje del Gobierno en materia energética. También tendrá que aclarar cuál es la receta preferida del Gobierno para combatir la crisis, en el caso de que la sepa: si ahorro, o gasto.