El congresista republicano por el estado de Texas Ron Paul está viviendo uno de los mejores tiempos de su carrera política. Tras décadas de intentos fallidos a la hora de llamar la atención de sus colegas acerca del comportamiento, según él, fraudulento y altamente perjudicial de la Reserva Federal (FED), por fin ahora sus esfuerzos están cosechando los resultados ansiados. De hecho, incluso se están superando las expectativas que él mismo podía tener al respecto.
Bloomberg publicó el jueves un artículo en el que resumía la trayectoria de Paul en lo referente a su posición contra la FED. La agencia citaba unas declaraciones de Bruce Buchanan, politólogo de la Universidad de Texas, donde resumía la situación: “[Paul] está preparado con un argumento que encaja en el momento. Es un argumento que se solía considerar como extremo, pero ahora parece razonable dada la opinión de que la FED contribuyó al fiasco financiero al fracasar en su ejercicio de supervisión”.
En este sentido, Ron Paul señala en su último libro Acabad con la Fed (End the Fed) lo siguiente: “Llevo hablando y escribiendo sobre este tema desde hace más de 30 años, pero era un tiempo donde a casi nadie le importaba lo que tenía que decir". Sin embargo, “la crisis económica lo ha cambiado todo”, afirmaba el congresista.
La actual crisis financiera ha supuesto un duro golpe a la confianza de los norteamericanos sobre la responsabilidad y sensatez de las políticas monetarias de la banca central estadounidense. No obstante, la FED trata de exculparse a sí misma como puede, por varias vías: o bien culpa a los asiáticos del exceso de ahorro (como han hecho Bernanke o Greenspan), o bien quitando importancia a las burbujas (como escribió recientemente Frederic Mishkin).
El congresista Paul, sin embargo, es claro y contundente: la FED es culpable de la crisis, y ésta actúa por encima de la Constitución norteamericana, operando de manera muy poco transparente y de forma sospechosamente misteriosa.
A raíz de ello, está triunfando la propuesta legislativa de Ron Paul, consistente en aumentar el control del Congreso sobre la autoridad monetaria -su proyecto de ley de auditar la FED (HR 1207), bajo el título de Ley de Transparencia de la Reserva Federal-. La idea es someter a supervisión política las deliberaciones y decisiones monetarias de la Reserva Federal.
Una iniciativa ya de por sí inédica, aunque no hay que olvidar que el objetivo último de Ron Paul es la abolición de la FED, cuestión que repele a la gran mayoría de economistas, y que ya analizamos desde LD:¿Y si no hubiera bancos centrales?.
Su iniciativa legislativa consiguió luz verde por parte del Comité de Servicios Financieros del Congreso. El apoyo que tiene esta propuesta es aún mayor en la población norteamericana, como lo muestran algunas encuestas.
Así, el pasado agosto, el 75% de los ciudadanos respaldaban la auditoría de la FED. Y muy recientemente, la prestigiosa casa de encuestas Rasmussen publicaba nuevos resultados que confirmaban los anteriores datos: el 79% apoya la iniciativa, mientras que tan sólo el 7% se opone. En la actualidad, esta medida está siendo discutida en el Senado, a la espera de una decisión sobre su ratificación.
Sin embargo, a pesar del apoyo popular y del Congreso, existen importantes voces en contra, como la del Secretario del Tesoro Timothy Geithner, o la del presidente de la FED, Ben Bernanke, quienes basan esencialmente su postura en que la medida legislativa debilitaría gravemente la independencia de la que disfruta la autoridad monetaria. De esta manera se minaría su credibilidad y podría estar sujeta a presiones políticas, lo que podría generar a su vez perversos incentivos para su actuación, y por ende, sobre el crecimiento y la estabilidad económica.
Otros como Thomas DiLorenzo, sin embargo, consideran la independencia actual de la FED simplemente como un mito. Analizar cómo surgieron los bancos centrales podría revelar algo de luz en este asunto.
También en oposición a los intentos de auditar la FED se manifestaron alrededor de 270 economistas en una carta abierta al Congreso norteamericano, donde firmaban, entre otros, Mishkin (ver carta en .doc).
En respuesta a esta postura, varios economistas afines al Ludwig von Mises Institute y profesores universitarios en EEUU han firmado una declaración donde apoyan la propuesta de Ron Paul.
A continuación ofrecemos una traducción en exclusiva de la carta, titulada Una nota sobre la supuesta independencia de la FED, y publicada originalmente en el Mises Institute el pasado 10 de diciembre por Jörg Guido Hülsmann, profesor en la Université d'Angers francesa.
La carta de economistas con la FED:
Los congresistas Ron Paul y Alan Grayson persiguen someter a una mayor transparencia y responsabilidad al banco central de EEUU y “someter la política monetaria de la Fed y sus acciones de préstamo-descuento a una auditoría por la Oficina Contable del Gobierno (Government Accounting Office, GAO)”.
En oposición a estos esfuerzos por auditar el Sistema de la Reserva Federal, alrededor de 270 economistas (ver listado en formato Excel) han firmado una Carta Abierta (leer carta en formato Word) argumentando que “la teoría económica y un cuerpo masivo de evidencia empírica defienden claramente la independencia de los bancos centrales en su operativa de política monetaria”.
Lamentamos no estar de acuerdo. La teoría económica sugiere que los monopolios no sometidos a responsabilidad, y protegidos legalmente, son ineficientes. Sin supervisión, gestión, competencia, ni feedback, tales organizaciones toman malas decisiones y tienden a estar influenciadas por intereses especiales. ¿Por qué los bancos centrales deberían ser diferentes?
La evidencia empírica sugiere que los bancos centrales no sometidos a ningún tipo de disciplina asignan mal los recursos y retardan el crecimiento económico. Desde 1913, año en que se creó la FED, el dólar ha perdido el 95% de su valor. El crédito fácil de la FED ha convertido a la economía norteamericana en dependiente de la deuda. Ha fomentado inversiones irresponsables en los mercados financieros y otras partes.
Ha redistribuido los ingresos reales a gran escala desde la población general a los principales socios de la FED: bancos, compañías financieras, y el Gobierno. No ha estabilizado la economía americana, sino que la ha hecho mucho más frágil y propensa a severas crisis como la actual.
En palabras simples: la FED es una agencia de planificación central del Gobierno, y actúa tan bien como lo hace y ha hecho toda agencia de planificación central gubernamental en la historia.
La banca -ya sea banca comercial o banca central- funciona mejor cuando es competitiva, transparente, y responsable. Cuánto más esté la banca central separada del escrutinio público y de las reglas que impone el Estado de Derecho, más peligrosa se convierte para la economía y la sociedad.
La FED ha tenido un gran éxito: es, con mucho, el mayor soporte financiero para la investigación académica en temas monetarios y macroeconómicos, empleando a cientos de economistas, financiando congresos y seminarios, proporcionando consultorías remuneradas, etcétera. ¿Es de extrañar que la mayoría de académicos monetarios y macroeconomistas apoyen el status quo?
La FED necesita serias reformas y debería estar sujeta a la competencia y a la responsabilidad. El proyecto de ley de Paul-Grayson es un primer paso hacia este fin. Los ciudadanos americanos tienen derecho a demandar los mismos estándares de transparencia y responsabilidad de la FED que de otras agencias gubernamentales.
Una burocracia gubernamental que no pueda funcionar a no ser que esté envuelta en secretismo y no sea responsable ante los representantes elegidos del pueblo no tiene cabida en una sociedad libre.
Puede firmar en esta página web para dar el apoyo a la carta.