¿Recuerdan la nube volcánica islandesa que ha provocado uno de los mayores caos de la historia? Pues nuevos datos revelan que no tenía la densidad suficiente como para cerrar el espacio aéreo. Se trató de una falsa alarma, pero las aerolíneas recibirán ayudas públicas.
Un polémico artículo que publica el rotativo británico Daily Mail da un nuevo giro a las informaciones sobre la crisis aérea generada tras la erupción de un volcán en Islandia. Los miles de pasajeros que no pudieron coger sus aviones por estar cerrado el tráfico por las autoridades civiles descubren ahora que el espacio aéreo se bloqueó basándose en falsas estimaciones sobre la nube de ceniza que emergió del volcán.
Según los técnicos consultados por el diario, nuevas pruebas demuestran que la densidad de la nube no era tan alta como se decía desde los poderes públicos. El polvo era tan fino que ni suponía riesgo alguno, es decir, que los aviones podían haber volado sin problemas. Hata Jim Mc Kenna, máximo responsable de la agencia de aviación civil británica, lo admite: "es obvio que al principio de la crisis no disponíamos de datos concluyentes" sobre el impacto de la nube volcánica.
"También es verdad que durante algunos momentos, la densidad de la ceniza sobre Reino Unido era tan pequeña que no podíamos detectarla", señala Mac Kenna.
Las imágenes de satélite serán utilizadas por las aerolíneas para lograr millones de euros como compensación a las supuestas pérdidas generadas por el cierre del tráfico aéreo realizado por los gobiernos. En el caso de Reino Unido, que es el que trata el diario británico, las fotografías muestran que nunca existió la nube volcánica.
Fuente: Daily Mail
El rotativo explica que las autoridades aéreas prohibieron los vuelos sólo y exclusivamente mediante el uso de modelos informáticos, sin comprobar los datos que estimaban los ordenadores. Exactamente igual que está haciendo la ONU con la teoría del supuesto cambio climático. Los modelos iban a ser comprobados por un avión de investigación, pero fue enviado a los cielos demasiado tarde. Cuando llegó a la nube, comprobó que la densidad era tan baja que no afectaba al vuelo.