(Libertad Digital) La tercera entrega televisiva del Informe Recarte ha desbrozado las influencias que la entrada de España en el euro puede haber tenido en el estallido de la crisis.
En esta ocasión, la mesa de debate ha estado claramente dividida entre Luis de Guindos, ex secretario de Estado de Economía, que exclamaba en su primera intervención “¡gracias a Dios que estamos en el euro!” y el presidente de Libertad Digital, Alberto Recarte para quien la decisión de entrar en el euro pudo haber sido "letal" para nuestra economía.
"Letal para nuestra economía"
Para Alberto Recarte, nuestra entrada en el Euro no sólo “ha sido una mala idea” sino que además, "puede haber sido letal”. En su opinión, durante los últimos 10 años no sólo hemos experimentado el ciclo de mayor crecimiento que recuerda nuestra historia, sino que durante ese tiempo también “se han generado problemas que es posible que arrastren a nuestro país al estancamiento y la pobreza para los próximos 10 años”.
El presidente de Libertad Digital, recuerda que cuando se entró en el Euro, los defensores advertían que los países integrantes de la moneda única no deberían preocuparse por los diferentes ciclos económicos ni porque los tipos de interés fueran los adecuados para las economías de cada uno de los países, ya que habría un ciclo único y los tipos los marcaría el BCE y convendrían a todo el mundo.
Pero, dice Recarte, lo que sucedió realmente en España es que “los tipos bajaron mucho” y se disparó el endeudamiento de las familias y las empresas “que pasó de 80.000 millones en 1997 a más de 700.000 en 2007”. Un endeudamiento “impulsado por unos tipos de interés muy bajos”.
Recordando la teoría austriaca, Recarte señalaba que cuando “hay mucho dinero en circulación y los tipos son muy bajos, pueden producirse dos fenómenos: El exceso de inversión y la aparición de malas inversiones y en España han aparecido estos dos fenómenos. La inversión ha crecido hasta el 30 por ciento del PIB, que es una inversión de país subdesarrollado”.
Estos problemas en nuestro país se convierten en “letales” para Recarte, en el momento en que percibimos que nuestro “sistema financiero depende más que cualquier otro del crédito exterior que es enorme” el gasto y el consumo se retrae debido al elevado endeudamiento que soportan familias y empresas, así como su nulo acceso al crédito.
"Es como jugar la Champions League"
En cambio, Luis De Guindos opina que la entrada de España en el euro no ha tenido nada que ver con la crisis financiera que sufre Europa y, en concreto, España. En su opinión, lejos de haber sido un problema para nuestra economía, puede representar parte de la solución “gracias a Dios que estamos en el euro”, ha exclamado De Guindos. Según ha dicho, la pertenencia a la moneda única “es como jugar la Champions League porque hay que estar entre los mejores desde el punto de vista de solvencia y riqueza, y si lo haces mal te quedas fuera”. Por esta razón, dice De Guindos, estar en el euro obliga a esforzarse y disciplinarse en caso de querer seguir “jugando”.
El ex secretario de Estado considera que el euro no ha tenido nada que ver en las bajadas de tipos de interés que han permitido que se dispare el endeudamiento de familias y empresas. En su opinión, esto ha sido culpa de la política de los bancos centrales. No obstante, de no estar en el euro, dice De Guindos, ahora sufriríamos importantes tensiones inflacionistas, y “el crack de nuestro sistema bancario”. Según dice, “el BCE se ha podido equivocar pero eso no tiene nada que ver con el tema del euro”.
De Guindos ha destacado que los bancos centrales lo que hacen es establecer los tipos e inyectar liquidez pero, en su opinión, “no es un problema de liquidez sino de solvencia y si no hay confianza en el sistema bancario, las bajadas de tipos no importan”
"España tiene problemas en el euro"
Recarte ha contestado a este argumento recordando que "no se trata de que el euro tenga problemas sino que la economía española tiene problemas en el euro". En este sentido, ha dicho que "económicamente", la entrada en el euro, "fue una mala decisión aunque no nos quedaba otra opción". Según Recarte, si no hubiéramos entrado en la moneda única, el ciclo alcista hubiera sido menos expansivo, "habríamos crecido menos" y el precio de algunos activos no se habría disparado, como el precio de la vivienda que subió un 170%.
Esta coyuntura, que derivará, según Recarte, en más de 4 millones de parados y un desempleo superior al 20%, será difícil de superar con el euro y aún así, “cuando se salga” de la crisis, se "producirán muchas diferencias sociales". Según ha explicado, con la peseta se podía devaluar la moneda, lo que implica un empobrecimiento de la población, pero sobre todo de los que más tienen.
En cambio, con el euro, la diferencia que se va a crear va a ser enorme “porque ahora los que tenemos patrimonio, tarbajo asegurado y mantendremos los sueldos vamos” a estar en una situación mucho más saneada que los que sufran las consecuencias del endeudamiento y el paro.
El endeudamiento de familias y empresas
Una de las claves del debate era el fuerte endeudamiento experimentado por familias y empresas en los últimos diez años. De Guindos señala que, en los últimos años la evolución del endeudamiento “ha sido explosiva” porque “la política en España no ha sabido compensar ese impulso histórico” pero dice que en esta situación, si tuviéramos la peseta, las tipos estarían por las nubes.
No obstante, Recarte recuerda a De Guindos que la expansión del endeudamiento no habría tenido la misma evolución en el caso de que hubiéramos conservado “la pela” ya que los tipos habrían estado más altos.
Finalmente, De Guindos insistía en que el euro ha constituido el “ciclo protector” porque ha permitido mantener la disciplina y el rigor en la política presupuestaria. A lo que Recarte ha contestado irónicamente “Esto es la expresión del pesimismo español. No nos dejéis que nos gobernemos nosotros mismos”.
Prolongar los tipos bajos es “suicida”
También presente en la mesa del Informe Recarte, el profesor Cabrillo ha aportado sus conocimientos a la discusión. Según ha recordado la entrada en la moneda única devolvía a la economía europea a una situación parecida a la anterior a la Primera Guerra Mundial cuando, “más o menos” estábamos “en el patrón oro”. Con una salvedad, que el patrón monetario era únicamente financiero y el Gobierno mantenía la posibilidad de emplear las políticas económicas a discreción para combatir el ciclo económico, “y esto es lo que ha cambiado con el euro”.
Esto provoca, según Cabrillo, que se coloquen “ataduras” a la política económica de tal manera que ahora, los errores de la economía, al no poderse combatir con devaluaciones, se hace con ajustes por vía real, en los mercados de trabajo y en los mercados de bienes y servicios. El problema, recuerda Cabrillo, es que España tiene unos mercados de trabajo y de bienes y servicios muy rígidos, y los ajustes por vía real "nos llevan al desastre".
En este sentido, ha recordado también que el Banco de España ya contemplaba este supuesto antes de la entrada de la moneda única y señalaba que en caso de que aparecieran problemas y fueran necesarios los ajustes, los Gobiernos iniciarían reformas. Cabrillo pone un ejemplo, el mercado laboral, que pese a estar en crisis y experimentar un fuerte ajuste, no aborda las reformas porque dice necesitar el consenso de los agentes sociales. En esta situación, reina “el statu quo”.
En cuanto a los tipos de interés, Cabrillo ha destacado que “en contra de lo que piensa la mayoría de la gente, mantener artificialmente los tipos de interés durante mucho tiempo es suicida”. Esto provoca que “las inversiones se distorsionan” porque crea la ilusión de que el coste de capital es cero o negativo, por lo que la inversión se ha disparado mientras se ha mantenido esta situación. Por eso “el ajuste, sin el euro, se habría producido antes”.
“La política monetaria funciona porque se engaña a la gente"
Para Cabrillo uno de los grandes problemas que también ha influido en la crisis que vive España es que “en este país se ha engañado a la gente de una forma vergonzosa”. Refiriéndose a las reacciones del Gobierno cuando la crisis comenzó en agosto de 2007, como que los tipos habían tocado techo, Cabrillo ha recordado la vieja teoría keynesiana que decía “con crudeza” que “la política monetaria funciona porque se engaña a la gente”.