La canciller alemana Angela Merkel llega este jueves a Madrid dispuesta a auditar las reformas que está poniendo sobre la mesa el presidente del Gobierno y que le han venido impuestas desde Europa precisamente.
El presidente se esforzó este miércoles en hacerse la foto del pacto social en La Moncloa con patronal y sindicatos. Un pacto que no aglultina, de momento, el beneplácito de ninguna formación del arco parlamentario y que no deja de ser una mera declaración de intenciones.
En cualquier caso, su fotografía le ha reportado, no solo la felicitación de Van Rompuy que ayer le "llamó por teléfono", como explicó Zapatero, para aplaudir el pacto. Sino que en una entrevista concedida a la televisión pública española, la canciller Angela Merkel le felicitó igualmente por haber puesto de acuerdo a patronal y sindicatos en el camino de reformas que debe transitar España.
En cualquier caso, Merkel no necesita mucho tiempo para dejar claros cuáles son los pasos y las medidas necesarias para la economía española. Una claridad que no deja de sorprender acostumbrados a los circunloquios y frases grandilocuentes del presidente Zapatero, las explicaciones soporíferas de la ministra Salgado, o la retórica gallega de Rajoy que últimamente no entiende ni su letra cuando le preguntan por las medidas para generar empleo que adoptaría de llegar a ser presidente del Gobierno.
A Merkel se le entiende todo. En la citada entrevista la canciller dio dos claves directas y sencillas para que España salga del agujero en el que se encuentra: gastar menos de lo que ingresa y cambiar la política salarial para que los sueldos no estén vinculados a la inflación sino a la productividad.
Dijo que "todos tenemos que hacer reformas constantemente, no podemos parar nunca. Creo que España está dando pasos positivos, como la "reforma del sector de las cajas de ahorro".
Pero a continuación, Merkel lanzaba su primer recadito a Zapatero. Si España quiere ganar competitividad: "Yo no me meto en la política salarial de España pero todos tenemos el deber de gastar menos de lo que ingresamos cada año". En este sentido, ha recordado que Alemania ha introducido en su constitución "el límite de endeudamiento", lo que significa que a nivel federal a partir de 2016 no puede haber más deuda en el estado central y en los estados a partir de 2020.
Un instrumento de obligación y disciplina que evitaría "dejar demasiadas cargas a nuestras futuras generaciones".
Y el segundo aviso sobre la política salarial. Después de decir que "aquí no tengo que decir nada", Merkel señalaba que es "demasiado fácil", como hacen muchos países, vincular "que los salarios suban con el índice de inflación" –como es el caso de España- pero "los salarios deben subir sólo según las ganancias y beneficios". Es decir, vincular los salarios a la productividad.
Eurobonos y pacto de estabilidad
Preguntada por si lo que quiere es refundar el Euro, dijo que "no" porque "el Euro es una historia de éxito", en su opinión, "no tenemos una crisis del Euro, lo que tenemos es una crisis de endeudamiento en algunos estados y en otros un problema de competitividad".
Ha dicho que "estamos todos en el Euro" pero "tenemos que conseguir que eso sea un estímulo para todos". Por este motivo, ha descartado la creación de eurobonos "no sería la respuesta correcta", señala. Además, ha aclarado que, con los eurobonos "supondría que todos pagaríamos los mismos interese por las deudas y no quedaría claro quién se esfuerza más y quién se esfuerza menos y debería esforzarse más".
Para Merkel, "cuando los países hacen iguales esfuerzos, entonces los intereses de la deuda se igualarán por sí solos, pero igualarlos de forma artificial, y con ello ocultar que somos diferentes, es un error".
Lo que en realidad necesita la zona Euro es una moneda más competitiva manteniendo "el pacto de estabilidad en el futuro".
Impuestos
Para Merkel, las discusiones mantenidas hasta ahora con otros países han quedado atrás porque "hemos encontrado un camino conjunto y ese camino se llama Solidaridad, Estabilidad y Competitividad". En cualquier caso, ha advertido que esto "no significa que vayamos a armonizar los impuestos aunque tenemos que ver cómo aproximamos más los unos y los otros para tener una competitividad justa".