El anuncio la pasada semana de un crecimiento del PIB del 5,7% en el último cuatrimestre del año 2009 ha conmocionado los mercados y ha impulsado una ola de optimismo económico que, muy probablemente, poco tenga que ver con la realidad.
Muchos analistas creen que los números presentados el viernes son simples fuegos de artificio a los que bien les podría pasar lo mismo que a los del tercer cuatrimestre. Entonces, la administración anunció que el crecimiento había sido del 3,5%, para luego rebajarlo a un más realista 2,2%.
Algo parecido puede suceder ahora y más conociendo la composición del crecimiento. Aproximadamente 2/3, es decir, un 3,4% del incremento se debe a reposición de inventarios en la industria. Es decir, a llenar de nuevo los almacenes tras las ventas extraordinarias, inesperadas y muy bien lubricadas con el dinero de los estímulos públicos.
Si retiramos del cómputo la reposición de inventarios el crecimiento se queda en un 2,2% anual, es decir, idéntica tasa a la del anterior cuatrimestre y que, sin llegar a ser negativa, es propia de una recesión, al menos en los Estados Unidos.
Porque no existe (aún) recuperación
Hay cuatro hechos interrelacionados en la economía estadounidense que forman un círculo vicioso y que impiden en el corto plazo que se produzca la milagrosa recuperación que el Gobierno espera:
1.- El consumo está parado. El gasto familiar disminuyó un 0,6% en 2009, la mayor caída desde hace 35 años.
2.- Como consecuencia los ahorros han aumentado, un 4,6% exactamente, en el último cuatrimestre. Consumir menos y ahorrar más es una práctica defensiva que indica que la gente no ve recuperación y se parapeta de ese modo ante futuras crisis.
3.- El paro alcanza cifras históricas, tanto absolutas como relativas. Y quien no se ha quedado sin empleo teme perderlo en breve.
4.- El crédito está cerrado para las empresas y no es atractivo para las endeudadas familias norteamericanas. Si no hay dinero, nadie invierte y crea empleo.
La incertidumbre se encarga del resto. Con todo, que la tasa de ahorro haya aumentado es una excelente noticia, porque implica que los norteamericanos con deudas podrán ir amortizando créditos en lugar de pedir nuevos.
Teniendo en cuenta que, durante la parte expansiva del ciclo, aproximadamente un 70% del PIB lo forma el consumo, es imposible que Estados Unidos se esté recuperando, al menos del modo en que lo anuncian modo de alfombra para que Obama presente su presupuesto de 2010.
Para 2010, los analistas prevén un crecimiento de la economía estadounidense en torno al 2%, cifra que aquí, en España, sería espectacular, pero que en América seguirá creando desempleo y endureciendo la crisis.
PIB en EEUU, mucho ruido y pocas nueces
Ha sido la reposición de inventarios y no el consumo lo que ha alimentado el crecimiento del PIB en el último cuatrimestre de 2009. La economía real, sin embargo, sigue parada.
En Libre Mercado
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