LD (M. Llamas) El Gobierno de EEUU y, en concreto, su secretario del Tesoro, Henry Paulson, no desisten en su intento de salvar las entidades que cotizan en Wall Street mediante la compra de activos de dudosa calidad.
El pasado domingo, los líderes del Congreso de EEUU y la Casa Blanca alcanzaron un acuerdo sobre el plan de rescate financiero, cuyo coste inicial estima el Gobierno en 700.000 millones de dólares. El texto establecía algunos límites y modificaciones respecto al programa inicial.
Sin embargo, el Congreso no ha dado su visto bueno al rescate elaborado por el Gobierno. Este lunes, la cámara de representantes rechazó el plan con 228 votos en contra y 205 a favor.
Dicho resultado se materializó con una caída histórica en el mercado bursátil de EEUU. Wall Street cedió casi un 7 por ciento tras la votación, mientras que el Ibex-35 se dejó un 3,88 por ciento. Hasta tal punto llegó la desconfianza que la Reserva Federal anunció una inyección masiva de liquidez, de hasta 630.000 millones de dólares, con el objetivo de combatir la peor crisis bancaria en 80 años y suavizar la tensión vivida en el mercado interbancario.
Y es que, el TED (es decir, el diferencial existente entre el tipo de interés de referencia en el interbancario y las letras del Tesoro de EEUU) se disparó hasta los 350 puntos básicos, lo cual evidencia la desconfianza de las entidades para prestarse dinero ante el riesgo de nuevas quiebras.
Ante tal situación, no es de extrañar que la crisis financiera cruzara el charco y golpeara de lleno la estabilidad del sector bancario europeo, en una jornada negra para las entidades continentales. El penúltimo capítulo ha tenido lugar este martes tras el rescate gubernamental del banco Dexia por parte de Francia, Bélgica y Luxemburgo.
El Gobierno confía en el Senado
Pese a todo, el Gobierno de EEUU no se rinde y confía ahora en aprobar su plan de rescate en el Senado, con el fin de presionar a los miembros del Congreso. "Tenemos que trabajar tan rápido como sea posible. Necesitamos hacer algo", según afirmó Paulson tras reunirse con el presidente de EEUU, George W. Bush, después de que la cámara rechazar el programa.
"Creemos que nuestro plan funcionará", indicó. Paulson reconoció que los mecanismos de los que dispone el Gobierno son "insuficientes" para evitar el colapso del sistema. Por ello, "me he comprometido a seguir trabajando con los organismos reguladores para utilizar todas las herramientas disponibles con el fin de proteger nuestro sistema financiero y nuestra economía", informa Bloomberg.
"Vamos a seguir trabajando hasta que consigamos del Congreso lo que necesitamos", advirtió Paulson. En este sentido, el líder de la mayoría en la Cámara, Steny Hoyer, anunció que el Congreso podría retomar el debate sobre el mega-rescate financiero esta misma semana tan pronto como el plan pase por el Senado.
De este modo, el Gobierno confía en sacar adelante su plan en la Cámara Alta en los próximos días con el voto mayoritario de los senadores. Su aprobación supondría una presión añadida a los miembros del Congreso para dar su visto bueno al plan de Paulson.
El Gobierno hace uso del Fondo de Estabilización de Intercambio
De hecho, algunos analistas incluso apuntan hacia la posibilidad de que el Gobierno haga uso del Fondo de Estabilización de Intercambio (Exchange Stablization Fund) como último recurso en caso de que el plan no salga adelante.
De hecho, el presidente Bush acaba de dar luz verde al Departamento del Tesoro para que emplee efectivos procedentes de este Fondo de Estabilización (ESF, por sus siglas en inglés) para financiar fondos mutuos de inversión del mercado de valores, según una nota difundida por la Casa Blanca.
"Apruebo el uso de fondos del ESF como garantía para ciertos fondos mutuos del mercado financiero", dijo Bush en el memorándum del secretario del Tesoro estadounidense, Henry Paulson. Esta nota sustituye a una similar que el mandatario norteamericano firmó a mediados de mes, en la que el Gobierno inyectaba 50.000 millones de dólares para estabilizar fondos mutuos del mercado de dinero (money market).
Este mercado es esencial para el funcionamiento de la armazón financiera porque proporciona capital a corto plazo y a bajo interés a los bancos. Ese tipo de fondos mutuos eran considerados como las inversiones más seguras.