Así lo puso de manifiesto Ocaña durante su intervención en el Foro Cinco Días, donde consideró que uno de los principales retos de la economía española es ganar competitividad en el futuro, lo que obliga a cierta moderación salarial.
En este sentido, resaltó que la evolución de los salarios, hasta ahora, no ha sido sensible a la evolución del ciclo económico, por lo que consideró "esencial" que las futuras subidas salariales estén "estrictamente ligadas" a los incrementos de la productividad.
Aún así, aseguró que este no es el único camino para que la economía española aumente su competitividad y productividad, ya que se necesita una economía "más flexible", lo que obliga a realizar reformas estructurales en todos los sectores de actividad.
En este sentido, resaltó la necesidad de impulsar la capitalización de la economía, sobre todo en infraestructuras y en I+D, algo que siempre ha sido y sigue siendo la "columna vertebral" de la política presupuestaria del Gobierno. "Más competitividad no significa sólo moderación de salarios, sino más reformas e inversión", señaló.
Ocaña puso como ejemplo la transposición de la directiva de servicios, al tiempo que apostó por abordar algunas reformas laborales que se tienen que acordar en el seno del diálogo social y que son "esenciales" para retomar senda de crecimiento.
Reformar las pensiones
En esta misma línea, apostó por revisar el Pacto de Toledo y reformar el sistema de pensiones adoptando las medidas que se estimen necesarias desde el consenso, ya que se tiene que elaborar un modelo que dure muchos años. "No se puede hacer sin consenso", subrayó.
Para Ocaña, la recuperación del empleo, la reducción del déficit y el aumento de la competitividad son los principales retos de la economía española, mientras que este último elementos será "la clave" de la recuperación y de la generación de nuevos puestos de trabajo.
La recuperación está cerca
En otro orden de cosas, el secretario de Estado consideró que el inicio de la recuperación "está cerca", aunque admitió que se producirá "con cierto retraso" en comparación con otros países y aseguró que el Gobierno no puede conformarse con esto, sino que tiene que aspirar a que la economía vuelva a recuperar posiciones.
En este sentido, apostó por ser "ambiciosos" a la hora de reforzar la estructura productiva del país, aunque admitió que la economía española seguirá registrando tasas intertrimestrales negativas "pequeñas" en el cuarto trimestre y que las cifras positivas no llegarán hasta el año 2010.
"Estoy seguro de que si hacemos los deberes el momento difícil dentro de poco será una cosa del pasado y estoy seguro de que la política económica que estamos desarrollando inicia este camino y da la señal de por dónde tiene que ir las cosas", añadió.
Más esfuerzos y sacrificios
A su parecer, el inicio de la recuperación "parece cercano", aunque la crisis no se solucionará esperando a que "pase la tormenta", sino que obligará al país a seguir realizando "esfuerzos y sacrificios".
Explicó que la recuperación se iniciará previsiblemente en el sector exterior, apoyado por la recuperación del comercio mundial y que se extenderá después a la demanda nacional y al consumo, ya que la demanda interna recuperará cierto vigor pero probablemente no volverá a registrar los niveles de antes de la crisis.
Finalmente, en declaraciones a los medios de comunicación y preguntado por si la evolución del cambio euro-dólar preocupa al Gobierno español, Ocaña dijo que el nivel actual no es muy distinto al alcanzado en otras épocas, por lo que no es constituye un nivel de preocupación esencial para el Gobierno.