El 17 de febrero de 2009 Obama firmó en Colorado la ley que dio al gobierno 787.000 millones de dólares para incentivar la actividad económica, lo que supuso su primer logro como presidente.
El mandatario reconoció este miércoles que, ante los millones de personas sin trabajo, la situación económica actual "no se siente aún como una recuperación", pero para la Casa Blanca sería mucho peor si no fuera por el dinero del programa de estímulo.
Obama enfatizó que el plan ha creado o ha evitado la destrucción de unos dos millones de empleos en su primer año de funcionamiento y salvará otro 1,5 millones de puestos de trabajo en el 2010.
"Una segunda depresión ya no es una posibilidad, principalmente gracias al estímulo", dijo Obama, en una referencia a la Gran Depresión de los años treinta.
El paro afecta al 9,7 por ciento de la población actualmente y el Gobierno prevé que sume el 10 por ciento en media este año. Obama pidió al Congreso que apruebe "lo antes posible" medidas adicionales para incentivar las contrataciones.
En su declaración criticó a los legisladores republicanos por atacar el programa por motivos políticos, al tiempo que asisten a ceremonias de inauguración de obras iniciadas con el dinero del estímulo en sus distritos.
Tan sólo tres republicanos, todos en el Senado, votaron a favor del programa de estímulo, que su partido ha criticado como un despilfarro de dinero.
John Boehner, su líder en la cámara baja, ha afirmado que las "autofelicitaciones" por el plan demuestran que la administración "está incorregiblemente aislada de la realidad".
"El pueblo estadounidense asumió una cantidad récord de deuda para financiar el estímulo de un billón de dólares de los demócratas de Washington y un año después la tasa de desempleo de la nación está cerca del 10 por ciento", aseveró Boehner.
Obama también destacó en su declaración que un tercio de los fondos del programa se dedicaron a una bajada de impuestos para el 95 por ciento de los estadounidenses.
Con ello, intentó refutar la impresión reflejada en las encuestas de que su administración ha subido los tributos.
Otro tercio del dinero del plan está destinado a potenciar las ayudas a los desempleados y asistir a los estados.
Obama dijo que los fondos evitaron el despido de miles de funcionarios el año pasado, pero reconoció que en el 2010 los gobiernos estatales podrían verse obligados a reducir sus plantillas por su precaria situación económica, lo que preocupa a la Casa Blanca.
El último tercio del dinero será dedicado a establecer unas bases económicas más robustas, que potencien las energías alternativas, dijo el presidente.
Hasta ahora el Gobierno ha usado 300.000 millones de dólares del programa y pretende agilizar los desembolsos para llegar a los 551.000 millones de dólares hasta finales de septiembre.
Entre los proyectos que recibirán financiación este año están líneas de ferrocarril de alta velocidad, la modernización de la red eléctrica e investigación en el campo de la salud.