LD (Agencias) El Gobierno alemán anunció este domingo que se garantizarán las cuentas bancarias abiertas en instituciones financieras privadas en el marco de su reacción a la crisis financiera.
"El Estado garantiza los depósitos privados en Alemania", afirmó un portavoz del Ministerio de Economía, Torsten Albig. Sin embargo, otro portavoz del ministerio matizó que la garantía será limitada. Albig señaló que la garantía estatal iría mucho más allá de lo que ofrece el sistema estatal de garantías, pues ofrecería seguridad absoluta a los clientes privados.
Hoy mismo, el presidente de la Comisión Europea, Jose Manuel Durao Barroso, indicó su intención de duplicar el umbral mínimo de garantías de los depósitos bancarios, hasta llegar a los 40.000 euros, después de que la reunión de ayer en Francia entre los cuatro países europeos del G-8 terminara con un acuerdo que supone "un paso concreto en una buena dirección" para enfrentarse a la crisis económica.
Barroso no quiso establecer comparaciones entre el estado actual de la economía de la UE y la situación que atraviesan los mercados financieros estadounidenses, donde los depósitos están garantizados hasta los 250.000 dólares. En este sentido, el presidente de la CE aseguró que la situación en el continente es mucho mejor que en Estados Unidos, que es "un sólo país", mientras la Unión Europea comprende "27 países", que "no pueden gozar de la misma unidad que los americanos", según declaró en una entrevista concedida al diario francés Le Parisien.
Crisis de Hypo
También hoy, la canciller alemana, Angela Merkel, declaró su intención de impedir que los problemas financieros que atraviesa el banco hipotecario Hypo Real Estate (HRE) repercutan negativamente en la totalidad del sistema financiero alemán.
Ayer, sábado, se daba a conocer que un grupo de bancos privados había abandonado su aprobar un crédito inmediato de 15.000 millones de euros, dejando a HRE al borde de la quiebra. Dicho dinero suponía una contribución significativa dentro del plan general auspiciado por el Gobierno y que contemplaba una inyección de 35.000 millones de euros para el banco.
Merkel, no obstante, criticó a los gestores de las instituciones financieras, a los que considero culpables de la situación actual de HRE, y a los que instó a asumir las consecuencias de lo que calificó como "un comportamiento irresponsable".