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Casi 11,5 millones de asalariados cargan con el peso del sector público

La economía española se enfrenta a una sangría laboral sin precedentes que está hundiendo las afiliaciones a la Seguridad Social. De los 46,7 millones de personas que viven en España sólo una cuarta parte trabaja en empresas. El resto son autónomos, funcionarios y pensionistas.

La economía española se enfrenta a una sangría laboral sin precedentes  que está hundiendo las afiliaciones a la Seguridad Social. De los 46,7  millones de personas que viven en España sólo una cuarta parte trabaja  en empresas. El resto son autónomos, funcionarios y pensionistas.

El Ministerio de Trabajo ha anunciado que las afiliaciones a la Seguridad Social han repuntado levemente en febrero. Aunque los datos del departamento no son detallados (sólo se dan cifras medias, no las afiliaciones a fin de mes), cuando se bucea en las tablas estadísticas se descubren tendencias preocupantes para el futuro de mercado laboral español y para la sostenibilidad del sistema de protección social.

El volumen total de afiliados a la Seguridad Social que cotizan al sistema es de 17,57 millones de personas. Estos trabajadores (o desempleados que cobran la prestación) aportan todos los meses de sus sueldos una cantidad para financiar las pagas que gestiona el sistema, fundamentalmente las pensiones y las ayudas para los parados.

Con una salvedad. Esta cifra se va a reducir en los próximos meses. En la actualidad hay 2,9 millones de parados que están cotizando al sistema a través de sus prestaciones por desempleo y, a no ser que encuentren un trabajo antes de que finalice el cobro de este subsidio (con una duración máxima de dos años), dejarán de cotizar. De esta forma se perdería el 16,5% de los afiliados, tal como publicó LD.

Esto supone que de los 17,5 millones de afiliados que tiene la Seguridad Social se pasaría a menos de 15 millones de cotizantes, lo que situaría la caja del sistema en números rojos de forma oficial (en realidad ya está en déficit por los incumplimientos de Gobierno en la dotación del superávit de años anteriores al Fondo de Reserva). Además, aquellos parados que cobran el subsidio de 420 euros para desempleados sin prestación no aportan nada a la caja de las pensiones.

Más de tres millones de funcionarios

Más allá de estas consideraciones, cuando se estudia el desglose del total de afiliados cotizantes se descubre que el sector público tiene un importante peso. En concreto, en España hay 3,06 millones de empleados públicos y funcionarios, de los que corresponden más de la mitad a las comunidades autónomas (1,69 millones). Los ayuntamientos tienen 664.000 y el Gobierno Central 711.700.

Por lo tanto, el sector privado aporta 14,5 millones de cotizantes a la Seguridad Social, que sostienen a todo el sector público, financiando, además, los servicios a todas las personas que no pueden trabajar (niños, ancianos, viudas, discapacitados y parados que buscan empleo) y a los que prefieren quedarse en casa (desempleados que quieren seguir cobrando el paro y el resto de subsidiados que no entran en el grupo anterior).

Si seguimos con el desglose, el sistema tiene 3.133.792 autónomos, de los que más del 80% cotizan por la base mínima, es decir, que aportan poco dinero a la caja de la Seguridad Social. Si excluimos a este colectivo de la lista de afiliados observamos que los trabajadores que realmente sostienen el sistema de protección son 11,37 millones, que representan una cuarta parte de la población española.

Evolución entre afiliados y pensionistas

Para determinar la sostenibilidad del sistema de protección también hay que estudiar la variable que mide la evolución entre afiliados y pensionistas. Al cierre del pasado febrero se situó en 2,61. Pero si se incluyen sólo los afiliados que realmente cotizan (17,57 millones), entonces el ratio baja hasta 2,2.

Según indica el servicio de estudios de la asociación de empresas de trabajo temporal (Agett), “basta con que hayan 2,3 afiliados por pensionista para que las cuentas de la Seguridad Social rocen el déficit”. Esta situación ya se ha alcanzado.

Fuente: Ministerio de Trabajo


El comienzo de 2010, peor que en 2008

A pesar de que los responsables del Ministerio de Trabajo aseguran que los últimos datos de empleo de febrero suponenun punto de inflexión”, la realidad es bien distinta. El balance de los dos primeros meses del año es de una caída de casi 232.000 afiliados, cuando en 2008 se perdieron 120.000.

Por lo tanto, excluyendo lo ocurrido durante el peor año de la crisis (en 2009 se destruyeron más de 400.000 empleos entre enero y febrero) el ajuste del empleo en 2010 es aún el doble que el registrado en el primer año oficial de crisis (en realidad la burbuja inmobiliaria comenzó a desinflarse al final de 2006 y la crisis en España comenzó a dar síntomas claros en 2007).

Y muchos de los nuevos afiliados son artificiales (creados con dinero público). El 32% de los nuevos cotizantes de febrero pertenecen al sector de la construcción. A pesar de ello, las propuestas del Gobierno siguen concentrando los impulsos hacia el empleo de dicho sector, aunque, por el contrario, uno de sus objetivos sea elevar el peso de la industria en la actividad económica de nuestro país y, por tanto, su peso en el empleo total.

“Lo que es cierto es que los afiliados de la industria representan hoy el 13,2% del empleo, mientras que en 2006 era del 14,4%”, explica el servicio de estudios de Agett.

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