Aunque suene a sarcasmo, los dos dirigentes de dos de las organizaciones que reciben más dinero del Estado, CCOO y UGT, han presumido de la autonomía financiera, con las cuotas de sus afiliados. Ha sido después de la rueda de prensa que los secretarios generales de los sindicatos de izquierdas, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, daban este martes para confirmar la convocatoria de la huelga general y justificar, a su manera, que sea el 29 de septiembre. Una fecha que "no está fuera de plazo en términos de anticipación ni en términos de retraso", en palabras de Méndez.
Al término de la misma, Paloma Cuevas, redactora de Libertad Digital Televisión, lograba lo que parecía imposible. De hecho, el PP lleva meses preguntando, sin éxito, cuántos afiliados tienen los sindicatos y cuánto pagan de cuota. El más preciso en su respuesta ha sido Ignacio Fernández Toxo, de CCOO. Ha dicho que su organización tiene algo más de 1.200.000 afiliados y que, aunque las cuotas son variables, pagan algo más de diez euros al mes de media. Cándido Méndez, más disperso como siempre, no ha hablado de cuotas pero sí ha coincidido en mismo número de afiliación.
Ambos han hecho hincapié en que los sindicatos disfrutan de autonomía financiera y han negado que necesiten las subvenciones para subsistir. Es más, Cándido Méndez ha negado que reciban subvenciones y las ha sustituido por un eufemismo: "los sindicatos reciben recursos del Estado en función de su representatividad". Además, Méndez dijo que las no-subvenciones no son de este Gobierno sino que "se remontan a gobiernos y gobiernos" y ha aclarado que se remontan "para atrás".
Dando por buenos los datos que han facilitado Méndez y Toxo, los dos sindicatos obtendría de sus afiliados algo más de 160 millones de euros anuales cada uno. Lo que hace más inexplicable la ingente cantidad de dinero que reciben del Estado. En 2009 CCOO ha recibido en subvenciones directas 75 millones de euros y UGT uno más, 76. Pero estas cifras engordan hasta casi el doble, con el dinero público que obtienen a través de fundaciones y otro tipo de entidades que controlan los sindicatos. Por si fuera poco, gestionan unos 3.500 millones de euros destinados al Fomento de la inserción y estabilidad laboral, o sea los cursos del INEM. Y dicen que de subvenciones, nada de nada.