(Libertad Digital) En un comunicado público, el consejo de administración de Martinsa-Fadesa ha informado de la decisión que ha tomado tras la reunión que iniciaba a las 16:30 de la tarde de este lunes. El resultado ha sido instar a un Concurso Voluntario de Acreedores (antigua suspensión de pagos) para "garantizar la continuidad de su proyecto empresarial", procediendo así al "saneamiento y reorganización de la compañía a través de los instrumentos de la Ley Concursal".
La empresa informa que la decisión se ha tomado tras constatar las "graves dificultades de tesorería que genera la no obtención del crédito de 150 millones de euros que la compañía precisaba para dotarse de liquidez y seguir desarrollando sus proyectos con normalidad". Según ha informado Martinsa en su comunicado, la decisión se ha tomado tan pronto como ha conocido la denegación del crédito al que se había comprometido el ICO.
La empresa también ha informado que, de momento, tanto el presidente de la empresa como el consejo de administración continuará desempeñando sus funciones al frente de la empresa. Así, quienes han tomado la decisión de suspender pagos, esperan que "las medidas que se adoptarán en el proceso concursal permitirán solucionar el actual problema de liquidez de la compañía, y cumplir con los compromisos de pago en el menor plazo de tiempo posible".
En este sentido, Martinsa-Fadesa quedará bajo la supervisión de los administradores concursales y se compromete a centrar "su actividad tanto en aquellas actuaciones que supongan la generación de ingresos –venta de activos, gestión del suelo- como en las que permitan la reestructuración de la compañía para acomodarse a las nuevas exigencias del mercado y poder así relanzar su proyecto, una vez culminado con éxito el proyecto que ahora se inicia", reza el comunicado.
La compañía asegura ser consciente de "las consecuencias que una medida de estas características tendrá para sus clientes, proveedores y pequeños accionistas, así como para el sector inmobiliario español en particular y la economía española en general". En este sentido, asegura que "desde su responsabilidad, asume el compromiso de trabajar intensamente para superar esta coyuntura a la mayor brevedad, y solicita el apoyo de las administraciones y entidades financieras, y la comprensión de clientes, proveedores y pequeños accionistas".
Desplomes en Bolsa
Ya el pasado viernes, Martinsa-Fadesa lideró las caídas en la Bolsa española, con un retroceso del 33,83 por ciento. Antes había comunicado la solicitud de una prórroga del plazo fijado para la refinanciación de su deuda. Este lunes por la mañana, la CNMV decidía suspender la cotización de la inmobiliaria cuando se desplomaba más de un 25 por ciento en Bolsa.
El crédito del ICO
Ya el viernes, las principales cajas acreedoras de Martinsa- Fadesa esperaban que el ICO "echara un capote" a la inmobiliaria. La deuda que la compañía refinanció constituye el grueso de los 5.100 millones a los que actualmente asciende el endeudamiento de la inmobiliaria. Del monto total, 2.579 millones corresponden al crédito que se firmó para comprar Fadesa y otros 1.422 millones a la refinanciación de la deuda operativa de la sociedad a corto plazo. El resto corresponde en su mayor parte a deuda de promotor, la que se traspasa al cliente cuando compra la vivienda.
Estas entidades financieras mostraban su preocupación por la situación de la compañía y opinaban que podría arreglarse fácilmente "si la institución encargada de gestionar el crédito oficial colabora para llenar lo que se entiende como un vacío de mercado".
Según los acreedores las condiciones de refinanciación establecían un plazo máximo de dos meses para cumplir tres condiciones. Además del crédito del ICO, los bancos obligaban a Martinsa a acometer un plan de viabilidad y una ampliación de capital con recursos propios.
La entidad que preside Fernando Martín culminó la refinanciación de su deuda, por importe de 4.000 millones de euros, en mayo pasado. Tras varios meses de intensas gestiones, la inmobiliaria aseguró su futuro con unas condiciones que le permitían un interesante balón de oxígeno, al menos hasta finales de año. Sin embargo, el frenazo del ladrillo provocó que Martinsa no pudiera subrogar algunos de sus créditos a los potenciales clientes.
Según informan este lunes la práctica totalidad de los periódicos económicos, y como ya avanzó LD el pasado viernes, la suspensión de pagos era ya casi un hecho.
Algunas informaciones apuntan a que la situación en la que se encontraba Martinsa-Fadesa era, en parte, una herencia de la familia Jove. Según estas informaciones, el antiguo propietario de Fadesa, compró a Mohamed VI unos terrenos en la costa marroquí para construir un enorme complejo turístico. El acuerdo con el monarca, según estas informaciones, incluía la construcción de infraestructuras por parte del Reino Alahuita. Un extremo que nunca llegó a término.
Problema pre-electoral
Según algunas informaciones, antes de las pasadas elecciones, el presidente de Martinsa planteó a la Oficina Económica de Moncloa la dureza de la situación. Abrumado por los 4.000 millones de deuda necesarios para la compra a Manuel Jove de la inmobiliaria gallega Fadesa, no tendría más remedio que acudir al concurso de acreedores a menos de que el ICO se implicara en la renegociación de dicha deuda con el sindicato bancario que había otorgado el crédito.
Martinsa se ha convertido en la noche de este lunes, después de Aisa, en la segunda inmobiliaria cotizada en Bolsa que solicita el concurso de acreedores por la crisis que vive el sector. La solicitud de suspensión de pagos de Aisa fue presentada por la aseguradora Asefa y fue denegada el pasado 25 de junio.
El pasado verano, tras el estallido de las subprime, Zapatero negó que España fuera a sufrir los efectos de las turbulencias financieras. No obstante, aquel día, en un Foro ABC, pidió a los bancos que mantuvieran "abierto" el grifo para el sector inmobiliario.
Los promotores piden ayuda a los bancos
Por otro lado, este mismo lunes y antes de conocer la suspensión de pagos de martinsa, la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid (Asprima) solicitó este lunes la colaboración de las entidades financieras para "procurar" evitar circunstancias como la que atraviesa la inmobiliaria Martinsa Fadesa, por considerar que a los bancos y cajas "no les interesa convertirse en inmobiliarias".
El presidente de la patronal, José Manuel Galindo, aseguró que una eventual suspensión de pagos de la inmobiliaria controlada por Fernando-Martín no supondría "una buena noticia" y abogó por buscar "una fórmula" para que todas las inmobiliarias "puedan desarrollar su actividad industrial como lo han hecho hasta ahora".
Tras la reunión mantenida con la ministra de Vivienda, Beatriz Corredor, Galindo lamentó que Martinsa-Fadesa pase por esta situación como consecuencia de que resulte "complicado" refinanciar su deuda de acuerdo con las previsiones que había realizado.