(Libertad Digital) De los errores se aprende. Este es el mensaje que circula en el seno del Banco de España con el fin de evitar nuevas crisis de liquidez y solvencia bancaria en el futuro. Las recetas que propone el organismo regulador en cuanto al funcionamiento de la banca en España suponen todo un cambio de paradigma respecto al modelo vigente, responsable, en gran medida, de la actual crisis financiera.
José María Roldán, director general de Regulación del BdE, hizo el miércoles una defensa del acuerdo de Basilea II, aunque considera que necesita modificaciones. El directivo del Banco de España -que participó en el encuentro La reforma del sistema financiero español, organizado por Unidad Editorial y patrocinado por A&G- apuntó que la “lección estelar” de la crisis es que hay que elevar los requerimientos de capital de la cartera de negociación (donde se sitúan los instrumentos complejos de inversión), hasta igualarla con la cartera de préstamos.
En un artículo de Jaime E. Navarro en Expansión, se desvelan las recetas del Banco de España. El regulador propone que cuando amaine la crisis se introduzcan cambios regulatorios centrados, fundamentalmente, en los requerimientos de capital y en determinados métodos de valoración contable, así como reducir el apalancamiento (endeudamiento) de las entidades. Además, subrayó que se ha puesto de manifiesto que el capital de mayor calidad es el más relevante (el que se agrupa bajo la denominación Core Tier 1, que incluye acciones y reservas), sobre el que será preciso “incidir” más en el futuro.
La clave: el descalce de plazos
Sin embargo, destaca, sobre todo, el cambio a la hora de regular la gestión de la liquidez bancaria. Roldán aboga por una medida en este ámbito que revolucionaría el actual modelo de gestión y que parece sacada de las recomendaciones que a tal efecto lleva lanzando el Observatorio de Coyuntura Económica del Instituto Juan de Mariana (OCE) en sus diversos boletines desde el estallido de la crisis: evitar el descalce de plazos.
En este sentido, Roldán abogó por introducir reglas en la gestión de liquidez que impidan descalces de plazos (maturity mismatches): por ejemplo, cuando una cartera de hipotecas a 30 años se financia a través de pagarés a corto. Este tema resulta clave para entender el estallido de la crisis financiera que azota a medio mundo, y que se materializó, primero, en crisis de liquidez y, luego, de solvencia, tal y como avanzó LD.
De este modo, el regulador pretende impedir en el futuro que los bancos inviertan a largo plazo (hipotecas a 30 años por ejemplo) con deuda a muy corto plazo (emisión de cédulas hipotecarias a 5 años, por ejemplo). Este desequilibrio temporal, característico de la gestión bancaria actual, ha situado al borde de la quiebra al sistema financiero, según advierte el OCE. Ambos conceptos, inversión (activos) y deuda (pasivos), deben casar. Es decir, que la inversión a largo plazo (concesión de una hipoteca a 15 años) esté financiada por fondos también a largo plazo para evitar nuevas crisis de liquidez en el futuro.Por último, Roldán alerta sobre los riesgos de hiperrregular la banca . Se precisa una mejor, no una mayor, regulación bancaria. Una advertencia que también ha sido analizada por Libertad Digital .