Los países del G-20 permiten paraísos fiscales en su propio territorio

(Libertad Digital) Así lo denunció este viernes en Londres en declaraciones Raymond Baker, director de Integridad Financiera Global, una entidad sin ánimo de lucro que promueve políticas y acuerdos para acabar con la opacidad de las transacciones financieras.

Baker, autor del libro El talón de Aquiles del capitalismo, considerado por el Financial Times como uno de los libros de negocios más importantes del año 2005, recordó que países como EEUU, el Reino Unido y China permiten la presencia en sus propios territorios de paraísos fiscales. El estado de Delaware (EE.UU), la Isla de Man (Reino Unido) o Hong Kong (China) son buenos ejemplos, a los que, en su opinión, también hay que sumar "las ciudades de Londres y Nueva York".

"El trabajo realizado por el G-20 fue esperanzador, pero no está suficientemente claro todavía cuántos años quedan para que todos los países del mundo colaboren con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE)", señaló Baker, quien cuantificó en cerca de un billón de dólares la cantidad anual de dinero que se mueve en estos paraísos fiscales, informa Efe.

"Si la pregunta es si son suficientes los pasos que se han dado desde que se celebrara la cumbre, la respuesta en principio es que no", añadió Baker. La lucha contra los paraísos fiscales y el secreto bancario aparece entre los objetivos del G-20 desde que celebraran su primera reunión, allá por 1999, aunque pese a ello el compromiso con la OCDE no había sido tan claro hasta este año.

Baker, quien acudió a Londres para pronunciar una conferencia en la Canning House, destacó que todo se reduce "a una cuestión política", y denunció asimismo que la mayoría de grandes bancos continúen teniendo oficinas en paraísos fiscales pese a haber recibido fondos públicos para salvar su delicada situación financiera.
 
La utilización de las ventajas que otorgan los países financieros por parte de grupos terroristas y del crimen organizado es uno de los motivos esgrimidos por quienes abogan por su desaparición, ya que facilitan su estructura financiera.

"La mafia, los terroristas, los traficantes... no inventaron nada, sólo aprovecharon los canales creados para mover capital libremente por todo el mundo", explicó Baker. Sin embargo, desde los atentados del 11 de septiembre ocurridos en EEUU "se ha cortado las alas, financieramente hablando, a los terroristas y se sigue trabajando en ello, gracias también a la colaboración entre bancos de todo el mundo". "No creo que ningún grupo terrorista tenga abierta una cuenta bancaria ahora mismo", dijo.