(Libertad Digital) Las consecuencias de la quiebra de General Motors no sólo se van a hacer sentir en Detroit (la ciudad más peligrosa de EEUU) o en sus trabajadores a lo largo y ancho del mundo. Los jubilados de la compañía también sufrirán las consecuencias.
Quizás sea sólo un daño colateral, pero ya se hace notar en la economía doméstica, al menos, de Detroit. La compañía ofrecía beneficios sanitarios a sus jubilados. Así, gozaban de importantes ayudas para el cuidado visual (gafas graduadas), dental (dentaduras postizas), asistencia sanitaria (descuentos en los gastos de visitas a hospitales para emergencias) y farmacéuticas (adquisición de medicamentos, incluidos aquellos destinados a mejorar la disfunción eréctil, como la viagra).
Pero con la quiebra y posterior intervención de la Administración Obama, General Motors recortará drásticamente estos servicios a sus mayores. El recorte se producirá el 30 de junio. Desde que se hizo el anuncio, los jubilados de GM han colapsado las consultas de optometristas y dentistas en Detroit.
David Borlas, un dentista del Condado de Chesterfield cuenta que últimamente tienen tanto trabajo que ha comenzado a aceptar pacientes hasta en las horas del almuerzo. "Cuando GM anunció los recortes comenzaron a salir pacientes hasta debajo de las piedras, tenemos más pacientes de los que podemos atender", dice.
El grupo automovilístico General Motors quebró el pasado 1 de junio en lo que supuso la mayor suspensión de pagos de una empresa industrial de la historia. Con más de 230.000 empleados en todo el mundo, esta corporación fabricaba más de 20.000 coches cada día.
Ahora, el Tesoro de EEUU ostenta la mayor parte del capital (72,5%) y en la que también están representados un fondo de los trabajadores y los acreedores de la corporación.