PUNT: jajjaaaaa, no conocía yo ese chiste... Se agradece un poco de humor entre tanto bochorno.

:D

[Divara] Me ha recordado vd. el chiste (bastante viejo) del hombre que se maravillaba de cómo su amigo lograba mantener siempre frescos los cigarrillos.

- Pero dime, ¿Cómo logras que no se te sequen? Porque a mí me acaban sabiendo a serrín quemado...
- Muy fácil: en lugar de tenerlos en su cajetilla, los guardo en un preservativo, y así se mantienen frescos mucho más tiempo.
- ¿Preservativo? ¿Eso qué es? ¿Dónde se compra?
- Pues es como una bolsita... no sé... en fin, ya lo verás. No tienes más que ir a una farmacia y pedirlo.
- ¿En una farmacia? ¿Venden cosas para el tabaco?
- Que sí, hombre. Tú ve y pídelo.

Total que el hombre se dirige a la farmacia más cercana:

- Buenos días, ¿Qué desea?
- Pues... unos preservativos.
- ¿Y de qué tamaño los quiere?
- ¿Hay varios tamaños? Pues no sé... ¡como para un "Bisonte"!

Un saludo.

NOTA: Para quienes no lo sepan (que de todo ha de haber), "Bisonte" era una marca de tabaco bastante malo que había antiguamente:
_http://images.google.com/images?q=bisontes+tabaco

11 € menos el carton en Gibraltar, las colas de coches infinitas, el cotrabando de tabaco en varios meses se va a disparar a tope, muy bueno los de los sociatas promocionado el contrabando

Yo fumo muy poco (un cigarrillo de vez en cuando), pero siempre de liar. El tabaco de liar convierte el cigarrillo en un ritual, en algo espcecial y no compulsivo.

Un truquillo para que no se seque (que vale incluso para cuando ya está seco): meter en la bolsita de tabaco un trocito de cáscara de fruta. El tabaco absorbe su humedad (y, si pones un trozo grande, algo del olor) y está siempre fresco. Probadlo, que no falla.

Además se fuma menos por el tiempo que se pasa liando el churrete.

Estaba pensando que, a fin de cuentas, "fumar" consiste en llevarse un cigarrillo/cigarro/puro/pipa encendido a la boca e inspirar con fuerza para inhalar el humo, expulsándolo después. Es decir, que si nadie sostiene ningún cigarrillo o similar y lo "fuma", no se puede decir que nadie "fume".

Así las cosas, ¿Permitiría el texto de la ley la instalación de incensarios que quemen picadura de tabaco a fin de impregnar la atmósfera del local con ese olor que a tantos gusta tanto? Desde luego, no se podría decir que nadie esté "fumando" en el local.

¿Y que los fumadores fumen fuera pero luego echen el humo dentro? (no sé, por ejemplo soplando el humo en una bolsa, para abrirla dentro del local)

La verdad es que esto debe estar admitido en el texto de la ley, ya que la ley prohíbe incluso fumar de forma que no se libere al ambiente ningún humo que puedan respirar otros (por ejemplo, prohíbe zonas de fumadores como las habilitadas en Japón, algo estrambóticas pero eficaces:

_http://cajondesastre-ulc.blogspot.com/2011/01/ley-del-tabaco-en-japon.html
)

O sea, que lo que está prohibido dentro de los locales es "fumar", no "liberar humo en el ambiente".

¿Creen que la puesta en práctica de estas sugerencias puede soliviantar a los fascistas totalitarios de turno, enfermos de vigorexia también conocidos como antifumadores?

Nada me produciría más placer...

Un saludo.

Y el sano placer de hacerse las cosas uno mismo...
Y yo, que sin ser fumador, a veces me entran unas ganas bricomaniacas de ponerme a liar trompetillas, así como para desestresar...

La razón es mucho más prosaica:

Con una bolsita de Marlboro de picadura tengo para cuatro días, un paquete de tabaco me duraba un día.

Es más barata la bolsita que el paquete, quemas el tabaco mientras lo fumas, ya que el papel no tiene aceleradores de la combustión, y encima te rulas tú los cigarrillos quitándote veinte años de encima, como cuando eras chaval y...eso.

Los primeros siete u ocho cigarrillos te saben raros, pero después lo que te sabe raro es lo otro. Y cuando pillas uno parece que llevas una salchicha en la boca de lo gordo que es. Para que se lo fume el viento.

En fin, rica picadura. Ya no te abandonaré hasta la tumba, amor.

A este paso nos va a faltar la boina en la cabeza "bien encajá" el traje marrón de pana y el palillo en la boca.

No es por la ley, sino por el precio.