Los eurodiputados españoles cobrarán de media 17.000 euros mensuales

LD (Europa Press) Los eurodiputados que resulten elegidos en las elecciones europeas del 7 de junio unificarán sus salarios a partir de la próxima legislatura, con independencia de su país de origen. En virtud de la reforma aprobada en 2005, los representantes en el Parlamento Europeo cobrarán cerca de 13.000 euros mensuales.

Hasta la fecha los eurodiputados de cada país cobraban lo mismo que sus parlamentarios nacionales (unos 3.100 euros mensuales brutos en el caso de los españoles), pero con la unificación de criterios todos pasarán a cobrar un sueldo fijo de unos 7.665 euros brutos, a los que se deben añadir dietas, viajes y el pago de otros conceptos, que llevarán a los políticos a sobrepasar los 13.000 euros.

De hecho, al margen del salario por el trabajo realizado (7.550 euros), a los eurodiputados se les reconocen gastos que se les deben reembolsar. Es el caso del coste de sus billetes de avión, que les será devuelto. Los eurodiputados españoles necesitan volar tres veces al mes a Bruselas y una vez al mes a Estrasburgo. Además, percibirán 298 euros diarios por gastos de alojamiento y manutención en esos dos destinos.

Para sus asistentes, los eurodiputados disponen de 17.000 euros mensuales, que son gestionados por los servicios del Parlamento. Finalmente, están las dietas generales de 4.000 euros al mes para el coste de oficina que tienen en sus estados miembros y gastos en periódicos, revistas, llamadas de teléfono, internet, ordenador y trabajo relacionado con su circunscripción.

Desde la Eurocámara se defiende que la nueva regulación es necesaria para poner fin a las diferencias salariales. Un ejemplo: hasta ahora los españoles ingresaban netos al año (sin dietas) unos 40.800 euros, los italianos recibían 134.000 -y eso que son los que menos acuden a las sesiones- y los austriacos, 110.6000.

Una de las novedades es que las dietas fijas de viaje serán sustituidas por el pago de los gastos reales contraídos. Sólo los italianos y los ingleses, en parte por la depreciación de la libra, verán rebajado su sueldo como eurodiputados, mientras que búlgaros y húngaros no eran hasta ahora ni mileuristas.