LD (M. Llamas) Más gasto público y menos ingresos se traduce en más déficit y deuda pública. De hecho, EEUU se enfrenta a la mayor necesidad de financiación exterior de su historia después de que el Gobierno de Barack Obama haya acudido al rescate de la economía estadounidense para tratar de salir de la recesión. Y es que, la recaudación de impuestos en la primera potencia mundial ha registrado la mayor caída del último medio siglo, según un reciente informe del Rockfeller Institute.
El importe total de los impuestos recaudados por los 50 estados de EEUU siguió disminuyendo durante el cuarto trimestre de 2008. El volumen general de ingresos fiscales ha caído de media un 4% en el último trimestre de 2008 con respecto al mismo período de 2007.
Destaca, sobre todo, el desplome de los impuestos locales y estatales sobre la venta de bienes y servicios, una de las partidas más importantes de los presupuestos de ambas administraciones públicas. De hecho, estos tributos han experimentado el mayor descenso del último medio siglo: un 6,1% menos, debido a la reducción del consumo, tal y como muestra el siguiente gráfico:
En concreto, 42 estados de un total de 50 sufrieron caídas interanuales en su recaudación fiscal debido a la recesión económica.
Los datos indican, según dicho informe, que la reducción de ingresos fiscales se acentuará en el primer trimestre de 2009, a falta de conocer los datos oficiales definitivos. "Los datos preliminares para el primer trimestre sugieren que la situación fiscal aún se deterioró más, y la segunda mayor fuente de impuestos para los estados -el impuesto sobre la renta- es probable que se haya debilitado drásticamente en abril", según Donald J. Boyd, investigador del organismo y coautor del informe. Y es que, los ingresos públicos siguen la senda de la actividad económica:
En este sentido, la mayoría de las economía estatales de la primera potencia mundial están ya en números rojos -descenso del PIB-.
Más impuestos estatales
Así, según muestran los datos fiscales de 41 estados correspondientes para enero y febrero, la recaudación ha bajado un 12,8% frente al mismo periodo del pasado año. ¿Conclusión? Tal y como advierte Boyd, dado el creciente deterioro de ingresos públicos existe el "riesgo" de que los próximos presupuestos públicos estatales, que se negociarán en los próximos meses, contemplen recortes sustanciales del gasto público o bien importantes subidas de impuestos para tratar de reducir el creciente desequilibrio de las cuentas públicas.
No es algo nuevo. Tal y como avanzó LD, numerosas ciudades de EEUU (administración local) está aprobando nuevas tasas e incrementos fiscales para mantener su nivel de gasto público.
Por último, el impuesto sobre la renta registró una caída del 1,1% interanual en el último trimestre de 2008, mientras que los impuestos sobre sociedades (empresas) disminuyeron un 15,5%. De este modo, de mantener los actuales niveles de gasto, los estados norteamericanos serán los próximos en subir impuestos, sumándose así a las últimas medidas aprobadas por Irlanda, Gran Bretaña y el propio Gobierno federal de EEUU.
Ante tal tendencia, no es de extrañar que la sociedad civil se haya lanzado a las calles para criticar el incremento de la presión fiscal en EEUU. De hecho, la primera potencia mundial vivió recientemente el mayor motín contra los impuestos de las últimas décadas a través del estallido de las denominadas Tea Parties.