(Libertad Digital) La incertidumbre financiera que se avecina en 2009 está provocando la adopción de estrategias de inversión poco corrientes por parte de algunas de las fortunas más importantes del planeta, en un intento desesperado por conservar el valor de sus activos.
En este sentido, Gary Dugan, el jefe de inversiones del banco estadounidense Merrill Lynch, advierte de que sus clientes están "realmente preocupados" por el panorama financiero que se prevé para el presente año. "Es sorprendente cómo muchos clientes quieren oro físico", escapando incluso de los ETFs, fondos que invierten en metal amarillo y que cotizan en Londres, Nueva York y otras bolsas.
El pánico llega a tal extremo que muchos de ellos optan por guardar el oro en su propia casa, según Dugan. Merrill prevé que el incremento de la demanda disparará el precio del oro a 1.030 dólares por onza, y escalará hasta los 1.150 dólares en junio. Todo un récord alcista. La fiebre del oro se ha agudizado en los últimos meses, en un intento desesperado por conservar el valor de los ahorros e inversiones ante la posibilidad real de que el sistema económico mundial caiga en una espiral deflacionista. De hecho, según los expertos consultados por LD, la fiebre del oro se está disparando igualmente en China y algunos países árabes como Dubai.
Los expertos de la entidad auguran que la inflación se aproxime al 0% a nivel mundial a lo largo del año, con un IPC inferior al 1% en la mayoría de las economías desarrolladas, tal y como adelantó este periódico. Sin embargo, al mismo tiempo, los analistas tampoco descartan una futura espiral inflacionista. El oro servirá como refugio ante la llegada de ambos escenarios, informa el diario británico Telegraph.
Además, según Dugan, la depresión económica se agudizará en la zona euro durante 2009. La crisis está acrecentando las tensiones políticas entre los Estados miembros, hasta el punto de que incluso algunos gobiernos se están planteando la salida de la moneda única debido a la pérdida de competitividad que padecen algunas economías del sur de Europa.
En este sentido, un reciente informe interno de la Comisión Europea cuestionaba la viabilidad del euro debido, precisamente, a las diferencias de competitividad existentes en el seno de la Unión Monetaria, sobre todo en el caso de España.