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Los Bancos Centrales imprimen billetes a toda máquina para comprar deuda

Las maquinas de imprimir billetes echan humo. Los Bancos Centrales de EEUU, Japón y Reino Unido comprarán deuda pública y privada con el nuevo dinero creado de la nada y ahora el BCE se suma a la medida. Además, el organismo que preside Trichet avanza que los tipos pueden bajar al 0%.

Las maquinas de imprimir billetes echan humo. Los Bancos Centrales de EEUU, Japón y Reino Unido comprarán deuda pública y privada con el nuevo dinero creado de la nada y ahora el BCE se suma a la medida. Además, el organismo que preside Trichet avanza que los tipos pueden bajar al 0%.

LD (L. Ramírez / M. Llamas) La política monetaria se ha convertido en la principal herramienta de los Gobiernos de todo el mundo para intentar superar la crisis financiera, pero las decisiones de los Bancos Centrales pueden aumentar más los problemas.

Las decisiones de los organismos monetarios están cortadas por el mismo patrón y el mensaje que se repite como si fuera un mantra sagrado es que sólo se puede estabilizar la economía hundiendo los tipos de interés e imprimiendo billetes (nuevo dinero creado de la nada) para adquirir deuda de los Estados y de las empresas.

En Estados Unidos, el presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernake, ha admitido sin contemplaciones que la Fed “está imprimiento dinero” para impulsar la economía. Al otro lado del Atlántico, los tipos de interés están situados en la horquilla del 0% al 0,25%.

La Reserva Federal ha anunciado el incremento de sus programas de compra de titulizaciones hipotecarias y un plan de hasta 300.000 millones de dólares para adquirir bonos del Tesoro a largo plazo en los próximos seis meses, con el objetivo de ayudar a mejorar las condiciones de los mercados privados de crédito.

La principal preocupación de Bernanke es que EEUU sufra una crisis similar a la de Japón, con una recesión económica acompañada de bajadas sostenidas en los precios (deflación), o como ocurrió en la depresión norteamericana de los años 30. Precisamente el presidente de la Fed conoce de cerca el caso nipon, ya que lo ha estudiado con detalle en los últimos años.

Para evitar esto, el presidente de la Fed defiende que “empleará todas las herramientas a su disposición”.

En Asia, el Banco Central de Japón mantiene los tipos de interés en el 0,1% y ha elevado las compras de deuda pública (bonos) un 29% este mes en un esfuerzo por “generar operaciones de mercado sin problemas”.

El Gobierno nipón defiende que el proceso “es un medio eficaz de monetización de deuda pública”, aunque los responsables del organismo monetario evitan admitir que este sea su principal objetivo. El gobernador del Banco Central, Masaaki Shirakawa señala que su decisión de comprar más bonos se basa en las necesidades del mercado y que no tiene vinculación con los gastos que planea el Gobierno para sacar a la economía de la recesión y lo que se prevé sea una segunda ola de deflación.

Pero los analistas y los econ omistas no se creen esta versión oficial. "La decisión del Banco de Japón se puede interpretar como una monetización efectiva de la deuda pública, aunque el Banco Central nunca lo dirá porque es independiente del Gobierno", dijo Junko Nishioka, economista de Royal Bank of Scotland.

Los planes de gasto del primer ministro Taro Aso requerirían al Gobierno que aumente la montaña de deuda pública, que ya excede el 150% del Producto Interno Bruto (PIB).

Las compras de títulos públicos domésticos por parte del organismo monetario ayudarían a mantener bajos los costes de la financiación, según defienden los defensores de esta política monetaria.

En el Viejo Continente los hechos son muy similares. El Banco de Inglaterra está imprimiendo billetes en un nuevo intento por inyectar liquidez a la maltrecha economía británica. Puesto que los numerosos recortes de los tipos de interés no están dando los resultados esperados. Ahora están en el 0,5%.

En vista de este fracaso, el Banco Central británico dice que va a utilizar “otras medidas” de política monetaria: los nuevos billetes serán empleados en la compra de deuda pública, empresarial y bancaria.

El presidente del organismo regulador Marving King espera que aumentando la cantidad de dinero disponible en la economía se logre expandir el crédito y reactivar así el consumo., aunque no está claro que estos efectos se logren gracias a estas medidas. De momento es más un deseo que una realidad.

El BCE también se apunta a imprimir billetes

Y precisamente, el único organismo monetario que hasta ahora estaba realizando una gestión de la crisis que se podría calificar de moderada (sin bajadas grandes de los tipos y limitando la compra de bonos) ha decidido pasar a la acción y seguir al resto de Bancos Centrales.

El BCE, que dirige Jean Claude Trichet estudia llevar a cabo “acciones no convencionales” para mejorar la liquidez “si los tipos de interés llegan a cero”. El dinero sería empleado en la adquisición de pagarés y deuda respaldada por activos. Así lo ha afirmado Nout Wellink, miembro del consejo de gobierno de la institución.

"No se puede descartar, si existe un motivo para hacerlo, que el BCE tome pasos en esa dirección. Sus estatutos de asociación no están reñidos con esto", afirmó este jueves en la presentación del informe anual del banco central holandés.

Aún así, Wellink aclaró que aún no se ha agotado el margen de maniobra en materia de tipos de interés y que el BCE no ha entrado todavía en el mercado de los pagarés financieros y los bonos respaldados por activos porque es un mercado "considerablemente menos importante" para Europa que para Estados Unidos. Pero ahora las cosas son diferentes.

Aunque algunos directivos del BCE, incluido el presidente, Jean-Claude Trichet, han afirmado que no  hay lugar para recortar el principal tipo de refinanciación, que actualmente está en el 1,5%. Por ello, Trichet y otros miembros de la entidad, que abogan por no recortar los tipos por debajo del 1%,  no descartan la adopción de medidas "no convencionales".  

Sin embargo, los economistas esperan que el BCE siga bajando los tipos y se prevé que en la próxima reunión lleve a cabo un recorte de 50 puntos básicos.

Respecto a la coyuntura económica actual en el continente, Wellink se mostró cauto para no pronosticar un final de la recesión. "Existe consenso sobre que la economía se reactivará en algún momento de 2010 y no es surrealista", apuntó. Además, recordó que "las crisis financieras previas han mostrado que es casi imposible predecir cómo y cuándo llegará la recuperación. Podría llevar entre dos y tres años, lo que nos llevaría a 2011".

También se refirió al riesgo de que se produzca una deflación global y la atribuyó a la caída de los precios de las materias primas. En este entorno, Wellink no descarta que se produzcan importantes caídas en los precios al consumo en la zona euro. "Esto no es un problema por sí solo mientras los consumidores no empiecen a posponer continuamente sus adquisiciones, esperando a caídas futuras de los precios", explicó.

Deuda empresarial de “alta calidad”

Hasta este jueves, el Banco de Inglaterra ha comprado hoy 124 millones de libras en bonos corporativos. Entre los elegidos se encuentran los de la compañía española Iberdrola. Otros bancos centrales se están planteando comprar deuda de alta calidad para asegurar la liquidez en empresas estratégicas. El Banco de Japón se encuentra próximo a estas medidas, y el Banco Central Europeo mantiene la puerta abierta a este tipo de acciones.

El Banco Central del Reino Unido ha comprado emisiones de deuda de algunas de las mayores compañías que operan en la economía británica, como British Telecom, Centrica, General Electric, Vodafone o Scottish Power, esta última perteneciente al Grupo Iberdrola. Así, el organismo monetario toma participaciones en algunas de la empresas estratégicas para el país.

Los activos comprados por el banco son de “alta calidad y liquidez”, según aseguran con lo podrá rentabilizar estas inversiones. El gobernador del Banco de Inglaterra, Mervyn King, aseguró ante el Parlamento británico que lo que importa en esta operación no es la cantidad de deuda que han adquirido sino el efecto de esta acción sobre los diferenciales del crédito en estos mercados.

En cuanto a la rentabilidad de esta deuda, el diferencial que presenta con respecto a la deuda pública en el Reino Unido u otras economías desarrolladas es alto. En concreto, la rentabilidad media que ofrecen los bonos corporativos es 283 puntos básicos mayor que las de los bonos del Tesoro británico a 10 años. Por tanto, el organismo podrá sacar provecho de estas medidas para reactivar la economía.
 


Esta compra se inscribe dentro de un plan más amplio para hacer frente a la crisis económica y financiera. El Banco de Inglaterra gastará 75.000 millones de libras para la recuperación del Reino Unido. En este sentido, el organismo monetario británico ya ha comprado deuda privada a tres meses por valor de 1.890 millones de libras y bonos del Tesoro del Reino Unido por valor de 9.500 millones de libras.

El Banco de España ha confirmado que no tiene competencias para realizar estas compras de activos, y que la responsabilidad de estas acciones recae en el Banco Central Europeo. Sin embargo, el representante español en el consejo del banco central, José Manuel González Páramo, ha reiterado que las previsiones de inflación del BCE permiten emprender todo tipo de medidas para reactivar la economía, como bajar los tipos “con gran agresividad”.

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