LD (M. Llamas) El avance del PIB estadounidense ha provocado sorpresa e, incluso, asombro entre analistas y miembros del propio Ejecutivo de EEUU. La economía de EEUU creció a un ritmo anual del 3,3 por ciento entre abril y junio. Esto es 1,4 puntos por encima del cálculo del Gobierno y más del doble que el crecimiento registrado en el primer trimestre (0,9 por ciento), según informó este jueves el Departamento de Comercio.
Las reacciones no se han hecho esperar. Los principales analistas de los diarios económicos estadounidenses (Bloomberg, Financial Times, el Wall Street Journal y el New York Times) han reaccionado con incredulidad ante el vigoroso repunte del PIB norteamericano. De hecho, acusan al Departamento de Comercio de “manipular las cifras” con fines políticos.
“Exceptuando el comercio, la economía es considerablemente más débil”, según Carl Riccadonna, economista de Deutsche Bank Securities Inc en Nueva York. El gasto se contraerá de forma “terrible en la segunda mitad de año”.
Todo indica que estos datos están “exagerando la fortaleza económica del país”, afirma James O'Sullivan, economista de UBS Securities en Connecticut. La “debilidad que muestra el volumen de ingresos” de los ciudadanos norteamericanos hace pensar que se está “exagerando el crecimiento” intencionadamente, añade.
Los ingresos de los ciudadanos caen
La Renta Nacional Bruta, o el dinero que ganan los trabajadores, las empresas y organismos gubernamentales, cuyas compras entran en el cálculo del PIB, aumentó un 0,3 por ciento en los últimos 12 meses hasta junio, después de descontar la inflación. Esto reflejaría un crecimiento del 2,2 por ciento y no del 3,3 interanual, informa Bloomberg.
La Renta Nacional Bruta, o el dinero que ganan los trabajadores, las empresas y organismos gubernamentales, cuyas compras entran en el cálculo del PIB, aumentó un 0,3 por ciento en los últimos 12 meses hasta junio, después de descontar la inflación. Esto reflejaría un crecimiento del 2,2 por ciento y no del 3,3 interanual, informa Bloomberg.
Así, la caída de los “ingresos y beneficios empresariales durante el último año, unido al descenso del empleo, indica una recesión”, según John Ryding, economista jefe en RDQ. De hecho, la diferencia existente entre la Renta Nacional Bruta y el PIB es de 1,9 puntos porcentuales en tasa interanual. “La diferencia más acusada desde la II Guerra Mundial”.
Los propios analistas de la Reserva Federal (FED) coinciden en el diagnóstico. ”Los ingresos ajustados por la inflación indican mejor el inicio de las contracciones económicas”, tal y como afirmaba el analista de la FED Jeremy J. Nalewaik en un informe de diciembre de 2006, bajo el título Atender a la Renta Nacional Bruta puede ser más útil para evaluar el estado actual de la economía. El problema es que, si bien deberían coincidir la evolución de ingresos y PIB, éstos son ahora totalmente divergentes.
Los ingresos personales de los consumidores estadounidenses bajaron el 0,7 por ciento en julio, lo que supone el mayor retroceso en casi tres años, según informó este viernes el Departamento de Comercio. Dicha caída ha sido mucho mayor de lo que esperaban los analistas, que habían pronosticado una caída del 0,1 por ciento. Por ello, los economistas no descaratan que el PIB caiga en los últimos tres meses de este año y el primer trimestre de 2009.
El engaño de la inflación
Es más, otras fuentes consultadas por Libertad Digital muestran su extrañeza ante la divergencia que, igualmente, refleja el crecimiento del PIB real (descontando la inflación) y el índice de precios al consumo (IPC). La clave aquí radica en que el Departamento de Comercio ha empleado un índice de precios para deflactar el PIB nominal muy inferior al real.
En concreto, el Gobierno ha aplicado una inflación del 1,2 por ciento para estimar el crecimiento frente a un IPC real del 5,6 por ciento. Y es que, al restar una inflación menor, el repunte del PIB parece mayor.
En la actualidad, ambos indicadores, deflactor del PIB e IPC, muestran una evolución divergente, cuando históricamente siempre han registrado una tendencia pareja. Así, “el crecimiento real de EEUU es muy inferior al que reporta el Gobierno”, señalan.
Un informe de Goldman Sachs pone igualmente de manifiesto que los datos referidos a los pedidos de bienes de equipo es inferior al real. “Las órdenes de este tipo de bienes se han disparado un 1,3 por ciento intermensual en julio, por encima de lo esperado. Pero la aparente fortaleza se debe al aumento de los precios más altos, y no a una mayor actividad. De hecho, las órdenes reales caen un 9,4 por ciento interanual, tras restar el Índice de Precios Industriales en bienes de equipo. El peor dato desde principios de 2002”.