La Junta de Andalucía es una organización extremadamente solidaria, si no con los parados de la comunidad autónoma al menos sí con los habitantes de tierras lejanas. O mejor dicho, con las organizaciones "no gubernamentales de desarrollo" (sic) que trabajan para mejorar el triste destino de los habitantes de los países del tercer mundo, que es algo a veces bien distinto. No importa que Andalucía arroje año tras año las cifras más deshonrosas en todos los índices de progreso y bienestar de Europa, ni que siga anclada en el subsidio esterilizante. Los socialistas andaluces son los primeros a la hora de tirar el dinero, también allende nuestras fronteras.
Hoy, el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) anuncia cuál va a ser la cantidad que finalmente se van a repartir las ONG’s que concurran a la convocatoria de subvenciones para realizar "intervenciones de cooperación al desarrollo (sic)". En total serán treinta millones los euros que entrarán en ese bombo solidario, para ser repartidos entre las entidades que presenten su candidatura cumpliendo los trámites burocráticos que la orden establece.
¿Qué hace una comunidad autónoma concediendo subvenciones para gastarlas en otros países? Pues aparentemente nada porque las relaciones exteriores son una competencia exclusiva del gobierno central según la constitución española (art. 149.3), además de que el gobierno ya dedica grandes esfuerzos presupuestarios a este fin. Sin embargo, todas las comunidades autónomas ¡y los Ayutamientos! dedican una parte de nuestros impuestos a hacer solidaridad en nuestro nombre.
En el caso de las autonomías socialistas, como ocurre con la andaluza, hasta existe una agencia oficial dedicada exclusivamente a la cooperación y el desarrollo exterior, (Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo), con lo que no sólo hay que contemplar el dineral que se transfiere a las ONG’s que así lo solicitan, sino también los enormes gastos de funcionamiento que exige la maquinaria burocrática creada a tal efecto.
Pero las autonomías no sólo despilfarran concediendo subvenciones a las entidades y/o particulares que el político de turno considera oportuno. Eso está al alcance de cualquiera. El virtuosismo en el dispendio territorial ha llegado a un nivel que roza la perfección. Y si no vean este anuncio de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha, por el que se da publicidad al último contrato de servicios adjudicado por sus responsables.
Se trata del mantenimiento del portal web de educación de la Consejería de Educación, Ciencia y Cultura, que este año va a costar a los castellano-manchegos la nada despreciable cantidad de 80.615 Euros con treinta y seis céntimos. Si tenemos en cuenta que estamos ya en abril, y que hay dos meses de vacaciones escolares por delante en los que no debe haber muchos contenidos que subir, resulta que Barreda va a pagar por el mantenimiento de esta web, que tampoco es que sea un alarde de diseño ni un vasto receptáculo de información, ¡más de 11.500 euros mensuales!
Si eso es lo que cuesta el mantenimiento ¿alguien imagina lo que debió costar su construcción?